martes, 28 de abril de 2009

EN CONTROL

JESUCRISTO ES EL SEÑOR AHORA Y SIEMPRE. ¡GLORIA A SU PRECIOSO NOMBRE!

Tanta angustia. Tanta aflicción. Tanta pena causada por enfermedades, dolencias y desastres. Tantos creyentes dolidos. Tantas personas pasando por crisis financieras. La Biblia nos dice, “Muchas son las aflicciones del justo…” Sin embargo, la frase que sigue en este verso cambia todo el significado: “…pero de todas ellas lo librará Jehová” (Salmo 34:19).
David clamó, “Acuérdate, Jehová, de David y de toda su aflicción” (Salmo 132:1). Este hombre devoto enfrentó muchos problemas. Su oración fue, “Señor, tú has librado a otros de sus aflicciones. No te olvides de mí. Ayúdame, líbrame.”


El apóstol Pablo también soportó muchas aflicciones. El escribió, “El Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio [me dice] que me esperan prisiones y tribulaciones” (Hechos 20:23). Pablo añadió, “que nadie se inquiete por estas tribulaciones” (1 Tesalonicenses 3:3). Él estaba diciendo, “Amados santos, no cuestionen porqué tengo que enfrentar tan grandes aflicciones. Estas cosas no hacen que yo cuestione a Dios.”
“Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias” (2 Corintios 6:4). Note el énfasis de Pablo aquí: “en mucha paciencia.” ¿Ha estado usted perdiendo paciencia en su aflicción? ¿Se ha descorazonado hasta el punto de dejar a un lado su fe?

Un pastor y su esposa me escribieron, “Estamos tan descorazonados. Hemos sido maltratados y no nos han apreciado. Estamos financieramente devastados y vemos muy pocos frutos de nuestro trabajo. Hemos orado, hemos creído y nos hemos sujetado a la fe. Pero ahora estamos al final de nuestro aguante. No queremos dudar, pero necesitamos un milagro. Necesitamos por lo menos ver algo bueno para poder continuar.”
Cualquier palabra que pueda tener para animar al abatido parece inadecuada. Pero esto yo sé: servimos a un Padre amoroso y bueno. Su Palabra dice que él es tocado por los dolores de nuestras aflicciones. Y yo creo firmemente que aun ahora mismo, él está esperando que usted deje caer al suelo todos sus miedos, ansiedades, preguntas – todas sus preocupaciones y cargas – y que confíe que él lo librará, por la amorosa bondad que él tiene por usted.
Agárrese de las siguientes Escrituras, y deje que la fe se levante en su corazón. Dios no se ha olvidado de usted.


· Salmo 117:2: “Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya.”

· Salmo 119:76: “Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo.”

· Isaías 54:7-8, 10: “Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.”

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LA APOSTASÍA

La Apostasia, se apodera de la iglesia de JESUCRISTO, deberemos estar totalmente atentos......

Escrito por: Susana Garcia


LA IGLESIA DE JESUCRISTO ESTA SIENDO ATACADA POR ESTA TERRIBLE ENFERMEDAD.

Como todos sabemos el cáncer a nivel medico es una de las enfermedades mas devastadoras de la especie humana, incurable en sus etapas avanzadas, constituye una de las maneras mas terrible y dolorosa de ver morir a una persona.A nivel espiritual, la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, ha estado expuesta por mucho tiempo a virus diversos que la han contaminado y la han postrado en una enfermedad espiritual que bien pudiera compararse al cáncer más mortífero. Uno de esos virus es la apostasía.La apostasía ha estado presente durante el paso de los tiempos merodeando la iglesia, al principio externamente , como ya lo advertían los escritos de los padres de la iglesia:“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina.Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado.” II Pedro 2:1-2Variadas formas de apostasía han invadido la iglesia durante su supervivencia a través de los siglos, la cual actuando como veneno mortal, como agente cancerígeno, ha ido dañado y envenenando la fe pura que fue dada una vez a los santos. (Judas 3)Nuestros hermanos de la iglesia primitiva sufrieron hasta el martirio a fin de legarnos el Evangelio puro de Jesucristo, a ellos les tocó vivir tiempos de persecución terribles, no obstante, en ningún otro periodo de la iglesia ésta se mantuvo mas pura, doctrinalmente hablando.
A nosotros nos ha tocado vivir tiempos de terrible y descarada apostasía, lo terrible del caso es que esta se cobija con la manta de la religiosidad.Anteriormente, cuando hablábamos de apostasía, nos venía a la mente aquel que habiendo conocido al Señor, se había vuelto al mundo. ¡Que ingenuidad la nuestra! Porque la verdad, no existe apostasía mas horrible que aquella que se disfraza de “cristiana” por cuanto suele arrastrar a los incautos, los indoctos, los negligentes espirituales, aquellos que siempre están pidiendo a los demás que oren por ellos, como si ellos estuviesen incapacitados para hacerlo o como si Dios a ellos no les escuchase. Esa es pereza, pesadez espiritual, falta de apetito por las cosas espirituales… ¿Para que orar?, si para eso tenemos al pastor, para eso le pagamos su salario, para que ore y vea por nosotros… ¿Para que leer la Biblia? si para eso tenemos a los maestros, que ellos se quemen las pestañas estudiando sus lecciones mientras nosotros nos pasamos horas enteras frente al aparato de televisión, usando el control remoto con una pericia que revela lo habituados que estamos a este nulo estilo de vida, el cual, dicho sea de paso, no revela otra cosa sino otra forma de apostasía y alejamiento de las cosas de Dios.De esta manera los incautos son arrastrados por las multitudes que suelen atraer estos maestros del engaño y del error, expertos en manipulación, logran trasquilar al rebaño del Señor con un descaro y un cinismo que indigna. Ya lo revelaba el apóstol Pedro, que las intenciones de estos “iluminados” no eran otras que hacer mercadería con la fe:
“Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” II Pedro 2:3
Como ya lo dije, resulta indignante escuchar como asaltan en despoblado a las ovejas incautas que caen en sus garras, da tristeza, pero aquí, en Houston Texas no podemos prender la radio cristiana local sin que escuchemos el ya trillado mensaje de prosperidad; eso si, adornado con nuevos recursos y variados textos extraídos de aquí y de allá.Francamente, yo ya dejé de escuchar la radio cristiana, porque por aquí ésta está monopolizada por un autonombrado “apóstol’ de esos que abundan en nuestros días y que están surgiendo como moscas al pastel. La comparación resulta repugnante. Mis disculpas para las moscas.La ultima vez que escuché la radio cristiana, estaba el susodicho apóstol “ministrando” e invitando a sus oyentes a que “sembraran” en su ministerio, (esta frase se ha convertido en la favorita y la mas socorrida de estos mercaderes de la fe) cuando de pronto entró una llamada; se trataba de una mujer que llorando pedía oración por ella, por su vida espiritual y por un trabajo porque estaba sin trabajo así como por su esposo que estaba en la cárcel…Ella fue interrumpida por el “apóstol” para preguntarle si iba a enviar su “siembra” para el susodicho ministerio, la hermana contestó que sí y enseguida el “apóstol” con la codicia en la voz, le aclaró que debían ser tres envíos por cuanto ella había presentado tres necesidades. Apagué la radio sintiéndome indignada por semejante descaro y falta de sensibilidad a la necesidad ajena, y no la he vuelto a prender. Recordé lo que escribiera cierto autor cristiano, al respecto de la corrupción en la que suelen caer estos “ministros” en su afán de riqueza y poder:“No hay olor tan desagradable como el que se desprende de la bondad corrompida, y pocas cosas hay que corrompan nuestra bondad como la avaricia, el deseo de popularidad y el sentimiento de éxtasis que se deriva cuando ejercemos poder sobre aquellos que nos entregan su adoración idolátrica. Cuando nuestros motivos son los incorrectos, nuestro ministerio está errado y las consecuencias para nosotros, nuestros seguidores y la iglesia entera, son trágicas.”Resulta alarmante cómo este cáncer ha cundido en el cuerpo de Cristo sin que muchos de nosotros hagamos nada para impedirlo. Admiro la labor de los siervos que levantan su voz para denunciar a estos lobos disfrazados de ovejas y que advierten al pueblo del peligro que les acecha.Como educadora cristiana mi preocupación siempre fue de nutrir al pueblo con la palabra de Dios y nunca me gustó polemizar, ni fue mi estilo nunca rebatir, descalificar o denunciar lo que otros “ministros” estaban haciendo. Me consolaba diciendo que ellos darían cuenta a Dios de lo que hacían. Sin embargo, Dios me abrió los ojos y me hizo el siguiente cuestionamiento:“Si yo te pusiera a que cuidaras parte de mi rebaño y estando tu al cuidado de el, de pronto ves venir a un animal feroz y observas como las ovejas son atacadas y despedazadas, ¿Te quedarías de brazos cruzados?”Aquello me despertó a la realidad de que no debo continuar callando, porque de otra manera yo misma seria cómplice con mi silencio. De manera que ya no callaré, hablaré abiertamente al pueblo, denunciaré el error, me opondré a todo viento nuevo de doctrina que no armonice con el verdadero Evangelio de Jesucristo.
LOS FALSOS APOSTOLES: AGENTES CANCERIGENOS EN EL CUERPO DE CRISTO. Y para muestra tenemos muchos botones, como dicen en mi tierra, en los llamados “apóstoles” que han venido surgiendo del anonimato al estrellato, porque ahora resulta que estos “súper ungidos” están pensando en cambiar no solo la manera de cómo la iglesia opera internamente, sino hasta la forma de gobierno que hasta hoy la iglesia había tenido. Tal pareciera que estos señores andan en busca de poder. Pero no de poder de Dios, del cual se autoproclaman poseedores exclusivos, sino del poder que encumbra, aquel que Satanás le ofreciera al Señor como uno de sus recursos para hacerle caer en el monte de la tentación.“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” Mateo 4:8

Afán de poder, codicia, señorío, son algunas de las cuerdas que mueven a estos títeres de la falsa fe. Aquí las palabras que escribiera el “apóstol” Guillermo Maldonado en su libro “La generación del vino nuevo”:Los apóstoles están llamados a ser primeros en rango y autoridad.“…La unción apostólica tiene la habilidad de llevar al apóstol a ser primero en una región, en un territorio, en predicar nuevas verdades, en un campo de estudio como: la medicina, la economía, la aviación, las finanzas, los negocios. Esta unción hace que las personas avancen mas allá que el resto. Dios ha establecido a los apóstoles para que sean primeros en rango y autoridad, y de esta manera, logren traer un balance al cuerpo de Cristo.”
Que presuntuoso suena esto. Me pregunto si el pensamiento de este “apóstol” se parece al de los genuinos apóstoles del Señor, quienes siempre viajaron llevando el Evangelio de la manera más humilde, sin poses de presunción, ni alarde de poder u ostentación, como los actuales falsos apóstoles quienes se aseguran antes de viajar que sus boletos de avión sean de primera, en la línea aérea de su elección, y que al llegar, su sequito de adulantes, digo, de ayudantes, les tengan todo listo. El autor declara sin empacho que Nuevas verdades surgirán de sus ministerios en campos representativos del Dios Mamón: el dinero, como lo son la economía, las finanzas y los negocios. De los campos de la medicina y la aviación, sin comentarios. Zapatero a tus zapatos.Mas adelante, continúa diciendo el autor:
“Dios trae a la vida de un apóstol, por medio del Espíritu Santo, iglesias que no tienen ninguna cobertura espiritual, ministerios que quieren trabajar en equipo y en unidad para edificar el Reino. También, trae ministros y lideres huérfanos que están buscando un padre espiritual que los cubra y que les de entrenamiento, herramientas y palabras de ánimo. Hay muchos pastores jóvenes que están huérfanos en el ministerio, que necesitan la cobertura o la protección espiritual de un apóstol.”
Todo esto suena muy conmovedor, pero no cuenta con ningún fundamento bíblico, ya que Pablo, que a mi juicio representa el mejor modelo de apóstol que podemos encontrar en la Biblia declaró algo muy diferente:
“Y de esta manera me esforcé a predicar el Evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno” Romanos 15:20
No obstante, estos “apóstoles” pretenden ser padres sin haber primero engendrado, ofrecen “coberturas” como si Dios fuese insuficiente para hacerlo o como si de ellos dependiese la seguridad espiritual de iglesias y ministros.El habla de pastores jóvenes porque sabe que la mayoría de los pastores “viejos” por así decirlo, conocen perfectamente los fundamentos de la sana doctrina, están versados en la verdad y a ellos no fácilmente les van a engañar.No obstante, existen casos de pastores maduros que se han “modernizado” con estos nuevos vientos de doctrina; que han abrazado el nuevo sistema teológico megalómano; debido a que muchos de ellos ya están cansados de lidiar con iglesias pequeñas, con miembros irresponsables y problemáticos. Se han deslumbrado con las promesas de éxito ministerial y han renunciado a los viejos fundamentos de la fe por creerlos obsoletos, en la creencia de que el éxito se manifiesta en el numero de sus congregaciones y en el gro$$or de sus finanzas.Creo que es tiempo de que la iglesia despierte de su letargo espiritual, de que cada obrero genuino del Señor se ponga en la línea de batalla, porque nos está pasando lo que a Israel:Estamos pereciendo por falta de conocimiento y de discernimiento espiritual.Por causa de nuestro tremendo descuido de la palabra de Dios, y nuestra escasa percepción espiritual, creemos a cualquier “ministro” o ministerio que nos llene los ojos o nos endulce el oído, sin reparar en las barbaridades que enseñen o que digan.La Biblia nos dice que cuando Jesús ministraba en la tierra, los judíos iban a el en busca de señales, mientras que los griegos buscaban sabiduría, y ambos grupos encontraron en Jesús lo que buscaban.Nosotros hoy, debemos prestar mas atención a las palabras y enseñanzas de estos “ministros” y “apóstoles” los cuales suelen enseñar aberraciones que van desde falsas y torcidas interpretaciones de la palabra de Dios hasta enseñanzas originadas en el ocultismo, la masonería, la nueva era y filosofías orientales de meditación trascendental.Por supuesto que estas enseñanzas van “vestidas” o disfrazadas con ropaje cristiano.
Aquí otro ejemplo, del mega pastor Joel Osteen, quien en una entrevista declarara que los hindúes son personas sinceras en su fe, que aman a Dios y que el no se atrevía a descartarlos como destinatarios del cielo.
Es alarmante la ignorancia de quien vivió con estas personas que sirven a diversos dioses entre los cuales podemos mencionar a Vishnu, Brahma, Hanuman, a Laskmi, diosa de la belleza, a la diosa Khali, ídolo satánico abominable con múltiples brazos, Ganesha, el cual es su principal dios, dios de la sabiduría, según ellos, de los caminos y de las letras; es un ídolo con cuatro brazos, abultada barriga y cabeza de elefante.Serán muy sinceros, pero la sinceridad no lleva al cielo. También el ateo es sincero cuando declara la inexistencia de Dios.Volviendo a Osteen, quien comenzó a pastorear de la noche a la mañana, según su propio testimonio, a la muerte de su padre el tomó su lugar sin más antecedentes que solo el haber predicado una sola ocasión. En su best-seller titulado “Su mejor vida ahora” dice lo siguiente:“Demasiadas veces nos encontramos en una rutina, pensando que hemos alcanzado todo lo posible. En realidad no extendemos nuestra fe; no creemos por algo más grande. Sin embargo, Dios desea que constantemente estemos creciendo, alcanzando nuevas alturas.El desea aumentar en usted su sabiduría y ayudarle a tomar mejores decisiones. Dios desea incrementar sus finanzas por medio de ascensos, nuevas ideas y creatividad…Dios quiere que este sea el mejor momento de su vida, pero para recibir este favor tiene que expandir su visión…Comience a esperar los ascensos y los incrementos sobrenaturales. Tiene que concebir en su corazón y mente antes de poder recibirlo. En otras palabras, tiene que crear un lugar o un espacio para el incremento en su mente, después Dios hará que llegue a pasar”Peligroso, porque aquí encontramos raíces de la nueva era, el mentalismo, la concentración mental, lo cual ocurre a lo largo del libro, el cual como dije, constituyó un éxito de librería.Aquí quiero parar, porque este tema es extenso, como extensa es la lista de estos “apóstoles” y falsos maestros surgidos del anonimato al estrellato, como ya lo dije anteriormente. Pueblo de Dios, no te dejes engañar, vivimos tiempos difíciles, los cuales fueron predichos en las escrituras por nuestro Señor Jesucristo, como una característica de estos últimos días:“Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañaran, si fuere posible, aun a los escogidos” Mateo 24:24De esto también hablaron los auténticos apóstoles del Señor, los cuales advirtieron repetidamente acerca de este cáncer nefasto que cundiría el cuerpo de Cristo en nuestros tiempos. La exhortación es para cada siervo genuino de Dios, para cada creyente, líder o ministro:“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él gano por su propia sangre.Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebano.Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” Hechos 20:28-30.

Dios Les Continué Bendiciendo.

LIBRO: ""LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN""

EN NOMBRE DE JEHOVA DIOS:

SEGUNDA EDICION

MODIFICADA Y AMPLIADA.









TITULO DEL LIBRO:




“LA IMPORTANCIA DE LA ORACION”





José A. Rivera M.































ÍNDICE





Prólogo…………………………………………………………………….. página ( )

Dedicatoria…………………………………………………………………

Introducción ……………………………………………………………….

1.- Capítulo I Orad si cesar………………….

2.- Capítulo II El servicio de oración…………………………………..

3.- Capítulo III Formulas y actividades de oración, reveladas por Dios..

4.- Capítulo IV El dulce huésped de mi alma…………………………...

5.- Capítulo V ¿Orar al Espíritu Santo?...................................................

6.- Capítulo VI Oración Bíblica para el Cristiano Evangélico…………..

7.- Capítulo VII Estamos en guerra, guerra espiritual……………………

8.- Capítulo VIII Testimonios del poder de Dios en la oración……………

Epílogo……………………………………………………………………..
























PROLOGO.

Con el corazón lleno de fe en el Trino Dios: El Gran Creador del universo; su amado Hijo Unigénito, el Señor Jesucristo, la plena certidumbre de la presencia del Espíritu Santo en su vida, el autor de este libro, el hermano José Arnoldo Rivera Morales plas-ma en el mismo con toda la certeza que lo caracteriza, lo eficaz que es la ORACION.

Nos invita en un claro desafío a que pongamos todo el empeño que esté a nuestro al-cance el llevar a feliz término el contenido de este volumen. Se siente al leer cada pá-rrafo la convicción de lo que nuestros ojos están llevando a la mente.

Entiendo perfectamente que dos son las cosas que están a favor de la naturaleza huma-na, a saber: la mayoría de los miembros de nuestras Iglesias evangélicas se resisten a ORAR y a LEER la literatura cristiana, incluyendo la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Con base en estos dos puntos, le pido al amable lector hacer un esfuerzo sobrenatural para salir adelante superando los escollos que pueda encontrar en el camino de estos dos buenos hábitos, como lo son la oración y la lectura de las cosas de Dios.

Si se vencen estos obstáculos y se ponen en práctica, créame que obtendrán preciosos y excelentes dividendos, cual nunca los había imaginado. El Espíritu Santo bendecirá a los que lo hagan. Recuerde: ORAR siempre bajo cualquier circunstancia y LEYENDO las Sagradas Escrituras, y por ende, todas las citas bíblicas que aparecen en este libro, será de gran e incalculable valor para su vida espiritual y material.

Que Dios nuestro Padre celestial y nuestro Señor y Salvador Jesucristo, use este trabajo para su gloria y honra es mi anhelo y ORACION.

Ciudad de Guatemala, 11 de Agosto del 2005.

Arnoldo Rivera Ramírez
Ex Pastor en Misión Santuario Monte Sinai de Quetzaltenango.
Y posteriormente 14 años como presidente de Iglesia Congregacional Pentecostés en Guatemala. Sirviéndole a Dios por más de 40 años.


























DEDICATORIA.


A mi amada, bella y dulce esposa, Erica R. Lemus T. de Rivera
Sierva del Dios Altísimo, Pastora de la Iglesia Evangélica Monte de Sión en Guatemala.
A mis bellísimas hijas: Ericka Julissa, Maria José, Jennifer Carolina, Jaquelin Eunice, y Melody Joice Ester Rivera Lemus.
A mi primogénito y galán José Gabriel Rivera Lemus.
A mi papá Arnoldo Rivera Ramírez, Siervo de Dios.
A mis hermanos: Pastor; Mario Rubén y Ana Maria, cuñados, sobrinos e hijitos.
Y muy especialmente a mi Madre Julia Morales de Rivera y mis hermanitos; Lucia Hortensia, Julia Carolina y Pablo Samuel; los cuatro ya en los primeros instantes, gozan do de la vida eterna.





























CAPITULO UNO.


“ORAD SIN CESAR”

1ª. Tesalonicenses 5:17


Orar:

Es pedir, rogar, suplicar.

En definitiva, el Cristiano Evangélico, no gusta o no sabe orar con fluidez; sin embargo este es el acto más sublime, el más importante en la vida del ser humano que decimos llamarnos cristianos.

La oración, debe ser la actividad número uno en nuestra lista de prioridades, que darán inicio a nuestro Bendecido día. El sabio Salomón dice inspirado por Dios en Proverbios 8:17 “Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan.” Definiti-vamente debemos empezar nuestros días, orando; acción que significa una auténtica e invaluable oportunidad de entablar comunicación con nuestro Creador, Jehová Dios de los ejércitos celestiales, por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; haciendo vi-va la monumental, extraordinaria y plenipotenciaria promesa cuando nos dice: “Todo lo que pidieres en mi Nombre.” Es únicamente en el poderoso nombre de CRISTO JESUS que podemos dirigirnos en oración a nuestro Todopoderoso, Omnisciente, Omnipotente, Justo y Buen DIOS.

Aprendiendo a hacerlo:

No sabemos orar, aceptémoslo con humildad que al Señor le place nuestra sinceridad; por consiguiente, esforcémonos en aprender, tal y como está escrito en el Evangelio se-gún San Mateo, capítulo 6: 9-13 cuando Jesús dijo: “Padre nuestro que estas en los Cie-los, santificado sea tu Nombre, venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en ten- tación, más libranos de todo mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por to-dos los siglos, Amén.”

Esta oración que el Señor Jesús expresó en aquella oportunidad a sus discípulos, quedó para la posteridad como un modelo; por lo tanto, no es preciso que rigurosamente deba-mos repetirla en cada ocasión o tengamos que decirla diez o veinte veces, como algunos erróneamente lo hacen; nuestro Señor advierte antes de enseñarnos esta gloriosa oración en el pasaje anterior de San Mateo 6: 7 “Y orando, no uséis VANAS REPETICIONES, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”

Hablemos en oración con nuestro buen Dios en el Nombre de Jesús; hagámosle saber lo importante que Él es en nuestra vida, siendo por ello que le adoramos solo a El, que lo amamos, que le agradecemos por todo; incluyendo lo bueno o no aceptable por nosotros por la lluvia, por la luz del sol, por el descanso, por el sueño, por el insomnio, por el frío por el calor; en resumen por todo; pidámosle que al empezar el día nos proteja, nos guíe, nos lumine; que permanezcamos siempre al amparo de su infinita misericordia.

Estamos obligados a orar al despertar; en otro capítulo más adelante veremos donde orar y el tiempo para estar en comunión con nuestro único Dios; por ahora enfoquémonos en que es prudente y necesario orar, a pesar de que al principio de nuestra Nueva Vida, no lo hagamos con la premura necesaria. El nos dio una pauta muy importante, al empezar una oración, aunque no deberá ser repetitiva como nos lo indica con anterioridad.

“Cero autonomía delante de Dios”

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” “Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.” Filipenses 4: 13 y Salmo 121: 2, respectivamente.

Muy concientes debemos estar que solos, no podremos enfrentar los acontecimientos que se suscitan alrededor nuestro en este mundo.

Debemos orar constantemente; dejando a un costado nuestra apatía al respecto.

Si no empezamos el día en oración, aunque esta sea breve; será muy difícil que nos lle-guemos a recordar el orar el resto del día; porque las obligaciones, los problemas y hasta nuestros pasatiempos nos harán olvidar el entrar en comunión con nuestro Santo Padre Celestial. Caeremos irremediablemente en el error de no orar.

A lo anteriormente expuesto, aprendamos del comportamiento de las ranas; el acomodo a no ejercer una buena práctica nos llevaría a una muerte espiritual muy dolorosa. Les cuento lo de las ranas, que por su naturaleza son así: si ponemos a un anfibio de estos dentro de un balde con agua muy caliente, inmediatamente saltaría para evitar morir con quemaduras graves; pero si la colocamos en el mismo recipiente con agua fría, que es si milar a su hábitat, poniendo a calentar el balde hasta hacer hervir el agua, la rana se que-dará allí hasta morir. Lo mismo nos sucedería a nosotros, si nos acomodamos como la famosa ranita; nos quedamos en nuestro frío escenario de no orar y esto nos lleva a la muerte espiritual. Saltemos del acomodo, de la indecisión, de la pereza, de la idiferen-cia del no orar y seremos victoriosos en Cristo Jesús.

“La Oración y la Regla de Oro.”

Esta bella enseñanza está plasmada en el evangelio según San Mateo 7: 7-12:

“Pedid y se os dará, buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá. ¿Qué hombre hay de voso-tros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos ¿Cuánto más vuestro padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también ha ced vosotros con ellos; porque esto es la ley los profetas.”

En este hermosos pasaje Bíblico, Dios nos da una ilustración y una clave; El es bueno y compasivo y no nos dejará si oramos a su Majestad y pedimos.

Estamos pasando tiempos difíciles tales como nuestro amado Jesús profetizó en el muy conocido capítulo 24 de San Mateo; a consecuencia de estas profecías no deberíamos es tar pidiendo que no acontezcan, porque si Dios mismo lo anunció por medio de su Ama-do Hijo, nuestro salvador y por intermedio de sus siervos los profetas, es cuestión exclu-siva de Dios que se deberán cumplir esas advertencias.

El mundo y sus gentes se pervertirán de tal manera que ya no se soportará como en los días de Noé; a nosotros los hijos legítimos de Dios nos corresponde orar, pidiendo mise-ricordia por aquellos por los cuales se cumplen las profecías de los días de tanta maldad.

Retomando el tema que concierne a nuestras nefastas actitudes que nos hacen actuar en ser olvidadizos, acomodados y desinteresados en la oración; definitivamente debemos procurar al máximo en llegar a disciplinarnos en ella; en entender que sin Dios de parte nuestra en la comunión, no somos ni sabemos nada.

Jamás deberíamos ceder al costumbrismo que nos conduce a los tan repetitivos refranes de “hay Dios mío” “Dios me libre” “Dios santo” expresiones que nos hagan pensar con absoluta equivocación que estas frases son un medio de comunicación con Dios. La ora-ción difiere diametralmente con un simple refrán. La oración es en su esencia, el enta-blar una dialogo con Dios; con el indispensable requisito que se debe realizar ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE EN EL PODEROSOS NOMBRE DE JESÚS.

Que impactante es conocer que el propio Maestro oraba constantemente; leemos en San Mateo 14: 23: “Despedida la multitud subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la no che, estaba allí solo.” San Mateo 26: 36 dice: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getzemaní, y dijo a sus discípulos: sentaos aquí, entre tanto que voy allí y ORO.” En el versículo 39ª leemos: “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo…………..” Al igual que cuando compartió la enseñanza del lavato-rio de pies (San Juan 13: 4-17). ¡El lo hizo! Pensémoslo bien: ¿Qué de nosotros?

Más citas con respecto a que Jesús oró siempre, dándonos ese maravilloso ejemplo: San Mateo 26: 53, San Marcos 1:35, San Lucas 3:21; 9: 29.

No solo debemos orar al levantarnos, lo podemos hacer a cualquier hora del día, como dice el salmista en el 119:164 “Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.”

“Débiles somos.”

Nuestra carne es rebelde por naturaleza, debiendo por eso velar y orar: leamos en San Mateo 26: 41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”

Cuando se inició el ministerio apostólico de poner los cimientos (espiritualmente hablan do) de la Misión Monte Sión en Guatemala, el autor de este libro, tuvo la maravillosa e inigualable experiencia de llegar a orar siete horas diarias, pero jamás por mis propias fuerzas; porque a la verdad la carne es débil y rebelde; sino por la Gloriosa fortaleza que solo el Espíritu Santo nos provee. Fue gradual, se empezó por una hora, luego dos, in-mediatamente, tres; al darnos cuenta ya estaba orando cuatro y cinco horas diarias; pero el anhelo de mi corazón eran siete horas diarias y Dios me lo permitió. Con toda razón y lógica, dirá Usted, pero si hay muchas cosas que hacer a diario, a causa de que somos personas muy ocupadas y responsables y el tiempo es tan valioso. Le comparto amado lector, que nosotros también tenemos muchos compromisos seculares, pero la Palabra de Dios dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas os serán añadidas.” Sin quererle decir con esto que seamos personas irresponsables, llegan-do a ocupar todo el tiempo en oración, abandonando nuestras obligaciones como buenos trabajadores, ciudadanos, padres de familia, esposos y otras muchas actividades.

“¿Cómo hacerlo?”

Orar por ejemplo siete horas diarias es agotadísimo, tanto espiritual como físicamente. ¡Por supuesto fueron siete horas continuas! Se puede hacer un horario bien escalonado y establecido, que queda perfecto para personas que tenemos ocupaciones de otra índole la mayor parte del día. En nuestro caso se pudo realizar así por ejemplo: (no todos los días, porque el desvelo es cruel)

Plan “A”

12 de la medianoche a 5 de la mañana –cinco horas- más una hora de 11:00 a.m. a 12:00 p.m. y la séptima hora de 3:00 p.m. a 4:00 de la tarde.

Plan “B”

5:00 a.m. á 6:00 a.m. 1 Hora.
10:00 a.m. á 12:00 p.m. 2 Horas.
16:00 p.m. á 18:00 p.m. 2 Horas.
10:00 p.m. a 12 de la media noche, con estas 2 Horas se completarían las siete (7) horas.

O bien el horario que Usted pueda establecer de medias horas o una hora en el transcur-so de las 24 horas del día.

Debemos estar plenamente concientes que esto requiere de un largo y complicado proce so. Que más que un deseo, sea un ferviente anhelo del alma, corazón, mente y cuerpo.

Dios nos permitió realizar esta proeza; estamos concientes que fue bajo su completa a-probación, sustentación y la guía de su Santo Espíritu, sin la cual no se hubiese logrado orar tan siquiera 15 minutos. Eran periodos completos de oración de guerra, súplica por las almas, ruegos por la buena cimentación de lo que hoy es la misión Monte Sión en el País y fuera de este. Ahora ya no ocupamos todo ese tiempo en oración; quizá porque en los insondables planes del Señor está realizar otro tipo de actividades, sin descuidar en lo absoluto los tiempos de oración y animando a otros siervos para que en casos co-mo lo escrito en este libro, sirva para que estos nuevos intercesores vengan a suplir en lo posible a los que les antecedieron; todo para el beneficio mutuo en la Santa Obra de el Dios Todopoderoso.

El complicado trabajo de elaborar los cimientos es arduo además de que son las labores que nunca se ven, pero han sido los más especiales y necesarios para que el resto del edi ficio se siga construyendo con la total seguridad que aunque vengan tempestades, fuer-tes vientos, golpes, movimientos telúricos o se desate la más cruel de las batallas, lo e- dificado sobre los cimientos seguirá en pie.

Llevando esto al campo espiritual, sucede exactamente lo mismo, con el único objeto que la Obra Redentora de Dios hacia la humanidad siga adelante y que toda la honra, honor y gloria sean exclusivamente para Él, porque nosotros todos somos sus sirvientes estando prestos a realizar los trabajos encomendados en el engrandecimiento de la Gra-cia de Dios por Cristo Jesús.

Seguimos “orando sin cesar” que es el motivo principal de la acción, la cual significa en su esencia que aunque estemos caminando, descansando, hiendo en el auto, avión, tren, moto, caballo o autobús; mentalmente y con los ojos abiertos, debemos y podemos con-tinuar en oración. Si vamos solos o con alguien y de común acuerdo, podremos orar en voz alta y si la ocasión lo permite, cerrar nuestros ojos; de lo contrario debemos tomar las precauciones correspondientes.

El haber experimentado dialogar con Dios a través de Jesucristo y guiados por su Santo Espíritu, por largos periodos de tiempo, nos ha dejado unas maravillosas enseñanzas, las cuales bajo la Soberana Voluntad de Dios, trasladaremos en estos escritos a los amados hermanos en Cristo; dejando con total claridad que con Dios se puede hablar el tiempo que nosotros mismos creamos conveniente.

Dios acepta cualquier tiempo de oración; ya sea de un minuto, siete minutos, media ho-ra, una hora, algunas horas o siete horas como en este caso; porque en la Biblia nunca encontraremos en ningún pasaje tiempos establecidos, sino mandamientos y sugerencias para orar.

Podrían ser minutos u horas, lo importante es orar a diario, así como nos alimentamos, trabajamos, reímos, nos bañamos, amamos, etc. etc. ¡¡¡diario!!!

En nuestras Iglesias Cristiano Evangélicas se tiene como sana costumbre realizar una vez por semana mínimo, el servicio de oración; de eso trataremos en el siguiente capítu-lo; mientras tanto recalcamos y sé que estamos de acuerdo en que la oración es definiti-vamente importantísima y básica en nuestro diario vivir; es el arma más poderosa espi-ritualmente hablando que Dios nos ha provisto; dice Efesios 6:10 “que nuestra lucha no es contra carne ni sangre” y para el enemigo de nuestras almas; la oración que cada uno como verdaderos cristianos en esta tierra hacemos, es el arma nuclear en contra de él. ¡¡¡Así que, sigamos orando sin cesar!!!












CAPITULO DOS.

EL SERVICIO DE ORACION.


Desde que me dio vida Dios, soy cristiano evangélico, soy creyente en El; es decir reco-nozco a Jehová Dios como mi Único, Todopoderoso, Misericordioso, Bueno, Justo, So-berano e incomprensible Dios. Él es el Padre de mi Señor Jesucristo, el Salvador de mi alma para vida eterna con Dios; esto lo digo y escribo guiado por el Glorioso Espíritu Santo de Dios. Por eso soy cristiano Evangélico, pero estuve apartado de estos buenos caminos por algún tiempo, cuando residí por cinco años aproximadamente en el sur de California; posteriormente me mudé a Guatemala, continuando alejado del Santo Evan-gelio; pero en los planes perfectos de Dios estaba el retorno a sus maravillosos caminos ¡Gloria a Dios, aquí estoy bajo su infinita misericordia y bondad!

Me quiero referir a que los que hemos asistido a Iglesias verdaderamente Cristianas E-vangélicas, sabemos claramente que se realizan servicios o cultos un día especifico a la semana; en nuestra congregación siempre han sido los días lunes, por lo regular de una hora de duración, estrictamente “Oración”.

Estas reuniones en otras Iglesias, ocupan dos horas por ejemplo. Lo que si es similar, es que en todas, es el servicio cuando menos personas asistimos.

Quisiera dejar para la posteridad esta humilde frase: EL DIA DE ORACION EN NUES TRAS IGLESIAS, ES EL SERVICIO O CULTO MAS IMPORTANTE DE TODOS, a pesar de ser el más resistido.

“Nos cuesta orar” “No sabemos orar” “No nos interesa orar tanto tiempo”; fueron algu-nas de las respuestas que tuvimos en un reciente cuestionario hecho a los miembros de una de las Iglesias a las que asesoramos.

Según la carta del apóstol Pablo a los Efesios, capítulo 6, tenemos luchas espirituales enormes, conduciéndonos esto a que en gran parte de Iglesias donde se busca de Dios y se libran fuertes batallas contra el enemigo; se conoce de testimonios acerca de Pastores y fieles que tienen el don del discernimiento de espíritus y revelaciones, quienes han compartido experiencias relacionadas a espías satánicos, los cuales llegan a formar par-te de las congregaciones.

Con sabiduría veamos el ejemplo de Samuel Weiss, el “hermano Samy” (Nombre, ape-llido y diminutivo ficticios).

Llegó a la Iglesia, oía los mensajes; por un determinado periodo de tiempo se hizo de rogar en lo concerniente a aceptar al Señor Jesús como su Salvador. Siempre daba bue-nas ofrendas. Se prestaba en todo para colaborar con el pastor y líderes de la congrega- ción.

Transcurrió el tiempo y una noche “aceptó” la invitación de rendirse al Señor, haciendo como todos, su confesión de fe. Como ya era una persona de confianza, muy conocido, siempre servicial; al poco tiempo se bautizó en aguas.

Posteriormente le dieron el cargo de diácono, mejorando notablemente su labor en bien material de la Iglesia.

Se fue transformando en inseparable al co-pastor y luego se ganó la confianza absoluta del pastor general; al grado que lo nombraron anciano principal.

Empezó a dar mayor apoyo a todos los grupos, muy especialmente a las señoritas del coro. Asistía a todos los servicios programados, menos al de oración.

Hermano Samy, el lunes tendrá el privilegio de dirigirnos el servicio de oración-replicó el pastor- un viernes a la tarde cuando se encontraron en el supermercado; a lo que Sam Weiss contestó muy sorprendido –
y, ¿que debo hacer pastor?—
Bueno, debe solo anotar algunas peticiones y empezar la oración. Debe saber hermano que ese servicio es extremadamente importante para la Iglesia en general. Se tiene que orar principalmente para que nuevas almas vengan al conocimiento de la verdad-- Samuel se puso furioso, su rostro se desencajó; el pastor inquirió:
--¿se siente mal hermano Samy?--
Oh si, no es nada grave, son unos cólicos, almorcé algo fuerte y ya ve—mintió—Bueno, espero se mejore—acotó el pastor sinceramente.
Gracias pastor y con relación al privilegio, deseo que sepa que el lunes tengo una reuni- ón de trabajo; no podré estar, ya hablaremos otro día—siguió mintiendo Samuel—
¡Ah! Que lástima, nos habría gustado que tomase parte de este bendecido servicio, sabe que no le he visto los lunes por la noche en la Iglesia; pero bueno, otra vez será. Dios le bendiga Samy- se despidió el pastor.

A los pocos días Samuel habló con los pastores. Platicaron amablemente, fue tanta la confianza que Samuel dijo que el coro necesitaba más ensayos; que el grupo de planifi- cación debería tener más reuniones para llegar a consensos que no se habían dado y que según él: sería sano suspender los servicios de oración los lunes, porque al fin era muy escasa la concurrencia; adujo además, que ese tiempo era valioso para lo que les había expuesto. Fue tanta su labia y astucia que convenció a los líderes.

En un par de semanas después de esa reunión se suspendieron los tan importantes servi-cios de oración.

Tres semanas más tarde, de tan nefasta decisión, los miembros de la Iglesia comenzaron a sentir apatía en las reuniones; se supo de adulterios, fornicaciones y otros pecados en los grupos de alabanza.

De ochocientos miembros, al cabo de seis meses quedaron setenta y dos. Al siguiente día eran setenta y uno, porque el espía satánico Samuel, se había ido. (a otra Iglesia, a sembrar cizaña………)

El pastor sufrió una dura lección: reestableció el servicio de los lunes; oraron por mayor protección.

El Señor Jesús les dio a dos fieles hermanos con el importante Don del discernimiento de espíritu y revelación.

Recalco: este servicio nunca, pero nunca se debe suspender. Si el pastor, la pastora, o los líderes no pueden llegar por algo extremadamente grave; cualquier miembro bauti- zado de la Iglesia, deberá dirigirlo. El único día que no se realizará, será el día glorioso del Rapto. Esa noche, seguramente se llenará de vecinos y miembros que no estaban bien en su relación con Dios. ¡¡¡Será demasiado tarde para entonces!!!

“En completa Oración”

En estas reuniones, se deberá rigurosamente aprovecharse el tiempo en la oración.

Un 98% del tiempo a la oración y el restante 2% a la bienvenida, un par de anuncios y despedida.

El tiempo es corto y muchas almas andan perdidas por las calles sin conocer a Cristo; es pues importante que la mayor parte del tiempo de oración esa noche se dedique para pe-dir especialmente por:

a.- Los vecinos, amigos y familiares; para que se acerquen a las Iglesias verdaderas a es- cuchar acerca de las Buenas Nuevas de salvación.

b.- Se debe orar también para que Dios avive y levante con su Poder a los miembros de la Iglesia; que se organicen grupos, para la evangelización del sector.

c.- Es muy importante que pidan por su pastor, pastora y familia; ya que son los que siempre oran por todos y reciben opresiones. El autor cuando oraba por las noches y ma drugada, por los miembros y gente necesitada, recibía bendiciones, satisfacciones, bue-nas respuestas, pero también opresiones y dardos que el enemigo lanzaba con toda furia; a pesar de que sabía que ángeles estaban al resguardo de su siervo, (Salmo 34: 7 , Salmo 91), una mañana después de terminar una jornada de oración por toda la noche (como parte del horario de las siete horas), llegó a mi oficina, como todos los días; Allan de León Rivera; primo y trabajador de nuestro negocio; me llamó casi ahogándose, para que viera que al pie de la puerta habían dejado tierra de cementerio para destruir nuestro ministerio; Allan sin darse cuenta puso el pie derecho sobre esa tierra; al día siguiente le surgió una llaga, la cual le molestó por varios días.

Posteriormente nosotros sentimos un grave declive juntamente con mi esposa Erika, pas tora de la Iglesia en Prados de Villa Hermosa; problemas que se suscitaron en nuestra vi da espiritual y como pareja. Esta molesta situación, fue decayendo paulatinamente con forme nos entregamos más en oración.

Semanas más tarde y como seguíamos entregados al servicio en la Obra del Señor y en oración constante; fruto de todo esto, era la cosecha de más almas para Dios, añadiendo Él, avivamiento en la congregación; otra mañana llegó a la misma puerta la señora que trabaja en oficios domésticos y al igual que Allan, se paró sin darse cuenta en la tierra trabajada (y es que brujos, hechiceros, espiritistas y cuanta gente del enemigo trabaja con ese tipo de cosas para causar mal), me llamó asustada para indagar quien habría de-jado eso justo en la entrada principal; traté de disimular, mientras empezaba a orar en mi mente, pidiéndole a Dios por protección. La doméstica entró a la casa a cumplir con sus deberes. Por la tarde, se encontraba limpiando unas ventanas, por lo alto, debió haberse subido a alguna silla; explicaba ella que inexplicablemente perdió el equilibrio, por no llegar a caer bruscamente, trató de bajarse pero resbaló y justo la pierna que puso sobre aquel montón de tierra; fue la que se golpeo fuertemente.

El enemigo de nuestras almas, jamás estará tranquilo a causa de que sus adversarios que somos nosotros; platiquemos con el Dios de los ejércitos celestiales, por medio de la o-ración, porque perfectamente sabe que vamos a quejarnos con papá y además le vamos a pedir que salve más gente que permanece esclava en los dominios del mal. No le con- viene, no porque pierde y sufre, y por eso nos ataca, pero nosotros estamos del lado del más fuerte y Todopoderoso. En ocasiones el ataque viene de adentro, de los nuestros; tal y como me sucedió y lo contaré en otro capítulo de este libro. Mientras tanto sigamos en oración y nunca descuidemos el servicio de oración.

“Debería ser una orden”

Una regla de las más estrictas, una obligación que se realicen estos servicios en todas las Iglesias Cristianas Evangélicas, en las cuales se predica el verdadero evangelio de nues-tro Señor y Salvador Jesucristo; con el fin primordial de seguir expandiendo el plan de salvación a toda criatura.

Los jóvenes se reúnen por lo general los sábados, las damas los miércoles o jueves por las tardes, los caballeros los viernes y así se acostumbra un día para cada actividad.

No importa el día, lo importante es que sea por lo menos un día a la semana, el servicio de oración; además cada santo día de la semana, cada vez que se pueda, en cualquier lu-gar, hora, sitio y sin importar que estemos al volante del vehículo, trabajando, caminan-do, realizando cualquier diligencia, practicando cualquier deporte, en el bus o colectivo urbano, oremos; ¡siempre oremos a toda hora!

Pastores: si quieren tener una Iglesia fuerte, con cimientos espirituales consistentes y do
nes del Espíritu Santo abundantes, pongan el ejemplo, manos a la obra; las ovejas harán lo mismo.

Iglesias crecen en calidad de miembros especialmente y estos orando hacen que crezcan en cantidad de miembros que luego al tomar la fórmula de la oración se convertirán en fortalezas impenetrables, con ejércitos fuertemente armados, quienes orarán por otros y así se dará una expansión de la obra para el engrandecimiento de la misma, como hemos venido acotando.

Pastores y líderes no permitamos que en los cultos de oración se canten himnos, se den mensajes, muchos anuncios o testimonios; porque se le perdería la verdadera razón a es-te importante evento. Esto como un sano consejo en el amor de Jesús.

Quisiera con su permiso, proporcionar una idea de cómo llevar a cabo la programación de este importantísimo evento que es “el servicio de Oración” siendo por consiguiente ésta tan solo una sencilla sugerencia, por cuanto nada está preestablecido.

Primer punto: Dar la bienvenida a todos los asistentes.

Segundo punto: Invitar a todos los asistentes a doblar sus rodillas para iniciar la oración
específicamente por las personas vecinas que no conocen el Santo Evangelio de Jesús. Se puede orar por peticiones expuestas muy brevemente antes de comenzar la oración.
Con anterioridad se habrá establecido el tiempo real de oración; si se acordó una hora, pues deberán ser exactamente los sesenta (60) segundos de la misma, debiendo haber un fiel hermano quien con voz fuerte empiece a orar para ir despidiendo las plegarias.

Tercer punto: Anuncios especiales.

Cuarto: un par de alabanzas, y

Quinto punto: Breve oración de despedida.

El recolectar la ofrenda es cuestión propia de cada Iglesia.


“Apatía extrema”

Evitemos por todos los medios posibles: resguardar, alimentar, cultivar y alcahuetear a posibles “hermanos” como el del ejemplo anterior (Samy), y a la primer revelación, ex- pulsarlos del grupo; clamando misericordia por ellos a pesar que son seres enviados por satanás, que sin saberlo ellos mismos en algunas ocasiones vienen a ser siervos-esclavos del mal.

No se alarme o llegue a creer que por sentir desgano, falta de interés o apatía; palabras sinónimas, Usted es un posible candidato para ser temido como espía del mal por no a-sistir al servicio de oración. Estas cosas nos suceden a todos; la apatía nos embarga en general, con mayor auge cuando se refiere al entrar en oración, a causa de los embates del enemigo de nuestra alma, aunado esto a nuestra débil carne y alma rebelde.

Cuando me refiero a mi persona en casos de pecado, desobediencia o rebeldía, siento que puedo decir con toda libertad: YO, y es que precisamente yo, a pesar de escribir este tema en particular, de haber llegado a orar muchas horas, expuesto en clases y tratado de asesorar a pastores en lo concerniente; me veo envuelto en desobediencias para acu-dir no solo al bendito servicio de oración sino a cualquier otra actividad relacionada.(no en toda ocasión por supuesto.)

Lo anterior lo expreso con total humildad, confesando mi falta de entrega absoluta.

Todos por igual somos sirvientes de Dios en su Obra; Él desea nuestra sinceridad.

Si algún día tengo el honor de conocerlo personalmente a Usted amado lector, no espe-re ver en mi rostro reflejos de luz o una aureola a mi alrededor porque hemos orado mu-cho o regularmente. Delante de Dios, todos somos sus amados hijos.

Así es de que si lucha con Usted mismo por no querer asistir específicamente a este ti-po de reuniones de oración, crea que en mi, se desarrolla la misma batalla.

Le insto de todo corazón y en el Nombre de Jesús, que juntos le pidamos a Dios Padre que nos de el ferviente deseo de buscarle en oración.


CAPITULO III



“FORMULAS Y ACTIVIDADES DE ORACION, REVELADAS POR DIOS.”



Él, en su infinita bondad ha revelado varias actividades que compartimos ahora y aquí; para que en el Nombre de Jesús las ponga en practica en su Iglesia local o con los que le acompañan en sus grupos de hogar, sin llegar a invertir ninguna cantidad monetaria; ade más de no discriminar a nadie porque éste no tenga el dinero que solicitan en los lugares que ahora se han puesto de moda para “permitirle” a las congregaciones realizar sus re- tiros.

A causa de estas actividades que podrá realizar junto a su congregación, queremos ex- presar que: ¡Toda la honra y gloria se exclusiva para nuestro buen Dios!

Está Usted amado hermano en Cristo, en la total libertad de promover este tipo de acti-vidades que no tienen derecho de autor, porque el único dueño de la Obra es Dios mis-mo.

l.- Cadenas de oración.
2.-Vigilias en cadena.
3.- Sumersión.
4.- Oración en montes.
5.- Oraciones simultaneas.


1.- “CADENAS DE ORACION”

Es fundamental que en estas cadenas de oración se involucre a todos los miembros fie-les de la iglesia, a los miembros fluctuantes es mejor dejarles mientras se reafirman en su fe. A los que colaboraran, se les solicitará que se comprometan formalmente a esta gloriosa y gratificante actividad ya que este tipo de actos son muy importantes para el engrandecimiento de la Obra de Dios y nosotros como sus siervos, como sus soldados, debemos actuar en la defensa y el engrandecimiento del Evangelio de nuestro Señor Je- sucristo; no solo en nuestra comunidad, sino en todo lo ancho y largo de nuestros De-partamenos, Estados, Provincias y Naciones.

“Proceso”

Esta actividad se puede realizar; desde seis (6) horas a muchas más, sin interrupción.

En días previos se deberá hacer un listado que incluya nombres y el horario adecuado para cada persona, quien deberá llegar cinco (5) minutos antes de su hora acordada; por lo que será muy conveniente una hora de oración por persona. Para tal caso deberá ser delegada un fiel miembro(a), quien con exclusividad será la comisionada a dar el aviso respectivo de los horarios para el cambio de intercesor; debiendo estos únicamente salu- darse e ingresar directamente a continuar con la oración; ya que por ningún motivo, ésta deberá ser suspendida. Si por causas de fuerza mayor no llega uno de los comprometi-dos con esta actividad: el coordinador o el Pastor en su caso, deberá tomar el turno del que no pudo asistir; la idea primordial es no romper la cadena.

Como anotamos anteriormente: estas cadenas de oración se pueden llevar a cabo desde seis, doce, veinticuatro, treinta y seis horas o más; dependiendo principalmente de lo comprometidos que estén los pastores y miembros, en el glorioso movimiento de la ora- ción y la cantidad de hermanos fieles, responsables y ungidos para llevar a cabo este se- rio y Bendecido proyecto.

Es requisito indispensable que se realice en el Templo y la persona que coordine los ho- rarios deberá cerciorase en su caso de que solamente exista un ingreso; que las demás puertas, si las hay, que estén con llave; esto para que el que ora sepa que nada ni nadie lo molestará durante su periodo de comunión.

El único autorizado para abrir y avisarle que su tiempo de oración a concluido o para prevenirle en cualquier emergencia, es el coordinador, debiendo esto hacérselo saber al que ingrese, previamente.

“Base Bíblica”

Nos sustentamos en varias citas Bíblicas, como por ejemplo: Hechos 1: 14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres y con María la madre de Je- sús, y con sus hermanos”.

Escudriñemos la cita de Isaías 56: 7 “Yo los llevaré a mi Santo Monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.” Dice: “sus sacrificios” si el orar por varias horas y días inclusive, para nuestro cuerpo es una actividad física y es-piritual en extremo cansada y sacrificial; el estar postrado, de rodillas, sentado o de pié; es un sacrificio, pero se tiene la esperanza en lo gratificante que será su resultado. Al respecto está escrito por nuestro Maestro Divino, Jesucristo en San Mateo 21: 22 “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”

Se debe prever que para estas cadenas de oración es primordial el indicar motivos por el cual orar. Motivos existen muchos; sean estos por avivamiento en la congregación, por planes de construcción, por hermanos en conflictos y principalmente orar por todos los que no conocen del Señor; los que están en hospitales, cárceles, nuestros vecinos, los que están en eminencia, por los huérfanos y las viudas.

Es muy gratificante suplicar por las viudas; tomemos el ejemplo del pasaje de San Lucas 2:37 de Ana, mujer fiel y profetisa: “Y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones”. Que ejemplo maravilloso; una anciana era ella, porque hacía ochenta y cuatro años que su esposo había muerto; habiendo estado casada siete años dice el versículo anterior, el 36; serían noventa y un años y supongamos que se casó de diez y ocho años; entonces esta virtuosa mujer viuda, llena del Espíritu Santo; tendría a la sazón, ciento nueve años, Gloria a Dios¡¡¡¡¡


Impactante ejemplo a seguir, ¿No lo cree?

Esta viuda, con sabiduría ocupaba su tiempo en cadena de oración personal en el Templo a esa edad tan avanzada, con toda seguridad este acto era un real sacrificio delante de Dios, quien con total certeza lo hacía acepto ante Él. Sacrificio este que creemos, ella lo hacia con gozo; llenándola Dios de su Santo Espíritu. Lleno de atrevimiento y bajo alegoría me atrevo a afirmar que sus oraciones en un gran porcentaje estaban dirigidas a Dios para el engrandecimiento de la Obra del Señor; para que en los tiempos postreros a los de ellos, es decir en el futuro, en el que ahora estamos, tanto Usted como Yo; llegáramos a conocer del glorioso Evangelio de Nuestro Señor Jesús.

Esta viuda y profetisa oraba porque a ese bello, maravilloso, bendito, Santo y Glorioso Niño al cual estaban presentando en el Templo, el siervo Simeón en aquel entonces; fuese también el Redentor en el futuro cercano de Felipe, Pedro, Pablo y todos aquellos hombres; quienes llevarían este Evangelio a toda gente y Nación; además rogaba también por los del futuro lejano, nosotros que estábamos perdidos en nuestros delitos y pecados y que pronto llegáramos a saber de lo maravilloso el ser salvos por Gracia; como escribió el Apóstol Pablo en Hechos 28: 28 “Sabed, pues, que a los gentiles (Usted, su familia, sus vecinos, Yo), es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.”

Por eso es importante que en estas cadenas de oración se ore principalmente por los perdidos y los que en un futuro; (si el Rapto no es luego), conozcan del Señor Jesús.

Conduzcamos pues a los miembros de la Iglesia a que oren en comunión y que no solo estén unidos en otras actividades, sino en la más importante que es la oración. Leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, versículo 42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

“Debemos perseverar en la oración.”

Estas cadenas de oración son un continuo llamar por la línea directa que El nos dio, cuando dijo que “Todo lo que pidiéramos al Padre en Oración, creyendo lo recibiríamos” ese perseverar está enmarcado en este tipo de actividades tal y como lo hacía la Iglesia primitiva, según constatamos en la cita a los Colosenses 4: 2-3: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros……

El Apóstol Pablo exhortaba a los fieles a la oración, pedía y daba instrucciones para que se orara por todos los que no eran creyentes en el Cristo; que se pidiera a Dios por los que se encontraban en eminencia, es decir por los gobernantes. Inducía a que se orara por todos, como anotamos anteriormente. Esto para contribuir en parte por la salvación de nuestras almas (1ª. Timoteo 2: 1-4)

Perfectamente sabemos que todas estas peticiones deben ser dirigidas solamente ante Dios Padre, por medio de Jesús; según Doctrina escrita por el Apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo a los fieles en aquel tiempo y a nosotros ahora; 1ª. Timoteo 2: 5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

Sí esta actividad se lleva a cabo en su Iglesia, pues Gloria a Dios por ello, proclámenla a los cuatro vientos, para que la Obra del Señor continué expandiéndose.

Recuerde que deben permanecer en oración uno tras otro, con horarios continuos para que la cadena no se rompa sino hasta cumplir el tiempo predeterminado con antelación.

Dios, por medio de su Santo Espíritu les fortalezca en ello.



2.- “VIGILIAS EN CADENA”


Esta actividad es similar a las muy conocidas y bendecidas vigilias, las cuales se reali –
zan regularmente de dos maneras: de media noche, es decir hasta las 12 de la noche, ha-biendo iniciado a cualquier hora de la misma velada. Las otras, llamadas vigilias com-pletas, porque concluyen al rayar el alba, cinco (5) o seis (6) de la mañana.

Las “Vigilias en Cadena” tienen la particularidad de que entre tanto se ora en el templo, en otro recinto contiguo, un hermano(a) tendrá una hora o más de oración en privado, como intercesor directo para dar apoyo a los de la vigilia en el templo y estos a la vez apoyaran al que ora en privado; así al terminar su tiempo establecido otro lo sucederá en el turno; turnos que previamente serán concedidos.

Vigilias completas son muy bendecidas, al igual que medias vigilias; y si estas se reali-
zan en completa oración, con tiempos de descanso, para estirar los músculos, tomar al-
go o leer la Biblia; son extremadamente un éxito. Se recomienda que cuando se progra-
me vigilia para oración, se haga oración y cuando se decida programar vigilia para foga-
ta, pues estas son distintas ya que se pueden realizar diversas actividades.

El Señor Jesús, en su estadía terrena estableció las vigilias para orar; lo enfocamos en o- tro capítulo de este libro, que Él siendo el Hijo de Dios, necesitaba de la oración, porque esa era precisamente la forma de comunicarse con Jehová, su Padre Celestial; a pesar de sus muchas actividades cotidianas a causa de su inigualable Ministerio. Acudiendo otra vez a la herramienta alegórica: el Señor Jesucristo procuraba estar por momentos a solas siendo quizá estos momentos a altas horas de la noche. Es precisa la revelación, que de madrugada era cuando tomaba el tiempo necesario para dialogar con Dios Padre a causa de la extrema importancia de su misión en ésta tierra.

Por estas experiencias vividas por la humanidad del Cristo, aunada a su Divinidad, Él nos instruye a realizar vigilias de oración; “Velad y orad, para que no entréis en tenta-ción; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” San Mateo 26:41 Él mismo reconocía como completo Ser humano que fue, que orar es difícil, que el espí- ritu (personal, de uno mismo), esta dispuesto, está con deseos de orar; pero la carne, ¡ah la carne ésta! ¡es tan rebelde! tan débil, tan insensible a la voz de su Creador.

Jesús como Hijo obediente y como ejemplo a imitar; oraba, pidiendo en medio de la noche; comunicándose en el acto de las vigilias, previendo evitar las interrupciones de lo impertinente de algunos; “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.” San Lucas 6:12.

Es importante que a la congregación se le instruya y anime a realizar vigilias; recuerde que estos son los últimos tiempos y debemos estar atentos además de prestos en la ora- ción; como nos dice el Apóstol Pedro en su primera carta, capítulo cuatro y el versículo siete: “Más el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.”

Nuestro ferviente deseo es que nos unamos en oración delante del Trono de Dios; que utilicemos las variantes formulas para realizar vigilias de oración, mejor si estas se hi-ciesen cuando estamos en ayuno; a propósito, permítame decirle mi muy caro lector y amigo: cuando se ora en ayuno, esta actividad viene a transformarse en un cóctel tan explosivo (hablando espiritualmente), siendo un asunto súper eficaz en nuestra lucha contra el mal, desatándose toda clase de Bendiciones que suplirán una amplia gama de ayudas de parte de nuestro victorioso Jehová Dios.

“Dupla de Poder”

El ayuno y la oración en cualquier actividad espiritual, es de suma importancia, siendo una dupla provechosa específicamente en las vigilias, a tal grado que el Espíritu Santo se deja sentir con absoluta fluidez a través de nuestro espíritu el cual se deleita en seme-jante banquete espiritual.

Cuando Nehemías supo la suerte del remanente que quedaron de la cautividad de su pueblo y que los muros de la bella Jerusalén fueron derribados; no le quedó más reme-
dio que ponerse en ayuno y oración: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hize duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los Cielos” Nehemías 1: 4 al estar en esta búsqueda de la misericordia de Dios, el siervo Nehemías pudo reclamar las promesas de Dios a su pueblo escogido. Mas adelante, en el verso 11, podemos apren-der acerca de esa forma de orar, de esa manera de rogar; confiando a la vez en una bue-na y justa respuesta: “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu Nombre; concede a-hora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servia de copero al rey.”

Exponía en el anterior pasaje, el fiel Nehemías, la unión en la oración que tendrían con sus consiervos, ya que le dice en oración a Dios, que estén atentos sus oídos a las plega- rias tanto de él como la de los otros siervos, quienes seguramente oraban y ayunaban en vigilias por lo que solicitaban en aquella oportunidad delante del Dios Eterno.

Muchos años después Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero exponen en Hechos de los Apóstoles, 13: 3 “Entonces habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” Habían en esa iglesia primitiva en Antioquia profetas y maestros que estaban en ferviente ayuno y oración, guiados por el Espíritu Santo, los cuales impusie-ron manos y ministraron a Bernabé y a Pablo; habiendo hecho similar cosa estos siervos en sus viajes misioneros con los que acudían a escucharles; por cuanto oraban estando en ayuno; leemos más adelante en el capítulo l4, versículo 23 “Y constituyeron ancianos en cada Iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien ha-bían creído.”

El ayuno en la oración y ésta en las vigilas, es exactamente similar al acto de enchufarse o acoplarse a una fuente de energía para alimentarse (espiritualmente hablando) de gran poder y poder del bueno, del que viene de lo Alto, del Poder de Dios; circunstancia que nos hará el estar plenamente revestidos del Poder Celestial, para que cuando se ore por liberar almas atribuladas, espíritus atormentados; es decir orar por liberación; se tendrá suficiente autoridad para ello; clave y misterio revelado por el propio Señor Jesús en la cita de San Mateo 17: 21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Gracias a lo sinóptico de los escritos hechos por los cuatro evangelistas; nuevamente se nos di-ce al respecto: “Y les dijo: este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” San Marcos 9:29.

Amados en el amor de Jesús, practiquemos en lo posible las “vigilias en cadena”, apren-dimos como se deben realizar; démosle buen alimento a nuestro espíritu; hagámoslo y ayunemos, que en la oración en la vigilia será como potentes cargas de explosivos para que en el Poderoso Nombre que es sobre todo nombre, el Nombre de Jesucristo, unidos a Él podamos soportar el embate del enemigo de nuestras almas y así estar siempre en victoria con Jesús.

“Sustentación Bíblica”

En las Escrituras encontramos un número amplio de ejemplos de oración en vigilias y de ayuno/oración; le insto a no solo leerlas sino a escudriñarlas, meditando en ellas para ponerlas en practica, lo cual es el deseo de Dios.

Salmos 35: 13. - Salmos 109: 24. - Daniel 9: 3.

Las suplicas del pueblo de Ninive; en Jonás 3: 5. Hechos 10:30. Hechos 27: 9.

2ª. Samuel 12:16. El ayuno y la oración de Jesús en San Mateo 4: 2. etc. etc. etc.




3.- “S U M E R S I O N”

Texto clave:

Génesis 32: 24-26 “Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su mus-lo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me Bendices.”

Apoyo y base Bíblica:

Jeremías 29: 12, 13

“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mi, y Yo os oiré. Y me buscaréis y ha- llaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”

San Mateo 26: 41:

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pe ro la carne es débil.”

San Marcos 11: 24:

“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando creed que lo recibiréis, y os vendrá”

Hechos 4: 31:

“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”

Efesios 6:18:

“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Entre otras muchas citas.

“¿Qué es Sumersión?”

Un plan divino para el engrandecimiento de su Obra y para edificación personal, súper poderosa en Dios.

Cuarenta y ocho (48) horas de total “Sumersión”, dos (2) días exclusivamente de estar plenamente apartados del mundo y sus circunstancias; entregados por completo al buen Dominio y la Gloriosa unción del Espíritu Santo de Dios.

“Reglamento Previo”

Debería realizarse en una casa fuera de la ciudad si es posible o en un Templo que cuen-te con facilidades de hospedaje, pero donde no haya interferencia de ninguna persona a-jena a las actividades a desarrollar.

No se debe permitir bajo ningún punto de vista, el ingreso de personas, media vez haya iniciado la actividad; salidas no son permitidas; si en su caso, solicitan salir será defini-tivo el abandono del área de actividad; esto para no contaminar el ambiente y a los que estén orando.

Deberán distribuir el tiempo de las 48 horas en porcentajes así:

l.- ORACION:

60% del tiempo; es decir: 28 horas, intercaladas.

2.- LECTURA, ESTUDIO Y MEDITACION DE LA SANTA BIBLIA:
(No libros, ni folletos)

20% del tiempo; es decir: 10 horas.
Pueden apoyarse únicamente con diccionario bíblico y concordancia

3.- ALABANZAS:

Se puede libremente ocupar el 10% del tiempo, lo que es igual a: 5 horas.

4.- CONVERSACION CONSTRUCTIVA:

El grupo completo o grupos de trabajo podrán realizar conversaciones de temas bíblicos de la vida del Cristiano (compartir brevemente, testimonios y experiencias), problemas cotidianos, Bendiciones, planes, proyectos y situaciones del andar en Cristo.

Estos tiempos serán distribuidos a criterio del grupo al inicio de la actividad.

“El Ayuno” (extremadamente importante, se debe realizar)

Si en su caso, es un ferviente deseo, considerándose capaz, debería ayunar los dos días; si en su caso, es solo un efecto de emoción colectiva: deberán ayunar un día (mínimo), completo o día y medio.

En cualquier caso, es sumamente importante tomar agua pura.

“Velando en Oración”

La primer noche se deberá realizar vigilia completa de oración. Será muy importante el hacerlo de preferencia “Postrado” es decir de rodillas con el rostro al suelo y combinarlo con acostarse boca abajo o sentarse por ratos y orar en voz alta (no gritar), esto para no dormirse.

“Postrado”

En la Torhá de Moisés, leemos en el libro de Números 20: 6 “Y se fueron Moisés y Aa- rón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Dios apareció sobre ellos.”

Josué se postro delante de Jesús, el Príncipe del Ejército de Dios, según Josué 5: 13-17.

Nuestro Señor Jesucristo se postró sobre su Santo Rostro cuando oró a nuestro Padre ce- lestial, como leemos en el evangelio de San Mateo 26: 39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su Rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa pero no sea como yo quiero, sino como Tu.”

Esta vigilia de la primer noche se debe realizar de preferencia de una a seis de la maña-na; “Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan.” Proverbios 8:17.

La segunda noche y vigilia se deberán turnar para realizar las actividades; es decir debe-
rían dormir dos horas por turnos para no suspender la oración y demás actividades.

La Sumersión se debe empezar (por ejemplo) un viernes a las 6 de la tarde (18:00 p.m.) para concluirla el día Domingo a las seis de la tarde; ingresando a traerlos, los fieles de la congregación para conducirlos al Templo.

Esta actividad se puede realizar con libertad cualquier día de la semana. Se recomienda fines de semana por motivos de estudio y trabajo.

De parte de los coordinadores se les proporcionará: un teléfono celular apagado, exclusi vamente para uso de una posible emergencia; quedando entendido que esta sea muy ur-gente, ya que se deberá al máximo evitar el tener contacto visual y auditivo con el mun- do exterior –recalcando- para evitar contaminarse. Lo anterior es muy importante.

Podría alguien, conciente o inconscientemente tratar de llamar a la puerta; una regla de las más importantes es: NO abrirle a nadie ya que el encargado y designado con anterio-ridad “es el único que podrá abrir” previo solicitud de los que estén adentro.

También se les debe proporcionar: agua pura, linterna de mano y cobertura espiritual.

Estarán aislados del mundo exterior, totalmente.

Ellos (los que ingresen) tendrán el teléfono celular, móvil o personal (que se les dará apagado y con registro de la última llamada), por sí alguien desea retirarse en definitiva, ya que salidas momentáneas NO son permitidas.

Se sobre entiende que allí adentro tendrán todas las facilidades correspondientes.

También estarán seguros para salir; llamando y/o saliendo en caso de una emergencia surgida, entiéndase: terremoto, inundación, incendio, etc. etc.

“El equipo de los Sumergistas”

Deberán ir abastecidos con el siguiente equipo: Biblia, concordancia, Diccionario Bíbli-co, toalla pequeña, toalla para baño, cepillo y pasta dental, desodorante, jabón, Shampoo pantuflas, vaso de plástico, plato y tenedor desechables, ropa floja, tenis o zapatos cómo dos, una chamarra, suéter y/o chumpa, dos almohadas, una bolsa para basura (con peque ños agujeros). No podrán estar en pantaloneta, short, blusas escotadas, tampoco vestir pantalones ajustados, ni lícras. No deberán llevar: teléfonos celulares, radios, audífonos, cinchos, corta uñas, limas para uñas, bolsas y nada que tenga filo o puntas.

La idea principal es estar en completa comunión con Dios por medio de esta actividad, alejándose o apartándose de la rutina que conlleva el diario trajinar con sus problemas, compromisos y circunstancias de la vida secular en particular.

Las recomendaciones dadas en este apartado con relación a esta actividad, son por la ex- periencia tomada de la misma, dando excelentes resultados en la búsqueda de la unción que se anhela recibir de parte de Dios, a través del Espíritu Santo; es por eso que se reci-birá una dote de Dones espirituales del más alto nivel, por lo cual se recomienda seguir estas instrucciones en el amor del Señor Jesucristo, que a pesar de que a algunos les pa-recerán en extremo rigurosas o de corte militar, se han preceptuado para el propio bene-ficio de los que ingresarán a sumergirse en las aguas profundas de la oración y la com-pleta búsqueda de Dios.


4.- “ORACION EN MONTES”

Se acostumbra realizarlas porque también se experimenta cierto desprendimiento del agotador trajín de las ciudades para los que irremediablemente vivimos en ellas.

Se sabe de lugares específicos para este tipo de aventuras espirituales. Se recomienda ir siempre en grupos para evitar ser presa de la delincuencia común a pesar de que nuestra confianza esta fincada en Dios, pero él nos llama a ser prudentes en todo.

El acudir a orar a la montaña es una maravillosa experiencia, pero se deberá evitar el ir solo o con otro compañero; recuerde que a estos sitios también acuden los amantes de la naturaleza, quienes se hacen llamar “ecologistas” y según fuentes fidedignas, estas gen-tes son fieles adeptos a sectas bajo el amparo del movimiento satánico de la Nueva Era. Además muchos brujos y hechiceros, edifican sus altares en algunas montañas; es por e-so que se deberá acompañar por varios hermanos en la fe, que estén dispuestos.

En líneas arriba se hace mención acerca de que se han establecido lugares especiales en montes o parajes en los cuales, con total libertad se puede acudir a buscar en oración el favor del Creador debajo y sobre su maravillosa creación.

“Apoyo en la Palabra Escrita de Dios”

En la Santa Biblia, encontramos varios pasajes que mencionan este tipo de encuentros, proporcionándonos bellos ejemplos:

En San Mateo 14: 23 leemos: “Despedida la multitud subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo” El Señor siempre hubo de dar con hechos tangi-bles el ejemplo a imitar. Él prefería orar a su Padre, alejado de las multitudes que le se- guían; amén de la impertinencia de sus propios discípulos; por lo que optaba por apar-tarse a los montes, dándonos esa opción perfectamente aplicable en nuestros días.

Las multitudes lo seguían a todas partes, afanadas en algún milagro e incluso a la espec-tativa al igual que hoy en día, para ver si les proveía de una que otra moneda. Concluida su ardua jornada, Él seguía en la oración, según relato verídico en el Evangelio según San Marcos 6: 46 “Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar”.

Costumbre sana y digna de imitar tenía el Señor Jesús, de comunicarse en oración con su Santo Padre, al iniciar y terminar sus labores cotidianas: “Levantándose muy de ma-ñana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Siendo muy oscuro; me imagino las tres de la mañana, en lo mejor del sueño, cuando nuestro organismo disfruta del placer del dormir en la comodidad de la cama y el despertar se nos hace muy difícil……… levantarse, aun más. Para cuando hayamos planificado orar de madrugada; el día anterior, pidámosle a Dios que nos dé la fuerza necesaria para po- der hacerlo, porque: “Todo lo puedo en Cristo que me Fortalece” Filipenses 4: 13.



5.- “ORACIONES SIMULTANEAS”


San Mateo 18:19:

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi padre que está en los cielos.”

Esta modalidad de oración es sumamente accesible de realizar.

Es preciso estar todos anuentes, concentrados, sincronizados y comprometerse ante los hermanos de la Iglesia al acordar programarla y llevarla a cabo para un día y hora espe-cíficos.

Se deberán coordinar todos los que participen para orar por espacio de cinco minutos un día equis a una hora establecida. Por ejemplo: el siguiente día miércoles de once de la mañana a once y cinco de la mañana (11:00 a.m. a 11:05 a.m.), oraremos, cada uno en donde esté, de una manera sincronizada. Rigurosamente todos anotarán esa fecha y la hora acordada. Deberán establecer algún sistema de alarma o señal cinco minutos antes de la hora establecida.

Es muy importante que se ore por una petición en particular y preestablecida; para que juntos y unánimes sea más potente la acción. Recordemos cuando se cumplió la profecía hecha por Jesús, referente a que cuando el ascendiese a los Cielos, enviaría al Espíritu Santo; sucedió precisamente en el día de Pentecostés; Hechos 2: 1: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos” esa acción es la que se quiere captar en este tipo de actividad, que aunque en este caso no se estará físicamente juntos, sí estare-mos “todos unánimes juntos” espiritualmente en oración, en comunión con Dios, por medio de su Espíritu Santo, en el Nombre de Jesús.

El tiempo será el mismo, nuestras actividades muy distintas; pero nuestra comunión nos hará estar en la misma línea directa con Dios.

Quizá el hermano “fulano” trabaja en su propio taller de mecánica; él dispondrá de sufi- ficiente tiempo con total libertad; dejará sus herramientas por algunos minutos, podrá ir a su oficina o bodega, hasta tendrá la opción de arrodillarse, levantar sus manos, orar en voz alta, en fin estará mucho más libre que el supuesto caso de la amada hermana “zuta- nita” quien labora en una fábrica de ropa y constantemente está siendo supervisada por alguien que no profesa la misma fe y de quien ella sabe que al pedírsele permiso para po der realizar dicha actividad, únicamente conseguirá burlas, regaños e insultos; por lo que ella tendrá que orar en su puesto de trabajo, con los ojos abiertos y con la mente en constante comunión por espacio de cinco minutos los cuales para ella parecerán (por las condiciones en que se encuentra), como veinticinco minutos y para el hermano del taller de mecánica los cinco minutos, no le serán suficientes; pero allí la clave de este tipo de actividad es el haber estado en comunión delante de Dios, precisamente, el mismo tiem- po para todos los que acordaron realizarlo.

Estaremos en un mismo espíritu, en un mismo sentir; haciendo vivas las acertadas fra-ses seculares: “Juntos todo es posible” y “La unión hace la fuerza”.
“Manos a la Obra”

Apliquemos en lo posible estas formulas de oración en nuestras Iglesias y tendremos un mayor avivamiento en las mismas, para que la Obra Redentora del Señor Jesucristo siga en franco crecimiento por todo el mundo, dándole fiel cumplimiento a la espectacular y potente Santa Escritura en este maravilloso pasaje de San Mateo 28:18-20:

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el Nom-bre Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mun do. Amen.”

Se seguirá cumpliendo esta Escritura, si nosotros su Iglesia, los ya salvos por Jesús; ora-mos por los que aún no le conocen. Siendo este nuestro deber como hijos aceptos.

Amemos a nuestros semejantes, odiemos el pecado que ellos cometen y oremos para que la luz de Jesús les ilumine, pudiendo llegar al pleno conocimiento de su Palabra que es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Los miembros que conformamos las Iglesias Cristianas Evangélicas, debemos clamar con insistencia por:

a.- Los no convertidos, principalmente; posteriormente por:

b.- Nuestra familia cercana y lejana.

c.- Nuestras necesidades y problemas más urgentes.

d.- Por nuestra salud.

e.- Por fortaleza espiritual, avivamiento personal y de los convertidos.

f.- Por los que están en eminencia, que son nuestros gobernantes.

g.- Solicitando todo lo prudente y conveniente que Usted desea; pero recuerde el primer punto: los no convertidos, para que “les alumbre la luz de su Palabra”.

Deseamos lo mejor para ellos, que sean salvos para vida eterna, que estén libres del mal, que tengan trabajo y bienestar; por eso oramos a Dios; más ellos no nos comprenden, ni nos aman, mucho menos lo agradecerán, al contrario nos ofenden; aquí es donde se debe cumplir con el mandamiento de orar por nuestros enemigos, es decir por los que con in-sistencia nos ofenden; San Mateo 5: 44; San Lucas 23: 34; Hechos 7:60.

“Recapitulando”

Estas son actividades variables y aplicables para nosotros; nos permitirán de distintas maneras entablar contacto con nuestro único y Soberano Jehová Dios.

Nos permite entonces enseñar y poner en práctica métodos para la oración; recordando siempre que la oración, por muy corta o muy extensa que sea; se debe rigurosamente proceder a realizar UNICA Y EXCLUSIVAMENTE A JEHOVA DIOS, EN EL NOM- BRE PODEROSO DE CRISTO JESUS Y GUIADOS POR EL ESPIRITU SANTO DE DIOS.

Tenemos la oportunidad de orar a nuestro Dios, por sus muchos nombres; sabiendo muy claramente que es UN SOLO DIOS.

“Jehová Shadday”

En el Nombre de Jesús podemos orar a nuestro JEHOVA SHADDAY. El nombre Sha-dday se traduce como Omnipotente o Todopoderoso.

En la Septuaginta se traduce con las palabras: Dios, Señor y Todopoderoso.

El nombre Shadday indica realmente la plenitud y riqueza de la gracia de Dios; por lo cual a nosotros sus hijos nos debe recordar que todo don bueno y perfecto, desciende de Dios, que El nunca se cansa de derramar sus misericordias sobre su pueblo; que siempre está dispuesto a proveernos, que lo que nosotros, a recibir.

El termino (Shadday) está relacionado con una raíz que significa un pecho (de una ma-dre que amamanta a su bebé), la palabra Hebrea “Shad”, se usa con frecuencia para de-signar el seno de una madre que amamanta y de ello la idea es similar a la que compone en nuestro idioma la palabra; “exuberancia.” Quizá la palabra dadivoso comunicaría el sentido con mayor precisión. Oremos pues a nuestro Shadday cuando pidamos de Él misericordia. Sabemos que el significado en el Hebreo de esta palabra (misericordia) se traduce como: amor y lealtad, de Jehová-Shadday hacia nosotros, sus pequeños hijos.

“JEHOVA-ADONAY”

Personalmente, el nombre que más me impresiona y gusta de orar a mi Dios.

La palabra generalmente traducida “Señor” o “Mi Amo” es Adonai. Es una forma espe-cial del verbo “Adown”, término que significa: “amo”

Amo, Señor. Dios es dueño de toda su creación (Malaquias 1:6). El nombre Hebreo del Antiguo Testamento, la “Tanak” (Tanaj), que es la Biblia Hebrea, Adonai y su contra parte griega del Nuevo Testamento “Kirios” describe la relación entre el amo y el escla-vo con una doble implicación: “El amo: Dios, tiene derecho de exigir la obediencia, el esclavo, Usted y yo, tenemos la obligación de exigir provisión por medio de la oración.”

Podemos orar en el Nombre de Jesús a nuestro Dios por sus nombres, (si así lo preferi-mos, ya que no es Doctrina ni mucho menos dogma), y para diferentes motivos, según las características de sus nombres en el rico y maravilloso idioma Hebreo:

1.- Jehová-Tsidkenu: Justicia nuestra; “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. 2ª. Corintios 5: 21.

2.- Jehová-m´Kadessh: nuestro Santificador; “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1ª. Tesalonicenses 5:23.

3.- Jehová-Shalom: nuestra paz; “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7.

4.- Jehová-Sama: Dios con nosotros y en nosotros; es decir: la presencia de Dios; “¿No sabéis que sois Templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” 1ª. Corin-tios 3:16.

5.- Jehová-Rafá: nuestro sanador, del alma y cuerpo; “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.” Salmos 103: 2,3.

6.- Jehová-Jireh: nuestra provisión; “Bendeciré abundantemente su provisión; a sus po-bres saciaré de pan.” Salmos 132: 15.

7.- Jehová-Nisi: nuestro estandarte; “Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la vic-toria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” 1ª. Corintios 15: 57.

8.- Jehová-Rohi (raah): nuestro Pastor; “Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen, y Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi Mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la Mano de mi Padre.” San Juan 10: 27-29; Salmo 23.

9.- Jehová-Sabaot: nuestro suplidor y dador de victoria; “El que no escatimó ni a su pro pio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él to-das las cosas?” Romanos 8:32.

10. Elohim: Poder y la fuerza de Dios; “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firma-mento anuncia la obra de sus Manos.” Salmo 19: 1.

11. Olam: el Dios eterno; “¿No has sabido, no has oído que el Dios Eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su enten-dimiento no hay quien lo alcance.” Isaías 40: 28.

12. Jehová-Roi: el Poderoso que ve; “Entonces llamó el Nombre de Jehová que con ella hablaba: tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?” Gé-nesis 16:13.

Pero su nombre más conocido en nuestro idioma es: JEHOVA, del Hebreo YAHWEH o YAHVE, vocablo que se derivó de las consonantes “YHWH” que los antiguos escribas pusieron al impronunciable nombre de Dios a causa de lo Santo y Sagrado de su existen cia; según advertencia a su pueblo en el pasaje del Éxodo 20: 7 y Levítico 24: 11. Poste-riormente los traductores hebreos le incorporaron las vocales en el texto masorético, del nombre “Adonai”, circunstancia que es un misterio, de donde extrajeron las vocales res-pectivas para que la traducción al hebreo fuese el más Santo vocablo “YAHVEH” en es-pañol: J E H O V Á.

El Santísimo Nombre Jehová, expresa no cualidades de su persona, ni una faceta de su personalidad sino su Nombre Propio.

Jehová es el Nombre del Dios único y verdadero. Sí Usted cuando ore, no recuerda los nombres, con que los antiguos le llamaban según las diferentes facetas de su Santa Per-sonalidad, es decir, si pedían por cosas específicas que enmarcan el significado de sus nombres; pues, no se aflija, que Jehová Dios, Señor nuestro por medio de la maravillosa función de su Santo Espíritu, conoce las intenciones y motivos de nuestras oraciones.

Si desea ser más especifico, pudiendo memorizar algunos nombres (siempre conciente que es un único Dios), debería orar así por ejemplo; si pide por provisión: “Mi Jehová-Jireh, en el Nombre poderoso de Jesús, te pido que me proveas de……………….” Y si no; puede orar simplemente así: “Jehová Dios, en el Nombre de Jesús, te pido…………

En todo lugar y momento recuerde que el Nombre Jehová, es el Nombre más común de nuestro Dios. Aparece 6,823 veces en nuestra Biblia. Jehová el Dios de existencia pro-pia; el Dios del pacto, Génesis 2: 4.

Comprendimos que este Santo Nombre, a generado formas compuestas con otras pala-bras hebreas, queriendo destacar o realzar algún aspecto especial de nuestro único y so-berano DIOS; al cual nos podemos dirigir en oración en las muchas maneras que se han detallado en este capítulo, para el engrandecimiento de su Obra Redentora y beneficio espiritual de cada creyente en Jesús, el Mesías.






CAPITULO IV.



“EL DULCE HUESPED DE MI ALMA.”



Es maravilloso, respetuoso, dulce, amable, bello, bondadoso; sinceramente, no existen palabras en ningún idioma para llegar a expresar lo mucho que significa para nuestro ser el glorioso Espíritu Santo de Dios.

Él es el “dulce huésped de mi alma” quien nos hace llegar a Dios por medio de la ora-ción, el que en definitiva nos induce ha hacerlo; su maravillosa presencia nos da fuerza para continuar en esa línea.

Es un deseo, una pasión, un dulce despertar, una brisa que acaricia nuestro espíritu, un suspiro en el silencio, un aliento fresco, una visión de mil colores, un aroma de frescura sin igual, acaparando las delicias de un jardín celestial, que expande nuestra visión de lo terrenal a el paraíso eterno, el cual será nuestro hogar. Eso y mucho más es el sentir la Divina presencia del Espíritu Santo en nuestro ser (Jehová-Sama).

La llenura del Espíritu Santo, llega en la mayoría de oportunidades en la oración; Pedro y Juan lo hicieron; leemos en Hechos 8: 15 “Los cuales, habiendo venido, oraron por e-llos para que recibiesen el Espíritu Santo.” Versos más adelante, habla de la imposición de las manos para recibirlo también. “Entonces les imponían las manos, y recibían el Es píritu Santo.”


Podemos orar en COMUNION CON EL Espíritu Santo (no a Él), si oramos en lenguas espirituales será ésta una oración con llave, con cerrojo; definitivamente será nula la in- terferencia del enemigo; se podría molestar en extremo ya que nunca llegará a compren-der por lo que estamos pidiendo. Absolutamente le será imposible interpretar el dialogo que estaremos entablando con nuestro Santo Dios; por lo cual la oración que llevaremos a cabo ENTRE el Espíritu Santo y el nuestro propio, insistimos: será indescifrable.

Pediremos, edificándonos en la fe; acción que se viene a transformar en el trampolín que nos impulsa a pedir.

Oremos, pues, en comunión con el Espíritu Santo. El Apóstol Judas en su único capítulo versículo 20, nos lo aclara: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísi-ma fe, orando EN EL Espíritu Santo.” Se nos concede esa oportunidad de orar EN EL Espíritu, tomemos esa opción como propia; transformando a nuestras Iglesias en autén-ticas fuentes de unción; anhelando fervientemente que algún día podamos llegar a ser como la Iglesia Primitiva de Hechos 2, y así orar en la plenitud de la llenura del Espíritu Santo.

El Apóstol Pedro, guiado por el Santo Espíritu visitaba lugares, en lo cuales habían per- sonas necesitadas también de la Unción; lo confirmamos en los Escritos de los Hechos de los Apóstoles 11: 15, 16 “Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”.

Orar EN EL Espíritu (NO AL ESPÍRITU), es una experiencia sobrenatural, superior y maravillosa; se ingresa a una dimensión desconocida para nuestra carne, pero en extre-mo familiar, cómoda e inmejorable para nuestro espíritu, a pesar de que nuestra carne se sienta incomoda, a causa de su debilidad y falta de concentración; lo expresaba con to-tal acierto nuestro Señor Jesucristo en San Mateo 26: 41: “Velad y orad, para que no en-tréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”

A los que Dios le ha otorgado el maravilloso Don de lenguas angélicas, debiesen usarlas constantemente en sus oraciones.

Debiéramos anhelar más que al oro, la unción que imparte el Espíritu Santo de Dios, en armonía al don o regalo de la oración que solo Él puede proveer. Que esa unción perma- nezca constantemente en nuestro ser; 1ª.Juan 2:27 “Pero la unción que vosotros recibis-teis de Él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en Él.” Esa misma Unción, adhiere presencia de Dios y nos va instruyendo en la oración.

Conforme la llama de fuego del Espíritu Santo se incrementa en nuestro interior, iremos experimentando situaciones que a la carne le parecerán extrañas, pero no a nuestro espí-ritu; él mismo se irá poniendo en sintonía, llegando al punto de orar con fluidez en len-guas celestiales. Veremos que al continuar en esta sana costumbre, se irá alcanzando un nivel más alto e interceder ante el Padre en el Nombre de Jesús, bajo la Unción que ya mora en nosotros, tendremos como resultado: O. B. = ¡Oraciones Bendecidas!


PARAKLÉTOS:

Jesucristo prometió que al Él ascender, enviaría otro consolador (del griego parákletos), el cual permanece en nosotros para siempre, a saber:

A.- San Juan 14:16; nos hace recordad las palabras de Cristo: “Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.”

B.- San Juan 14: 26; testifica las palabras de Jesús, Juan 15:26; “Pero cuando venga el Consolador, a quien Yo enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, Él dará testimonio acerca de Mí.”

C.- Convence al mundo de pecado, San Juan 16: 7, 8; “Pero Yo os digo la Verdad: os conviene que Yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”

D.- Guía a toda verdad, Juan 16: 13; “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda Verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”

Así como los de la Iglesia primitiva fueron llenos; esa promesa es cumplida en nosotros también.

Este mismo Espíritu nos guía a la comunión con Dios y nos hace ser los hijos verdade-ros de Dios; Romanos 8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

Ser guiados por Él nos hace más que vencedores (Jehová-Nisi), nos lleva a pedir a Dios en oración por los necesitados, uniéndonos al profeta Isaías cuando dijo: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mi, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar bue-nas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.” 61: 1.

Una oración guiada nos hace pedir por los más urgidos de ayuda; tanto espiritual como materialmente; siendo esta nuestra misión de parte del Señor.

El Espíritu Santo nos enseña a buscar a Dios en la oración; si no sabemos como pedir, despreocupémonos al respecto; creamos de corazón, lo que leemos en San Lucas 12: 12 “Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.”

Espiritualmente seremos elocuentes en palabras hermosas, al pedir como está estableci-do santamente EN EL NOMBRE de nuestro Maravilloso, Divino y Glorioso JESÚS.

El Espíritu, nos dará enseñanza no con palabra ni sabiduría humana: “Lo cual también hablamos no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que ENSEÑA el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” 1ª. Corintios 2:13.

Este “PARAKLETOS” palabra griega que se traduce como “CONSOLADOR” así nom brado por Jesucristo en las citas de San Juan, cuando se refiere al Espíritu Santo; es el que viene a morar en el interior de cada creyente fiel. El que nos da esa fuerza necesaria para confiar en Dios, al mismo tiempo nos da la certeza que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador; siendo esta la acción que denominamos con tan solo dos letras: FE.

“FE”

La fe, es una situación ambigua; lejana de toda razón y lógica, especialmente para los escépticos; muy dedicada con toda irracionalidad a los agnósticos.

La Fe es una sensación maravillosa; es el motor que nos hace creer en lo que no vimos; una confianza en lo que a veces no sentimos pero sabemos que está ahí, esa palabra tan pequeña pero tan grande a la vez: fe. Hebreos 11: 1

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Más adelante en el versículo 6 leemos:

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se a-cerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

Entonces nuestras oraciones deben ir acompañadas de fe y esa fe es la que el Santo Es-píritu de Dios nos da al pedirle exclusivamente a nuestro padre Celestial.

No es la oración en sí la que provee o responde, ¡es Dios! Un refrán muy popular acerca de la oración dice: “la oración cambia las cosas” insisto: no es la oración, ¡ES UNICA Y EXCLUSIVAMENTE D I O S! si le pedimos con fe en oración, que es muy distinto a que la oración lo hará; ¿Comprende, verdad? espero que si.

“TENIENDO FE, EN DIOS.”

En el Evangelio según San Marcos, capítulo once, Jesús reveló uno de los secretos que hay detrás de la verdadera oración: “Tener fe en Dios” no es tener fe en la fe, ni fe en la oración, sino “fe en Dios” verso 22: “Respondiendo Jesús, les dijo: tened fe en Dios.”

Jesucristo explicó a sus discípulos y por ende a nosotros también; que podríamos con fe pedir que una montaña se quitara de su sitio y fuera echada en el mar. Inmediatamente Él nos da el significado de su asombrosa promesa en el versículo 24: “Por tanto, os digo que todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis y os vendrá.” Aquí nos hablaba el Maestro de la oración contestada. Lo que significa que podemos pedir y recibir única-mente si nuestra petición está DIRIGIDA A JEHOVA DIOS EN EL NOMBRE DE JE-SUS, en fe y conforme a su voluntad; lo respalda el pasaje de 1ª. Juan 5:14 que dice: “Y ésta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su volun tad, Él nos oye.”

Orando en el espíritu en comunión con el Espíritu Santo, es, pues, una gratificante y ex- celsa comunión con Dios; sin el riesgo de interferencia del enemigo. Cuando Dios, en su Santa Voluntad nos permite orar así, se tiene la absoluta fe de que Él tiene todo bajo control; que en esas lenguas que mi carne no comprende, se pide a Dios en completo se-creto; me siento seguro al orar de esa forma, es decir en lenguas; estoy protegido y he de pedir cosas tan secretas que a veces me oigo decir en mi idioma, nombres de personas o ciudades, las cuales, me cuestiono, si acaso no tendrán traducción a esas lenguas. Créalo es maravilloso orar de esa manera.

Pídale a Dios que le de el privilegio extraordinario de orar en lenguas; “Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” San Lucas 11:13.

Todo lo que escribimos o hablamos es totalmente Bíblico; leamos en 1ª. Corintios 14: 2 “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le en-tiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”

Aprovechemos pues este Don, que es lo mismo a: regalo o dádiva; la oración es un don del Espíritu Santo; Hechos 10: 45, 46 dice: “Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lengua, y que magnificaban a Dios.”

En 1ª. Corintios 1: 7, 9 leemos “De tal manera que nada os falta en ningún don, esperan-do la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llama-dos a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” Meditemos en una cita más: 1ª. Pedro 4: 7, 10 “Más el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos ad-ministradores de la multiforme gracia de Dios.”

Que Don más especial el de la oración y sepamos que el don más importante es el de la salvación, es el don de Dios a los hombres y todos los demás dones, incluyendo el de la oración; surgen de esta verdad básica.

El invaluable regalo que se nos dio por medio de la comunión con Dios, a través de la o-ración en el nombre de nuestro amado Jesús; proviene de Dios, según el Apóstol Santia-go en uno de sus escritos, 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”

Agradezcamos ese regalo, esa dádiva, ese don de Dios; para comunicarnos con El.

Para los que empiezan una Nueva Vida en Jesús y no saben o no pueden aún orar, debe-rán con obligatoriedad solicitarle a Dios que por medio de su Santo Espíritu les sea ins-truido como orar. Aprovechando la ocasión, y mientras les es administrada la unción solicitada; les enumeramos algunos motivos importantes para poder interceder por ello.

1.- Orar con devoción por todos sus familiares, por nombre; especialmente por los cer-canos, es decir: esposo(a), hijos, padres, hermanos; posteriormente por los familiares próximos; quien no sabe los nombres de sus tíos, tías, abuelos, primos, cuñados, etc. etc.

2.- Por el País, nombrando los Departamentos, Estados o Provincias y Municipios, alde-as, caseríos, ejidos; colonias, barrios, ciudades importantes, etc. etc. Una buena idea es tener a mano un mapa de su País, poniéndose a orar por todas las regiones; recuerde que quizá Usted conoció al Señor Jesús porque alguien oró en algún lugar por su área de re- sidencia, habiendo sido Usted alcanzado por esa petición, que nunca supo quien, en al-gún lugar, suplicó con insistencia por la salvación de su alma para Dios.

3.- Clamar por los que trabajan en el ejército, en la guardia nacional, en las entidades po licíacas, bombériles, paramédicos, guardabosques, etc. etc.

4.- Por los que están en las cárceles, en hospitales, asilos, orfanatos, los que van condu-ciendo vehículos particulares, de pasajeros o carga, etc. etc. etc.

Por quienes orar hay muchos motivos.

Aprendimos que el Espíritu Santo nos guía a orar, según nuestras necesidades; en el Nombre de Jesús, exclusivamente a Jehová Dios.










CAPITULO V


“¿ORAR AL ESPÍRITU SANTO?”


Que bello es saber que cuando venimos a los píes de Jesucristo, nos rendimos, pedimos el perdón a nuestros pecados, clamamos a Dios en el Nombre de su Hijo; estamos sien-do transformados en Nuevas Criaturas. El Dios Misericordioso, desde ese preciso ins-tante nos da promesa que empezamos una nueva vida, llegando a ser Templo y morada de su Santo Espíritu. ¡Aleluya, Gloria a Dios por la Eternidad!


EL ESPÍRITU SANTO, NOS GUIA A ORAR.

Debemos ser guiados por ese dulce Espíritu Santo de Dios.

Por lo estudiado en el capítulo anterior llegamos entonces a una conclusión Bíblica: que nuestras oraciones obligatoriamente deben ser SIEMPRE DIRIGIDAS a nuestro Padre Celestial, JEHOVÁ DIOS en el Poderoso Nombre de CRISTO JESÚS.

Jamás podremos o debemos “orarle al Espíritu Santo”como suelen acostumbrar, sin ningún fundamento Bíblico algunas personas sectarias. Lo más grave, es que también miembros de nuestras propias Iglesias Cristianas Evangélicas, acostumbran a realizar oraciones así, instruidos por sus pastores, faltos de una perspectiva prudente, sabia y real de interpretación bíblica al respecto.

Muy claro y en cualquier versión, idioma y País de éste mundo, leemos lo que el Señor Jesucristo nos dice:

“Y TODO LO QUE PIDIERES AL P A D R E EN MI NOMBRE,
LO HARÉ, PARA QUE EL PADRE SEA GLORIFICADO EN EL HIJO.”
El Evangelio Según San Juan 14: 13.

El mayor precursor del Evangelio de Jesús, fue el Apóstol Pablo, quien en la carta a los Romanos, nos dice: “Y de igual manera el Espíritu NOS AYUDA en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo interce-de por nosotros con gemidos indecibles.” 8: 26. Escudriñe detenidamente y para tal ca-so, le pido encarecidamente que lea en el mismo capítulo 8, desde el verso 1 al 27, así comprenderá a cabalidad lo concerniente a “vivir en el Espíritu Santo de Dios”.

En éste versículo en particular, Dios nos está indicando que si en determinados momen-tos se nos hace difícil pedirle a Él en oración, Él a dispuesto a su Santo Espíritu quien mora en nuestro interior, como ya vimos en forma de aliento, de halito de vida, es decir: está en nuestra respiración en movimiento, de ahí las voces hebrea “RUAKH” y griega “PNEUMA” que significan: “aire en movimiento”, “viento” o “aliento.” Este Santo Es-píritu, nos AYUDARÁ, pidiendo en angustia con “gemidos indecibles”.

Nunca está expresando el apóstol Pablo, bajo la inspiración de Dios, que: “podemos o debemos dirigir nuestras peticiones o ruegos al Espíritu Santo”.

Una de las misiones más importantes en la vida del verdadero cristiano, es, la oración y el Espíritu Santo es la presencia activa de Dios en la vida y acción de nosotros los pre-destinados.

He oído a muchísimas personas cristinas, fieles en sus Iglesias, orar de esa equivocada manera; es más grave aún oír a pastores o líderes, “orarle al Espíritu Santo”, circunstan- cia carente de fundamento bíblico, que pueda soportar esta acción, la cual Jesús institu-yó de una manera ordenada, verídica e instructiva que se debiesen respetar estos linea-mientos establecidos para la oración del creyente.

En San Mateo, capítulo 6, Jesús nos enseña la suprema oración, popularmente conocida como “El Padre Nuestro” Él nos enseñó a orar, en su Nombre, dirigiéndonos única y ex-clusivamente al Dios Padre: “PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS…” bíblicamente sabemos que Dios Padre, está en su Santo Trono, en los Cielos, que el Es- píritu Santo vive en nuestro ser: “Pero hay un Dios en los Cielos, el cual revela los mis- terios” “Más vosotros no vivís según la carne sino según el Espíritu, si es que el Espíri-tu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.” Daniel 2: 28 a. y Romanos 8: 9. (De varias citas al respecto)

¿Por qué una simple disposición humana, nos pone en riesgo de molestar al Dios de los Cielos? ¿Qué derecho tienen algunos para cambiar la frase: “Padre nuestro que estas en los cielos” por “Espíritu Santo dame tal o cual cosa”? Con esta irresponsable actitud, damos vía libre a los idolatras a pedirle a su “santo” de devoción, lo que ellos deseen y de la manera antojadiza que sea. No tendremos la conciencia tranquila de ir a exhortar a los que le rezan a innumerables ídolos o “deidades”, si les estamos dando la nefasta idea de orar como a nosotros se nos ocurra.

Insisto: ¿Con que derecho podemos cambiar la frase que instituyó Jesucristo: “Todo lo que pidieres AL PADRE en mi Nombre” por la de: “Todo lo que pidieres al Espíritu Santo en mi Nombre” o la de: “Todo lo que pidieres a San Judas Tadeo, etc. etc.”? ¿Somos acaso superiores a Cristo? ¿Nos ha constituido Dios, mayores a la autoridad que le delegó a Jesús? o ¿Debemos seguir los antojadizos mandatos de hombres antes que los establecidos por el Dios Todopoderoso?

¿Se está acaso desobedeciendo en extremo a Dios y por esa causa, Él dispuso que Jesús sentenciara lo que a continuación leerá? “Por tanto os digo: todo pecado y blasfemia se-rá perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.” “Pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.” San Mateo 12: 31 y San Marcos 3: 29, respectivamente.

Es muy común escuchar las frases “Le pedí al Espíritu Santo que me ayude en esto o en aquello, que me de inteligencia, que si me quieren dañar, que Él no lo permita, etc. etc.” Jesús sentirá que sus preceptos o no han sido entendidos a cabalidad o que la desobedi-encia reina a placer aún en casos de comunicación ante Dios Padre, en su Santo y Pode-roso Nombre.

Podría pensar Usted muy caro lector, que estamos desplazando al Glorioso Espíritu San-to ¡de ninguna manera! Ya explicamos y Usted puede muy fácilmente documentarse al respecto, con tan solo armarse de tres elementales instrumentos didácticos: una Biblia, Concordancia y un buen Diccionario Bíblico, para instruirse junto a los suyos.

Jamás osaríamos desmeritar la función invaluable del Espíritu Santo; ¿Quienes somos para hacer semejante tarea? Lo aquí anotado, va corroborando las directrices a seguir en lo relativo al orden preestablecido por Dios en la Divina Persona de Jesús.

El génesis de las ordenanzas de Dios, están siendo reveladas precisamente por su Santo Espíritu a todos nosotros a través de los tiempos.

Sepa que Dios, es un Dios de orden. Él es un Dios Trino Unipersonal; son tres Personas en uno. Cada quien tiene una personalidad y función específica, pero armonizada en un solo Dios. Si esto le confunde, pídale a Dios, en el Nombre de Jesús, que sea guiado por su Santo Espíritu. El que tiene entendimiento espiritual, muy fácilmente comprenderá.

Podremos descifrar lo anteriormente expuesto, con las Santas Palabras del Señor Jesús, cuando hablaba con el Apóstol Judas (San Juan 14:22), por favor, no lo lea: ¡Escudriñe-lo!



SAN JUAN 14:


Verso 23: “Respondió Jesús y le dijo: el que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (a él, con él, es la persona que recibe a Jesús y el Espíritu Santo, viene a morar en su ser).

Verso 24: “El que no me ama, no guarda mis Palabras; y la Palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.” (su Palabra, son los mandamientos y el evangelio que Dios nos da por medio de Jesús, escritos en la Santa Biblia).

Verso 25: “Os he dicho estas cosas estando con vosotros.” (Para que al verlo, creyeran, pero nosotros que no vimos y creímos, fue precisamente tarea exclusiva del Glorioso Es píritu Santo, por ello se nos llama: ¡Bienaventurados!).

Verso 26: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nom-bre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he hablado.”(se ex-plica, lo del Dios Trino Unipersonal: Dios Padre da el soplo, el halito de Nueva Vida y envía su Espíritu Santo en nombre o por nombramiento de Cristo Jesús, a aquella perso- na que reconoce que Jesús, murió y resucitó por él. Este Santo Espíritu mora en nuestro interior en forma de aire en movimiento –Ruakh, Pneuma- y es el que nos induce por fe a seguir en los caminos de Dios, por Gracia en Cristo Jesús. Más fácil, no se puede lle-gar a explicar.)

Esperamos que con sabiduría pueda comprender lo aquí expuesto; si esta nos hace falta, leamos el sabio consejo del Apóstol Santiago: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sa- biduría, PÍDALA A DIOS, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” 1:5.






















CAPÍTULO VI



“ORACION BIBLICA PARA EL CRISTIANO EVANGELICO”



En la Biblia, la oración es entre otras, una acción muy importante de adoración que incluye todas las actitudes del espíritu humano en su acercamiento a Dios.

El verdadero hijo de Dios le adora cuando le da culto, confesión, alabanza, y súplica por medio de la oración. Esta gran acción que es capaz el espíritu humano de realizar, tam-bién se le puede llamar: “comunión con Dios” en tanto se destaque la iniciativa Divina.

Oramos porque Dios toca nuestro espíritu, de esto tratamos en el anterior capítulo.

En la Biblia, la oración no es una respuesta natural, según Juan 4: 24 “Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Debemos orar en el espíritu y en comunión con el Espíritu Santo.

“La oración siempre fue y sigue siendo”

En el Antiguo Testamento, encontramos aproximadamente alrededor de 85 plegarias originales, además hay más o menos 65 Salmos que pueden llamarse plegarias. Se deta-lla a varios grandes hombres y mujeres de oración; por citar a algunos muy notables:

A.- Jabes:

1ª. Crónicas 4: 10: “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras Bendi-ción, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”(Jehová-Jire).

Una simple e introvertida oración en su contexto, pero de abundante fe en su esencia.

Jabes, no sabemos casi nada de él; su madre le nombró así, que en Hebreo tiene una sig-nificación particular que traducida a nuestro idioma dice: “dolor” Se sobre entiende, por lo narrado en estas crónicas, que cuando creció, su comunión con Dios fue fluida por medio de sinceras oraciones; viniendo a ser por causa de esto, nombrado como: “más ilustre que sus hermanos.”

B.- El Rey Asa:

2ª. Crónicas 14: 8-12 leemos “Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas: de Judá trescientos mil y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesa-ban arcos, todos hombres diestros. Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa, entonces salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa. Y clamó Asa a Jehová su Dios y dijo: ¡oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová tu eres nuestro Dios; no prevalez- ca contra ti el hombre.(Jehová-Sabaot) Y Jehová Dios deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.”

Otra oración con fe total, aprobada plenamente por el Todopoderoso Dios de los ejérci-tos.

C.- Jeremías.

Además de gran profeta, era un hombre de oración al máximo nivel. Le apodaban a este varón de Dios: “el profeta llorón” y el “rodillas de camello”, porque se pasaba muchas horas de rodillas en oración.

A causa de los sufrimientos que padeció, en el presente, conocemos la expresión “jere-miquear” proviene de este hombre de oración, Jeremías, quien gemía o se lamentaba en exceso.

D.- El Rey David.

Ungido de Dios, oraba mucho y ponía toda su vida en manos de Jehová.

Cuando confesó su pecado con la mujer de Urías Eteo, su oración de arrepentimiento quedó para la posteridad; habiendo quedado grabada en los archivos celestiales como una de las oraciones más desgarradoras y llenas de humillación delante del misericor-diosos Dios. Impacta leerlo decir en el Salmo 51 “Y no quites de mi tu Santo Espíritu”.

Este Salmo, expresa claramente el ruego de un hombre a la abundante misericordia de Jehová, exponiendo claramente el significado del nombre Shadday.


E.- Jacob.

Hombre de oración constante, quien incluso, llegó a pelear físicamente ante un varón de Dios, que al escudriñarlo a profundidad, era el mismísimo Hijo de Dios (con quien lu-chó Jacob), según la cita descrita en Génesis 32: 24-30.

Por la importancia espiritual que llega a desarrollar una persona de oración, quisiera a-ñadir a estos escritos, lo anotado al respecto en nuestro libro: “¿Por qué Pecamos Aún los Cristianos Evangélicos?”

“Otra de las Teofanías, es decir: una manifestación de Dios en forma visible y corpórea que es lo mismo a Dios hecho carne, por medio de su Hijo, fue aquel Varón de Dios con el cual luchó (podría traducirse como cuando uno ora, pidiendo el cumplimien to de las promesas escritas Divinamente), Jacob; según dice de ello: “Así quedó Jacob solo; y luchó con él un Varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el Varón vio que no podía con él, toco en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo: déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: no te dejaré, si no me Bendices (un claro paralelismo con la cita del Nuevo Testamento que debemos pedir y se nos dará, tocar y se nos abrirá; esto en oración a Dios, en el Nombre de Jesús, exclusivamente) Y el Varón le dijo: ¿cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob Y el Varón le dijo: no se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel (lo cual significa: el que lucha juntamente con Dios, o Dios lucha), porque has luchado con Dios y con los hom-bres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: declárame ahora tu nombre. Y el Varón respondió: ¿Porqué me preguntas por mi Nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (esto significa: el Rostro de Dios) porque dijo: vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” Génesis 32: 24-30.

Deduzco por revelación y resultado del escudriñar, que este varón era el Hijo de Dios, echo carne, ya que en primer lugar, Jacob sabía a quien le pedía bendición, luchando desesperadamente por conseguirla, segundo; este varón de Dios tenía la suprema autori- dad para cambiar su nombre: de Jacob a Israel, que a la postre vendría a ser el pueblo Santo de Dios, la gloriosa Nación de Israel y tercero, dice Jacob o sea Israel: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (v. 30b), sabemos claramente que Jehová Dios el Pa- dre, es Espíritu y nadie le ha visto: “A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer.” San Juan 1: l8.”


F.- Moisés.

La cristiandad mundial, pero en especial los judíos saben que Moisés, fue un hombre de mucha oración y también de intercesión; se puede comprobar fehacientemente en los do cumentos anotados en: Éxodo 32: 11-13, 33; 12-16, 34: 9; Números 11:11-15; 14:13-19 21: 7; Deuteronomio 9: 18-21 y 10:10.

G.- Samuel, lea por favor: 1ª. Samuel 7: 5-13; 12: 19,23.

H.- Salomón:

Oró por que le fueran concedidos grandes favores, llegando inclusive Dios a que esco-giese entre riquezas y sabiduría.

Nos legó entre muchas otras, una espléndida oración: “Que estén tus Ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi Nombre estará a-llí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar.” 1ª. Reyes 8: 29.

Le pido, leer: 1ª. Reyes 8: 22-53. Que decir de los proverbios, consecuencia de sus o-raciones delante de Jehová Dios, quien por medio del Espíritu Santo le fueron dictados.

I.- Ezequías, según: 2ª. Reyes 19: 14-19.

J.- Daniel:

Profeta espectacular, quien recibió la visión profética en momentos en que se encontra-
ba orando, como leemos en Daniel 9: 20 “aun esta hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mi como a la hora del sacrificio de la tarde…..”

Apenas citando a algunos hombres de oración, descritos en el Antiguo Testamento; se-res piadosos delante de Dios, que a pesar de no haber transcurrido sus días bajo el Nue-vo Pacto en Jesús; tenía vía directa ante Dios, según los planes Soberanos de Él.

En los Salmos de David, Moisés y otros salmistas leemos una combinación entre mode-
los formales y espontaneidad en la oración. Junto a las oraciones más formales destina-
das al “Santuario” leer: Salmos 24: 7-10; 100; 150 por ejemplo.

“Lecturas adecuadas para oraciones específicas”

1.- En busca de perdón: Salmo 51.

2.- Comunión: Salmo 63.

3.- Protección: Salmos 57 y 91.

4.- Curación: Salmo 6.

5.- Guía pastoral: Salmo 23.

6.- Vindicación: Salmo 109.

7.- Oraciones llenas de alabanza, el Salmo 103. También leemos en los salmos una con-junción de sacrificio y oración, en Salmos 54: 6 y 66:13.

“Al abrigo de la Gracia”

En el Nuevo Testamento: hay ciertas áreas definidas en las que se expone la enseñanza Neotestamentaria relativa a la oración, pero el manantial del cual brotan todas sus ins-
trucciones es la propia doctrina y práctica de nuestro buen Jesús.

Las parábolas era donde Él exponía sus doctrinas varias veces, por ejemplo en la pará-
bola del amigo que pidió prestados tres panes a medianoche (San Lucas 11:5-8), el Se- ñor inculca la importunidad en la oración; y la base sobre la que descansa la confianza en la oración persistente es la generosidad del Padre (El Shadday), según leemos en San Mateo 7: 7-11. Podemos purgar la oración de toda pretensión. Debe salir o surgir de la humildad y sencillez del corazón y la motivación.

El Señor Jesucristo insistió también en la insistencia en la oración y en la intensidad en la plegaria: San Marcos 13: 33; 14:38 y San Mateo 26: 41.

Sabemos con claridad plena y algo en lo que hemos recalcado hasta el cansancio, hasta el enojo, pero obedeciendo una orden de Dios en que sigamos insistiendo al respecto: que nuestro Mesías enseñó, que debemos dirigir la oración a nuestro Padre Celestial en su Nombre, leamos en el Evangelio según San Juan 14:13; 15:16 y 16:23 por medio de quien tenemos acceso al Padre.

Orar en el nombre de Cristo es orar como Cristo mismo lo hacía y orar al Padre en la forma en que el Hijo nos lo a dado a conocer; y para Jesús el verdadero punto focal de la oración es la voluntad del Padre.
Aquí tenemos la característica básica de la oración cristiana: un nuevo modo de acceso al Padre lograda por Cristo para el cristiano, o sea nosotros; y oración en armonía con la voluntad del Padre, porque es ofrecida en el Poderoso y Único Nombre sobre todo nom- bre, el Nombre de Jesucristo.

“El PADRE NUESTRO”

Jesús nos enseño a orar por medio de los escritos de sus discípulos, dándonos cátedra en la ejemplar oración del “Padrenuestro” que encontramos en San Mateo, capítulo seis (6)

Con el auxilio del Espíritu Santo de Dios, podremos explicar lo que encierra tan bello poema hecha una completa oración:

Primero: nos enseña a glorificar, alabar y ensalzar su Santo Nombre; nos insta a recono-cer que nuestro Todopoderoso Dios está en su Santo Trono, en los Cielos y nos induce a anhelar su Reino, el rapto y segunda venida de su amado Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Segundo: nos hacer pronunciar una de las claves más importantes en la oración del ver-dadero Cristiano: la Santa Voluntad de Dios. Que sea hecha Su voluntad, en todo lugar en esta tierra en la cual habitamos temporalmente y allá en nuestro futuro hogar por la eternidad.

Tercero: se nos otorga licencia para pedir. En la mayoría de oraciones que realizamos diariamente; es el motivo principal: pedir, pedir, Solicitar y seguir pidiendo; es a nuestro Padre al que oramos por medio de Jesucristo; los humanos estamos propensos por natu-raleza a solicitar constantemente, pero parcos pocos dar. Tenemos esa opción y gran oportunidad de orar y solicitar.

Cuarto: Pedimos una amplia gama de cosas; nuestro Señor Jesús nos enseña a empezar rogando por nuestros alimentos, con sabiduría, para estar fortalecidos, pudiendo trabajar para producir por las demás necesidades, las cuales, Él también las proveerá, como justa recompensa al esfuerzo que cada uno de nosotros realizamos en nuestras labores cotidia nas.

Quinto: nos induce a humillarnos, reconociendo nuestras faltas y pecados; logrando por medio del sacrificio expiatorio de nuestro amado Salvador, el acto oportuno de solicitar perdón, al mismo tiempo que nos compromete a perdonar a nuestros semejantes.

Sexto: Debemos pedir, suplicar e implorar que nos libre de la contaminación pecamino-sa que encontramos al frente, atrás y a los costados en nuestro diario andar.

Séptimo: Finalmente, nos dice que le demos nuevamente a Él toda la honra, el honor, la gloria, nuestra alabanza al máximo; porque Él es único digno de nuestra reverencia por los siglos de los siglos, amen.

“Los Cristianos Primitivos”

En el tiempo del inicio de la Iglesia, seguidora del verdadero Evangelio de Jesús; des-pués de la Muerte, Resurrección y Ascensión del Maestro; vemos en hechos de los A- póstoles un excelente nexo entre los evangelios y las epístolas, ya que en los documen-tos del Libro de los Hechos de los Apóstoles, la Iglesia primitiva pone en completa prac tica las enseñanzas de Jesucristo con respecto a la oración.

De esta Iglesia, de la que hemos sido precursores; renació una atmósfera de oración a consecuencia de la promesa oída Santamente, días previos, en Boca del propio Señor Jesucristo, que recibirían al glorioso Espíritu Santo, según Hechos 1: 4, 5 “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Pa- dre, la cual, les dijo, oísteis de Mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vo- sotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”

Siguieron la sana doctrina de la oración; Hechos 2: 42: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las ora-ciones.” Confirmando estas acciones en: Hechos 6:4,6 “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. A los cuales presentaron ante los apóstoles, quie nes orando, les impusieron las manos.”

Indiscutiblemente hasta nuestros días permanece la oración ligada a la presencia y el po- der del Espíritu Santo de Dios; Hechos 4: 31 “Cuando hubieron orado, el lugar en el que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios.”

En momentos de crisis, la congregación se une para orar por el afectado; similar circuns tancia, sucedía en aquellos días: Hechos 12:5 “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la Iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” El versículo 12, confirma la sana costumbre que llevaba a la practica, en sus orígenes nuestra Iglesia, con relación a la oración; anhelando la presencia de Dios, por medio de su Santo Espíritu. (Jehová-Sama)

En un amplio porcentaje de lo documentado en el Libro de Hechos de los apóstoles; que le fue Divinamente inspirado al siervo de Dios; nos referimos al Doctor y Evangelista, el ilustre Lucas; refiere a hombres de constante oración, en episodios breves pero muy concisos sus relatos, relacionados a los andares de los Apóstoles Pedro y Pablo, en citas como las de: Hechos 9: 40; 10: 9; 16: 25; y leemos en Hechos 28: 8 “Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado le impuso las manos, y sanó.” Dios les siguió dando el don de sanidad por medio de la oración (Jehová-Rafá), estos urgieron a todos los cristianos de aquella época a orar con ellos al igual que se nos instruye ahora; específicamente a los Pastores y líderes: Hechos 20:28, 36 “Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la Iglesia del Señor, la cual Él ganó por su propia Sangre. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.”

Pablo, el gran Apóstol de Jesucristo; un hombre que escribió, bajo inspiración Divina, 14 cartas; que fue el gran precursor de la Iglesia, con grandes enseñanzas y prodigios en el nombre de Jesús; quien antes de su conversión violenta y forzada; fue uno de los ma-yores perseguidores de los Cristianos; pero quien en su conversión aquel día cuando el Señor Jesús se le apareció en medio de un resplandor, que sin lugar a dudas fue la mara- villosa presencia de Dios; aquel varón llamado Saulo de Tarso, pero que luego de su conversión fue conocido como Pablo; quedó plenamente impregnado de la presencia de Dios; automáticamente se puso en oración, según Hechos 9: 11 “Y el Señor le dijo: (a Ananías) levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora.” Debió haber sido radical el cambió que experimento en aquel acontecimiento, el perseguidor, que marcó para siempre el de- seo de la comunión con su Dios, ahora por medio de su Señor y salvador personal.

A causa de la constante oración, el Apóstol Pablo, recibía directamente del Señor, ins-trucciones relacionadas a su ministerio. Es importante hacer notar el dialogo sostenido en aquella oportunidad, porque similar situación nos podría afectar positivamente si nos vemos envueltos en constante comunión con Dios, a través de la oración: “Y me aconte-ció, vuelto a Jerusalén, que orando en el Templo me sobrevino un éxtasis. Y le ví que me decía: date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de Mí. Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las si-nagogas a los que creían en Ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: ve, porque Yo te enviaré lejos a los gentiles.”

El anterior acontecimiento, sucedió precisamente en la oración que este siervo mante-nía delante de Dios, por la intercesión de Jesucristo y guiado por el Espíritu Santo. El Señor le da una orden tácita: “Ve, porque Yo te enviaré lejos a los gentiles.” ¿Qué tan lejos? A los confines de la tierra, por medio de los que de varias maneras hemos ayuda-do a expandir el Santo Evangelio de Jesucristo. ¿Quiénes son los “gentiles”? Nosotros, que hemos venido al arrepentimiento, gracias en parte a la oración y obediencia de esos sirvientes de Dios.

Al igual que a nosotros, Pablo se dio cuenta que era el Espíritu Santo el que le ayudaba en sus plegarias a Dios, quien le guiaba a hacer la Santa Voluntad del Señor; nos lo hace saber en uno de sus escritos en la carta a los Romanos 8:14, 26: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Y de igual manera el Espíri tu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabe-mos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” ¡Espléndi-do! ¡Maravilloso! Abstracto, para los escépticos. Espectacular para nosotros los creyen-tes, ¿Qué le parece? Que el mismo Espíritu Santo, puede ayudarnos a pedirle a Dios Pa- dre, como conviene, con gemidos, con lenguas angélicas, incomprensibles, indecibles.

La oración es esencial para el cristiano; Romanos 12: 12 “Gozosos en la esperanza; su-fridos en la tribulación; constantes en la oración.” Es también nuestra armadura; según Efesios 6: 13-17.

El gran apóstol nos dice que lo imitemos a él, como él imita a Cristo, 1ª. Corintios 11:1.

Pablo tenía por sana costumbre: orar constantemente; inclinaba su corazón a Dios con estas premisas:

A.- En acción de gracias: “Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque testigo me es Dios a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones.” Romanos 1: 8, 9. En estas oraciones se expresa también en que le sirve a Cristo no solo físicamente, sino en espíritu, además de la persistente oración a favor de sus amigos.

2.- Ora por impartirles un don y crecimiento espiritual: “Porque deseo veros, para comu nicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamen-te confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.” Romanos 1: 11, 12.

3.- En la carta a los Efesios 1:15-19, el apóstol Pablo ora y agradece por los convertidos bajo la predicación de la Palabra en su ministerio; ruega para que reciban la unción del Espíritu Santo y sean fieles en el Evangelio por la Resurrección de Cristo.

4.- Nos instruye a orar siempre por los demás Cristianos para que puedan crecer en su fe que sean llenos de la plenitud de Dios, siendo ejemplo a los demás; “Por esta causa do-blo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda fa milia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis ple namente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento para que seáis llenos de la plenitud de Dios. Y a Aquel que es Poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea Gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3: 14-21.

En Colosenses 1: 9-12 leemos las peticiones en oración del Apóstol por los creyentes, para que puedan llegar a conocer en plenitud, la voluntad de Dios Padre: por su fe, por sabiduría, agradecidos y entendimiento espiritual.

La mayor enseñanza del apóstol para nuestros hermanos en Cristo de aquellos tiempos y los actuales fue que la oración del cristiano sea en el establecimiento de la relación indi-vidual con el Espíritu Santo. Porque el acto de la oración es un don del Espíritu Santo; 1ª. Corintios 14: 14-16: “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué pues? Orare con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento Por que si bendices solo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿Cómo di- rá el amén a tu acción de gracias? Pues no sabe lo que has dicho.”

El fiel hijo de Dios, ora en el Espíritu; supimos de esto en un capitulo anterior, ampara-dos en la Escritura de Efesios 6: l8 “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Recibe un espaldarazo en lo nos dice el Apóstol Judas en su único capítulo, versículo 20 “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo.” Por tal razón se llega a la conclusión de que la oración es una cooperación entre Dios y el cristiano, desde el momento en que es presentada al Padre, en el Nombre del Hijo y por la inspiración del Espíritu Santo; esta es la formula de una oración perfecta.

Es pues, la oración un asunto bíblico, como para comprobarla ante todo y todos.

“Por primera vez”

La primera oración o diálogo; porque eso significa, un diálogo del hombre con Dios; también es un acto de adoración y comunicación, e incluye la presentación de todos nuestros buenos deseos ante nuestro Creador. Decíamos que en la Biblia, el primer re- gistro de una oración pública se lee en Génesis 4: 26, así:

“Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.”

Podemos instruirnos de lo escrito en el Nuevo Testamento, acerca de los Judíos, quienes por costumbre se dedicaban a orar tres veces al día; sabemos que el día judío inicia de 6 de la tarde (18:00 hrs.), a las 18 horas del día siguiente; es por eso que leemos a David, angustiado clamando cuando huía del rey Saúl y de sus enemigos: “En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y El oirá mi voz” Salmo 55: 16, 17.

En el mundo occidental deberíamos aplicar nuestras súplicas por la mañana, a mediodía y por la tarde; siguiendo estos ejemplos bíblicos.

“En oración antí estrés”

La oración nos capacita para poner nuestras cargas en el Señor Jesús, en lugar de seguir con ese peso y dejarnos doblegar.

Cuando nuestro corazón está lleno de dolor, es bueno clamar a Dios en oración; por la mañana, al mediodía y tarde/noche.

Cuando oramos a Dios, Él escucha más que a nuestras palabras; Él inclina su oído, se ve atento y comprensivo delante de nuestro atribulado corazón; clamémosle que Él deberá oírnos; porque no solo a su siervo Jeremías le hizo esta específica promesa, es también para Usted y para mí; el salmista lo confirma:

“Clama a mí y Yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Jeremías 33: 3.


“Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.” Salmo 66: 19,20.



“Bíblicamente podemos orar en cualquier lugar. Dios es Omnipresente”

Anteriormente cuando se oraba en las casas, se acostumbraba a realizarlo en un cuarto o pieza del segundo nivel al cual se le denominaba: “Aposento Alto” éste lugar era una te- rraza o azotea, según lo descrito en Hechos 10: 9 “Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.”

Los primeros seguidores del Evangelio del Señor, acostumbraban a orar de pie, también se hacía inclinándose o de rodillas: “Cumplidos aquellos días salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa oramos.” Hechos 21: 5.

Somos libres de poder orar en cualquier lugar; no hay un lugar en específico, como las religiones del mundo tienen establecido.

En todo lugar; para que quede bien claro: 1ª. Timoteo 2: 8 “Quiero, pues, que los hom-bres (entiéndase la raza humana), oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.”

IMPORTANTE:

De acuerdo con las Sagradas Escrituras, su Biblia, mi Biblia: la actitud en nuestra oració es mucho más importante que la duración en tiempo, la hora, el lugar, la posición del cuerpo, las formulas, el idioma, y cualquier relevancia.

A lo anteriormente expuesto, cabe recalcar que se debería orar con intensidad espiritual, como bien nos lo dice el gran Apóstol: “Orando en todo tiempo con toda oración y sú-plica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los san tos.” “Orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, completando lo que falte a vuestra fe.” Efesios 6:18 y 1ª. Tesalonicenses 3:10, respec- tivamente.

Nunca debemos tomar una actitud de orgullo y religiosidad si podemos llegar a orar por largos tiempos; recordemos siempre el pasaje de Mateo 6: 5 “Y cuando ores, no seas co-mo los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su reconmpen-sa.” Cristo, censuró con vehemencia, en aquella ocasión el rezar o palabrerío: “Y oran- do, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería se- rán oídos.” San Mateo 6: 7. Jesús condena las muchas repeticiones que en religiones se llevan a cabo en sus rezos, que distan mucho de una oración.

“Nehemías”

En algunos momentos y por las circunstancias, podremos orar de maneras distintas, que incluso ni las palabras serían necesarias para que una oración sea eficaz.

En el libro de Nehemías, leemos: “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres y la reedificaré.” 2: 4,5.

El rey Artajerjes preguntó a Nehemías, debiendo éste responder en ese instante; porque se encontraba delante del rey; de todos era sabido que jamás a un rey se le debía dejar esperando, entre tanto se iba a buscar un lugar para orar. Nehemías hubo de pensar al respecto y oró en fracciones de segundos. Dios sabía que él le pediría al rey, como res- puesta ante esa sorpresiva pregunta.

Podemos estar en comunión con Dios, en asesoría del Espíritu Santo, que tan solo una lágrima, un suspiro, un pensamiento, un gemido o el silencio; pueden convertirse ante Él en una oración de alto impacto espiritual; “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8: 26.

Orando, permitiéndonos ser guiados por el Espíritu Santo, de la manera anteriormente descrita, a causa de una vida secular sumamente agitada, es lo que hace practicable el mandamiento de 1ª. Tesalonicenses 5: 17 “ORAD SIN CESAR”

Lo anteriormente expuesto es otra manera de orar, pero no debemos descuidar nuestros tiempos de oración expresada en voz, actitud y reverencia.

“Puntos Relevantes”

La verdadera oración del cristiano entonces debe estar además compuesta por, como ya vimos al analizar el Padre Nuestro, de:

A.- Adoración:

Daniel 4: 34,35 “Más al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altisimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siem- pre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y El hace según su voluntad en el Ejército del cielo; y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿qué haces?.”

B.- Confesión:

Por la que reconocemos nuestra iniquidad; 1ª. Juan 1: 9, dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

C.- Intercesión:

Con la que rogamos por nuestros semejantes; Santiago 5: 16 “Confesaos vuestras ofen- sas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”

D.- Acción de gracias:

Situación donde expresamos nuestro agradecimiento al Buen, Justo, Santo e incompren-sible Dios. En la carta a los Filipenses 4: 6, Jehová Dios nos recomienda por inspiración al Apóstol Pablo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones de- lante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”

Debemos saber que Dios nos oye, porque ya tenemos la clave para orar; pero también es bien claro que debe haber ciertos parámetros para una comunión sana ante Él.

Al respecto enumeramos condiciones y citas para estudio:

1.- Relación de hijo: San Mateo 6: 9; 7:11; 15:26.

2.- Fe: San Mateo 17:20; San Lucas 11: 24; Santiago 1: 6.

3.- Limpieza de vida: 1ª. Timoteo 2: 8. 1 Pedro 3:7.

4.- Armonía con la voluntad de Dios: 1ª. Juan 5:14 “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su VOLUNTAD, Él nos oye.”

5.- Un corazón perdonador: San Marcos 11: 22-26.

6.- Persistencia: “Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.” Romanos 12: 12. Génesis 32: 22-31; San Lucas 11: 5ss; Hechos 1: 14; 12: 5; y Colosenses 4: 2.

7.- Buenos motivos: “Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros de-leites.” Santiago 4: 3.

“Motivos Indiscutibles”

Estamos estudiando la oración Bíblica del verdadero cristiano de acuerdo a la infalible Palabra de Dios; como auténticos cristianos debemos orar por nuestros enemigos, sien-do este uno de los mandamientos del “génesis” Cristiano: “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” San Mateo 5: 44. Así que aunque nos sea sumamente difícil, debemos orar por ellos, si tenemos enemigos; pero si no los tenemos, pues oremos por los enemigos de nuestros amigos.

Sabemos con certeza que la oración es 100% bíblica; sin embargo surgen dudas, y nos cuestionamos: ¿Por qué en algunas ocasiones, Dios no contesta mis peticiones? Pero a causa de nuestra angustia razonable, nunca nos damos cuenta que Dios sí contesta todas nuestras peticiones, aunque algunas veces la respuesta es negativa a algo que esperamos sea positiva y en otras, la respuesta de Dios es positiva a lo que esperamos, que quizá de bió haber sido negativo.

En la Torhá de Moisés, vemos una impactante historia, cuando Dios se molestó con su siervo a causa de haber desobedecido una orden suya, que a pesar de sus oraciones ante Él, Dios ya había decidido su respuesta; lea por favor en Deuteronomio 3: 23-26.

Los que oramos, por regla, debemos tener absoluta fe en el amor, la justicia, la sabiduría y la Omnipotencia de Dios. Estaremos plenamente capacitados para aceptar la negativa y el silencio de Dios; además las circunstancias que parezcan negar la eficacia de la ora-ción. Dios nos dará la salida triunfante aún frente a los casos más desconcertantes si en plenitud llegamos a entender que sobre todas las cosas, su Santa Voluntad es primordial teniendo conciencia que solo Él conoce lo adecuado para cada individuo. Viene al caso recordar la historia de un joven que oraba por saber si Dios aprobaba su noviazgo; soli-citaba una señal visible, con cierta insistencia: que lloviera fuertemente, con vientos y tempestades impetuosas, a pesar de que era época de verano. Su pastor, por casualidad, oyó esa comunión, porque el penitente la hacía postrado ante el altar de la Iglesia, minu-tos previos a iniciar el respectivo servicio. El pastor, preocupado y con curiosidad, le a-bordó concluida aquella rogativa; le inquirió más detalles al respecto y le aconsejó di-ciéndole que Dios no podría contestar a esa oración de esa manera, porque Dios conoce que al llover con rayos y vientos huracanados, dañaría a muchas personas a causa de un motivo muy mezquino; además de que el servicio de esa noche, en aquella Iglesia, iba a ser muy especial, pero por causa de las inclemencias del tiempo por aquella petición de señal, varios de los fieles no irían a poder asistir.

A lo mejor la anterior historia es jocosa, pero es verídica en algunos casos en particular.

Él conoce nuestra condición, pidámosle que se haga su voluntad siempre.

Por supuesto, pedimos y esperamos por una respuesta afirmativa en su caso.

Pedimos con fe, para eso Él nos ha provisto de ese requisito indispensable que es la fe.

La fe, es parte fundamental de la formula perfecta de una efectiva oración, la cual se complementa, con lo esencial que con sobrada abundancia conocemos y que hemos sido repetitivos al respecto, pero es a causa de obedecer una orden de Dios, quien desea que lo entendamos en definitiva: la clave principal para pedir en oración a Dios es en el San-to Nombre de Jesús y asistidos por el Espíritu Santo, pero: su Divina Voluntad es cues-tión que en exclusiva solo a Él le compete, para la adecuada respuesta.

Somos sus hijos y tenemos que estar bajo los dominios de su Voluntad; porque si recla-mamos, nos enojamos y blasfemamos, Dios nos diría como a Job: “¿Donde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.” 38: 4. El único que conoce el futuro, el bien y el mal que sobrevendrá a cada uno, es nuestro Creador; entonces dejémosle a Él la absoluta soberanía sobre nuestra vida.

A pesar de todo, está latente la opción de seguir pidiendo: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, tocad y se os abrirá” San Mateo 7: 7. Algunas veces debemos insistir y en va-rias oportunidades………………………………… esperar.

Esperar, con buena paciencia las respuestas a nuestras oraciones, porque en algunos ca-
Sos, el enemigo de nuestras almas se interpone al Ángel mensajero que trae la respuesta a nuestras peticiones; recordemos el caso del profeta Daniel en sus muchas oraciones; es edificante leer el capítulo 9 especialmente del versículo 1 al 19.

El caso que nos copete por lo tratado en este espacio, lo leemos en el libro profético de Daniel 10: 11-14; a quien, desde el primer día le habían sido oídas sus oraciones, pero el astuto de satanás, se le opuso al ángel mensajero por espacio de 21 días, a pesar de que el profeta Daniel era un hombre de constante oración.

En el rango de personajes bíblicos fieles en la oración, este Daniel, era uno de los 3 más fieles en cuanto al tema. Recordémoslo, leyendo en capítulos anteriores, que fue echado al horno de fuego por no acatar las diabólicas disposiciones del rey, prohibiendo la ora-ción.

Nuestra lucha no es contra sangre ni carne, dice el apóstol San Pablo en Efesios 6:10-18 Por lo tanto, cuando la respuesta no viene como nosotros quisiéramos, debemos pedirle a Dios como agregado a nuestra petición, que nos de por medio del Espíritu Santo: pa-ciencia, abundante paciencia; Gálatas 5: 22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, PACIENCIA, benignidad, bondad, fe…..” Que adhiera auxilio del Espíritu Santo (Romanos 8: 26-28 y Efesios 6: 18).

“Plenamente Bíblica”

La oración se apoya en una amplia gama de citas bíblicas. Deseo proporcionarles un lis- tado de estas, para que puedan tener un cimiento sólido y si alguien osara contradecirle: simplemente proporciónele este material y “cubrirá multitud de pecados”.

ORACION (petición, ruego, súplica)

1ª. Reyes 8:28 la. Reyes 8: 52 1ª. Reyes 9: 3
2ª. Reyes 19: 4 2ª. Crónicas 6: 40 Job 15: 4
Job 16: 17 Salmo 39: 12 Salmo 65: 2
Salmo 72: 20 Salmo 88: 13 Salmo 102: 17
Salmo 109: 7 Salmo 119: 170 Salmo 141: 2
Salmo 143: 1 Proverbios 15: 8 Proverbios 15: 29
Proverbios 28: 9 Isaías 1: 15 Isaías 26: 16
Isaías 38: 2 Isaías 56: 7 Lamentaciones 6: 4
Daniel 9: 3 Jonás 2: 7 Habacuc 3: 1
Mateo 17: 21 Mateo 21: 13 Mateo 21: 22
Mateo 23: 14 Lucas 1: 13 Lucas 2: 37
Lucas 5: 33 Hechos 1: 14 Hechos 2:42
Hechos 6: 4 Hechos 10: 4 Hechos 12: 5
Romanos 1: 9 Efesios 1: 16 Filipenses 1: 4
1ª. Tesalonicenses 1:2 2ª. Timoteo 1: 3 Romanos 10: 1
Romanos 12: 12 1ª. Corintios 7: 5 2ª. Corintios 1: 11
Filipenses 1: 19 Filipenses 4: 6 Colosenses 4: 2
Colosenses 4: 12 1ª. Timoteo 2: 1 Filemón :22
Santiago 5: 13 Santiago 5: 15 Santiago 5: 16
1ª. Pedro 3: 7 1ª. Pedro 3: 12 1ª. Pedro 4: 7
Apocalipsis 5: 8 Apocalipsis 8: 3

O R A R (Pedir, rogar, suplicar)


Éxodo 8: 8 Éxodo 32: 11 Deuteronomio 3: 23
Deuteronomio 9: 26 1ª. Samuel 1: 10 1ª. Samuel 1: 27
1ª. Samuel 7: 5 1ª. Samuel 8: 6 1ª. Reyes 8 : 33
1ª. Reyes 13 : 6 2ª. Reyes 6 : 17 2ª. Reyes 13: 4
2ª. Reyes 19: 15 2ª. Reyes 20: 2 1ª. Crónicas 17: 25
2ª. Crónicas 33: 12 Esdras 10: 1 Nehemías 1: 4
Nehemías 4: 9 Job 21: 15 Job 22: 27
Job 33: 26 Job 42:10 Salmo 5: 2
Salmo 32: 6 Salmo 69: 13 Salmo 72: 15
Salmo 109: 4 Isaías 16: 12 Isaías 53: 12
Jeremías 7: 16 Jeremías 29: 12 Daniel 6: 10
Daniel 9: 4 Jonás 2: 1 Malaquias 1: 9
Mateo 5: 44 Mateo 6: 5 San Mateo 6: 9
Mateo 14: 23 Mateo 19: 13 San Mateo 24: 20
Mateo 26: 36 Mateo 26: 39 San Mateo 26: 41
Mateo 26: 53 Marcos 1: 35 San Marcos 11: 24
Marcos 11: 25 Marcos 13:33 San Lucas 3: 21
Lucas 6: 12 Lucas 6: 28 San Lucas 9: 29
Lucas 18: 1 Lucas 18: 11 San Lucas 22: 44
Hechos 1: 24 Hechos 4: 31 Hechos 8: 15
Hechos 9: 11 Hechos 9: 40 Hechos 10: 2
Hechos l0: 9 Hechos 12: 12 Hechos 13: 3
Hechos 14: 23 Hechos 20: 36 Hechos 21: 5
Hechos 28:8 Romanos 15: 30 1ª. Corintios 11: 5
1ª. Corintios 11: 13 1ª. Corintios 14:15 2ª. Corintios 13: 7
Efesios 6: 18 Colosenses 1: 3 Colosenses 1: 9
Colosenses 4: 3; 1ª. Tesalonicenses 3:10; 1ª. Tesalonicenses 5:17; 1ª. Tesalonicenses 5:2
2ª. Tesalonicenses 1:11; 2ª. Tesalonicenses 3: l; 1ª. Timoteo 2:8; Hebreos 13:18.
Santiago 5: 14; Santiago 5: 17; Judas 20.


¿Es pues el orar y la oración doctrina? lógicamente con tanta base decimos un rotundo

¡S I!

“Benditas y Preciosas Oraciones”


Dios Bendice y escucha al verdadero Cristiano en oración, porque para El son oraciones muy preciosas; Apocalipsis 5:8 “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivien tes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas del incienso, que son las oraciones de los santos.”

Somos sus santos, como hijos nacidos de nuevo, porque su amado Hijo nos compró con su Preciosa Sangre y nos hizo coherederos juntamente con Él para con el Padre.

Dios, en lo infinito de su Misericordia, responderá nuestras peticiones así como lo hizo con Moisés, Gedeón, Ana, Samuel, Salomón, Elías, Ezequías, Josafat, Esdras, Zacarías, Daniel, sus discípulos, y todos los miembros de la Iglesia Primitiva de Hechos; por citar algunos ejemplos.

“Obstáculos”

Dios no nos oiría si en extremos presentamos estas causas, las cuales nos producirían un fracaso rotundo en nuestras oraciones:

1.- Desobediencia: Deuteronomio 1: 45; 1 Samuel 14: 37; 28: 6.

2.- Grandes pecados ocultos: Salmos 66: 18; “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.”

3.- Indiferencia: Proverbios 1: 28, 29; “Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no esco-gieron el temor de Jehová.”

4.- Negligencia de la misericordia: “El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído.” Proverbios 21:13
5.- Intemperancia: Santiago 4: 3.

Muchos tenemos estas faltas y otras más; pero al abrigo de la Gracia tenemos derecho a un magnifico abogado: Jesucristo el Justo; teniendo la maravillosa opción de solicitar a-yuda oportuna; recordemos lo que dice 1ª. Juan 1: 9; concientes plenamente que debe-mos de una buena vez, dejar de pecar y hacer lo bueno.

Si acudimos a Dios por medio de Jesús, Él nos perdona, oirá y responderá nuestras peti-ciones; tenemos promesa y respuestas prometidas a nuestras peticiones, por ejemplo: Salmo 91:15 “Me invocará y Yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libra- ré y le glorificaré.” Isaías 41:17; Isaías 58: 9; leamos Isaías 65: 24 “Y antes que clamen, responderé Yo; mientras aún hablan, Yo habré oído.” Por favor busquen y lean Jeremías 33: 3; Zacarías 13: 9; San Lucas 11: 9; Juan 14: 14; 1ª. Juan 3: 22.

Grabemos en nuestra mente y corazón, además de escribirlo en el lugar especial a donde frecuentamos orar, con letras de oro si es posible:

“Si permanecéis en Mí y mis Palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” San Juan 15:7.

Escudriñemos este bello pasaje: Dios nos ofrece algo extraordinario, pero como en todo compromiso mutuo, existen requisitos. Él valora que nosotros también pactemos, nos ofrece mucho a cambio de poco; Dios, dice: “Si permanecéis en mí” los extraordinarios réditos que obtendremos serán excelentes, sin opción de perder, bajo ningún punto de vista.

Debemos obedecer sus mandamientos, buscarle, adorarle, respetarle y proclamar a otros su Reino Eterno; esto es “permanecer en Él” que sus palabras o sea lo que se nos enseña por medio de la Santa Biblia, hagan “Rema” en nuestro modo de vida, que sean una sa-na costumbre y buen testimonio a los demás; que seamos un faro de socorro y ayuda a los necesitados, material y espiritualmente. Eso es que su “Palabra permanezca en noso-tros” sabremos que al cumplir con eso, podremos con absoluta libertad, confianza y FE pedirle en el Nombre de Jesús, guiados por su Santo Espíritu, bajo su Divina Voluntad y tendremos acceso directo al Padre Celestial, que Él, rebosante de complacencia y Mise-ricordia: cumplirá su promesa, porque “El no es hijo de hombre, ni hombre para que se arrepienta…..”

“Añadiremos otras Prerrogativas”

A.- Humildad: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi Nombre es invocado, y ora-ren, y buscaren mi Rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré des de los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2ª. Crónicas 7:14.

B.- Sinceridad: “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, puri-ficado los corazones de mala conciencia, y lavado los cuerpos con agua pura.” Carta a los Hebreos 10: 22.

C.- Absoluta Fe: “Por tanto, os digo que todo lo que pidieres orando, creed que lo re-cibiréis, y os vendrá.” San Marcos 11: 24.

D.- Justicia: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Santiago 5: 16.

E.- Completa Obediencia: “Y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, por-que guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.” 1ª. Juan 3: 22.

Continuando con la buena, eficaz y fiel oración del verdadero Cristiano Evangélico, vea la importancia de el acomodo de nuestro cuerpo para llevar a cabo este acto; con abun-dante base bíblica.

1.- Inclinados: Génesis 24: 26; Éxodo 4:31; 12: 27. “Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza al suelo y adoró.” Éxodo 34: 8.

2.- De Rodillas: 1ª. Reyes 8: 54; 2 Crónicas 6:13; Esdras 9:5; Salmo 95:6; Isaías 45:23; Daniel 6:10; San Lucas 22:41; Hechos 7:60; 9:40; 20:36; 21: 5. “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo.” Efesios 3: 14.

3.- Postrados sobre el rostro ante Dios: Números 20: 6; Josué 5: 14; 1ª. Reyes 18:42; 2ª. Crónicas 20: 18. “Yendo un poco adelante, se postró sobre su Rostro, orando y dicien-do: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino co- mo Tú.” San Mateo 26:39. Una vez más vemos como el propio Jesús, Señor nuestro oró al Padre y en una de las posturas de más reverencia; ¿Que más podríamos nosotros ha-cer?

4.- De pie: 1ª. Reyes 8: 22 en adelante.

Estas son las más comunes, pero podemos orar de cualquier forma; caminando, condu-ciendo, acostados, realizando cualquier trabajo, ejercicios, sentados, etc. etc.

Por respeto, el único momento y lugar en el cual no debemos realizar oración alguna, es cuando nos encontremos realizando nuestras necesidades fisiológicas.

La observancia a lo anteriormente anotado, era una de las más estrictas situaciones en el pasado.

La observancia y cumplimiento de lo escrito y leído en este capítulo, serán de beneficio para nuestras vidas, como creyentes en el Dios verdadero, por medio de su Amado Hijo.

¡¡¡Gloria a Dios por siempre!!!










CAPITULO VII.



“ESTAMOS EN GUERRA, GUERRA ESPIRITUAL.”


“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Ves- tíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espiri-tuales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pu-es firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestíos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios; ORANDO en todo tiem- po con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Efesios 6: 10-18 (Jehová-Sabaot, Jehová-Nissi)

En tiempos de paz no hay sufrimiento, en tiempos de guerra la situación cambia drásti-camente.

Al enemigo si no se le molesta o ataca, no actúa, no toma ningún plan para contra atacar porque sabe que no se le está enfrentando; y se agazapa, se fortalece, se informa de su contrincante, por medio de estrategias de espionaje; empieza a conocer más a fondo a su rival, lo estudia, se informa de sus debilidades, de sus gustos e intereses. Así actúa satán el enemigo de nuestras almas. Desarrolla toda su astucia contra el Cristiano que no ora o quizá ora algunas veces cuando va a ingerir sus alimentos, si por casualidad se recuerda o ve a otros haciéndolo a causa en algunos casos por las prisas para irse al trabajo, estu-dios u otra actividad. A la hora del almuerzo, menos, por el que dirán sus compañeros de trabajo o que vergüenza, si es en una comida de negocios; en la cena podría ser, por-que: ¡ya era justo!

Debemos mantener una limpieza espiritual en nuestra vida.

Si amado lector; en el amor de Jesús le insto a que mantengamos una limpieza del cora-zón. Le cuento una breve pero instructiva historia imaginativa: Dos cucarachas decidie-ron visitar su restaurante preferido. Mientras la más grande estaba disfrutando su comi-da, la más pequeña dijo: no vas a creer la casa de la que acabo de salir. Estaba impeca-ble; la señora tiene que ser una “limpiahólica”, todo estaba inmaculado: el fregadero, el mostrador, el refrigerador, la estufa, ¡los pisos! No se podía encontrar ni una migaja por ningún sitio. La otra cucaracha dejó de comer, miró a su compañera con cierta molestia y dijo: ¿tienes que hablar así mientras estoy comiendo? ¡¡¡Por favor!!! Esta cómica his- toria se puede aplicar a nuestra naturaleza humana.

En 2ª. Corintios y prácticamente toda esa bella carta del apóstol Pablo a los Corintios, nos demuestra que ellos, los de Corinto tenían mucho que aprender sobre lo que es vivir limpiamente, espiritualmente hablando. Deberían saber aprender lo que es desarrollar una gran hambre y sed de justicia. Así que Pablo les instó y suplicó que se apartaran de toda inmundicia: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” 2ª. Corintios 7: 1.

Debemos pedirle a Dios que nos encontremos en una casa espiritual, impecablemente limpia y que ninguna migaja de deseos carnales exista ahí. Padre ayúdanos a cultivar los gustos, dones y privilegios que tu Santo Espíritu quiere producir en nosotros.

Él desea fervientemente, sembrar y cultivar la preciosa semilla de la oración. Que esta germine en nuestro corazón, que sea cultivada, abonándola, cuidándola y asiendo que dé fruto, y fruto del bueno; para que podamos estar en oración.

Decíamos que el diablo no ataca, sino se le ataca; pero no queremos estar pasivos y aco-modados a sus caprichos, de manera que cuando el Señor Jesús venga nos deje atrás por haber estado en completa inactividad con respecto a la oración y a la comunión con El. Así que, a pesar de las vicisitudes, sinónimo de guerra espiritual, en este caso, Dios está siempre con nosotros y saldremos en victoria. (Jehová-Sabaot)

Cuando Usted recibe ataques de cualquier índole es un parámetro de que todo está bien.
Suena contradictorio ¿verdad?, pero así es; lo que significa que está en oración, por lo que: si se ataca, se recibe el contra ataque.

“El Soldado Cristiano”

Poseemos todas las armas espirituales a nuestro alcance, debiendo echar mano de ellas, ya que nuestro General, Jehová Dios de los ejércitos nos las da y con el somos más que vencedores (Jehová-Sabaot)

Fortaleza espiritual: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la Gracia que es en Cristo Jesús” 2ª. Timoteo 2: 1.

Poderosa arma espiritual es la Palabra de Dios; nuestra Santa Biblia: “Y tomad el yel-mo de la Salvación, y la Espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.” Efesios 6: 17. (podrá escudriñar además) 1ª. Samuel 17:45; 2ª. Corintios 10: 4; Hebreos 4:12; Apoca-lipsis 12: 11.

Al estar en constante comunión con Dios, no temamos, confiemos en lo que dice 1ª. Te-salonisences 5: 8 “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vesti-do con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.”

Estaremos bajo constante ataque, no debemos desmayar, sigamos adelante confiando en el Poderoso Dios de las batallas; Jehová nuestro único Dios; Éxodo 14: 12 “Jehová pe- leará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”

El pasaje que da inicio a este capítulo, expresa puntualmente, que nuestra guerra no es contra seres humanos, sino contra demonios, contra huestes de maldad; eliminando todo paradigma y explicándolo directamente: ¡peleamos contra soldados del diablo! Suena a- terrador ¿No cree?, pero ¡¡¡Gloria a Dios!!! Tenemos una extraordinaria promesa escrita en el Salmo 34: 7 “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los de-fiende.”Una más: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas, estarás seguro; escu- do y adarga es su verdad.” Salmo 91: 4. Adherimos otra: “Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.” Salmo 125: 2. ¿Qué le parecen estas? “Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.” San Lucas 21:18. “Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” 1ª. Corintios 15:57.

Podemos estar seguros en Dios, a pesar de que llegan momentos de flaqueza, a causa de nuestra natural debilidad.

Por el constante ataque que en ocasiones sufrimos, pareciera que estamos siendo derrota dos; da la impresión que fuimos dejados a la deriva por Dios, pero eso nunca pasará. Él nunca nos dejará, porque somos sus hijos y podremos pedirle que nos ayude, que acuda a nuestro auxilio, porque solos, jamás podremos contra el mal. ¡Clamemos por ayuda! Tomemos para nosotros, la exhortación que Moisés le dio a su siervo Josué cuando éste fue instalado como sucesor suyo: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis mie- do de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.” Deuteronomio 31:6.

Tenemos en Dios:

1.- Una Defensa: Salmo 5:11; 31:2; Isaías 31:5; 37:35; Zacarías 9:15. “En aquel día Je-hová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuera débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el Ángel de Jehová delante de ellos.” Zacarías 12:8.

2.- Una Fortaleza: 2ª. Samuel 22:2; Salmo 18:2; 91:2; 144: 2. “Jehová es bueno, forta-leza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían.” Nahum 1:7.

3.- Un Escondedero: Salmos 27:5; 31:20; 32:7; 64:2; 119:114; 143:9; Isaías 32: 2 32:2.
“Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.” Salmo 17: 8.

4.- Un Refugio: Éxodo 33:22; Deuteronomio 33:27; Salmo 27:5; 31:20; 46:1; Prover-bios 14:26; 18:10; Isaías 25: 4, entre otros Zacarías 9:12. “Sé para mí una roca de refu- gio, a donde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, por-que Tú eres mi Roca y mi Fortaleza.” Salmo 71: 3.

5.- Un Escudo: Génesis 15:1; Salmos 84:11; 115: 9, Proverbios 30:5. “Nuestra alma es-pera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es Él.” Salmo 33: 20.

Todo lo que anotamos lo hacemos con base en la Palabra de Dios, porque: “Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino” y “El cielo pasará más mi Palabra (dice Dios), no pasará”

En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo tendremos la victoria, Él mismo lo prometió y profetizó en el Evangelio según San Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mun-do.” Nuestra vida en este mundo pecaminoso es temporal y si perseveramos en fidelidad tenemos una de las más grandes y maravillosas promesas hechas por Jesús a sus amados hijos, los que estamos en Él: “Al que venciere, le daré que se siente con migo en mi Tro no así como Yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3: 21. Si valorásemos en toda su extensión esta promesa, le aseguro amado hermano, que viviríamos felices toda la vida, sin importarnos los avatares de este mundo; oraríamos a Dios a cada momento Alabando y Bendiciendo su Santo Nombre, sin temor……. Si, sin el más absoluto temor.

Empecemos a orar, sin temor, y si el ataque viene, pues contra ataquemos con más ora-ción. Confiemos diciendo juntamente con el apóstol Pablo: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.” Romanos 8:37.

En el pasaje de Efesios 6, nos introducimos a un mundo sobrenatural, en donde al estar en comunión con nuestro Creador, sabemos que nos traerá grandes Bendiciones y pro-mesas que se irán cumpliendo conforme nuestra fidelidad ante Él se reafirme. Tendre-mos problemas, como ya lo hemos visto, pero estamos protegidos como también ya lo hemos constatado ampliamente y tendremos por fe, ¡la victoria en Jesús! Quien nos o- torgará recompensas inigualables; enumeremos bíblicamente algunas:

1.- Alimento Espiritual: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.” Apocalipsis 2:7.

2.- Un Nombre Nuevo: “……y le daré una piedrecilla blanca, y en la piedrecilla escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” Apocalipsis 2:17b.

3.- Autoridad: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, Yo le daré autoridad sobre las Naciones.” Apocalipsis 2: 26.

4.- Vestiduras de Justicia: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no bo-rraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delan te de sus ángeles.” Apocalipsis 3: 5.

5.- Heredará Columna en el Templo de Dios: “Al que venciere, Yo le haré columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí……..” Apocalipsis 3:12 a.

6.- Entronización: “Al que venciere le daré que se siente conmigo en mi Trono..” Apo-calipsis 3: 21 a.

7.- Una Herencia Eterna: “El que venciere heredará todas las cosas, y Yo seré su Dios y él será mi hijo.” Apocalipsis 21: 7.

Recuerde con absoluto respeto, que las Palabras y promesas anteriores, son de Jesús.

“Venceremos con Fe en Dios”

“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestíos con la coraza de justicia, y calzaos los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la FE………” “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndo-nos vestido con la coraza de FE………” y “Sin FE es imposible agradar a Dios”

Hemos dicho que el arma nuclear del cristiano es la oración; debiendo orar con fe, por lo que una oración sin fe, seria exactamente como una bomba sin detonador. Recuerde que nos encontramos en guerra constante a causa de nuestra comunión con Dios.

Es importante recalcar en que nuestro adversario, el enemigo de nuestras almas; pues ya no le pertenecemos, porque hemos sido comprados con la preciosa Sangre de Jesús para salvación eterna; entonces este acérrimo adversario, nunca se quedará inmóvil. Sabemos que intentará de una y mil maneras molestarnos, porque la Biblia lo dice que: “anda co-mo león rugiente viendo a quien devorar” en contra parte, entonamos un inspirado canto “Cristo nuestro jefe nos lleva a la lid, siempre venceremos si El nos dice id.” Así que confiemos, cumpliendo la orden y promesa que leemos en Filipenses 4: 6, 7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Estaremos preparados en el poder de Dios para cuando los misiles del enemigo vengan en el aire, buscando destruir nuestro refugio en Jesús. Ya nos lo advirtió Pablo inspira-do por el Espíritu Santo en Efesios 6: 11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”

Al Salmo 71 se le ha asignado que es la angustiante oración de un anciano, y varios de nosotros aún no somos de edad muy avanzada, para que se nos diga honrosamente an- ciano, pero deberíamos tomar ese salmo como tal y pedir oportuno socorro.

Conocemos las armas espirituales que tenemos y sabemos hasta la saciedad que una de las más letales para luchar contra el enemigo; es la oración, entonces porque no echar mano a nuestro arsenal. Dijimos en el capítulo donde tratamos el tema del servicio de oración en nuestras iglesias que incluso en la alabanza o en medio del mensaje que esté impartiendo el pastor, podría estar molestando algún enviado de satanas, pero cuando ve que nosotros los hijos de Dios, oramos, inmediatamente se retira.

No se imagina Usted querido lector, cuanto ataque he recibido personalmente y por es-tar sirviendo en más de algún ministerio en la Obra de Dios. Los dones recibidos han sido como auténticos radares, que nos indican del inminente ataque que se cierne sobre nuestras cabezas, pero confiados estamos en Jehová, Dios de los Ejércitos, que Él nunca nos desamparará y será fiel a las promesas que hemos leído con anterioridad.

Este tipo de dones se pueden comparar como un radar, porque se percibe espiritualmen-te toda clase de ataques del enemigo a nuestra vida y a las vidas de los miembros de la Iglesia, en su caso.

Hemos ido a orar a hogares y se siente la mala presencia y opresión que esta causa. En muchas ocasiones a hogares de cristianos, pero que han tenido en su pasado ataduras las cuales fueron puestas en sus almas a causa de la ignorancia de sus padres, abuelos o al-gún familiar, o al ir de viajes de turismo, muchas veces se compran souvenir que a sim-ple vista no son peligrosos u ofensivos, pero si vemos con ojos espirituales, veríamos que han sido dedicados al diablo.

Ver con ojos espirituales es ver más aya de nuestras fronteras, es estar en el umbral de lo desconocido. Los dones que otorga el Espíritu Santo: la revelación y discernimiento de espíritu, cuando se tiene un nivel muy alto, a donde ni el diablo o nuestra carne pue-de llegar; se convierte en un don extremadamente maravilloso, muy especial. Especial porque se tiene una visión de la lucha de la cual habla el pasaje de Efesios 6, pero como seres humanos, nos atribulamos, a pesar de la fuerza y ayuda que Cristo nos da.

Haber descubierto tanta vida atrapada en las “telarañas del mal” ha traído a mi vida un fuerte ataque, muy bien orquestado para destrucción del ministerio que Dios ha dado.

Pero tengo en mi poder el arma más poderosa……..LA ORACION.


“Revelación por el Espíritu de Dios, una de las armas del soldado Cristiano y fruto de la oración”


Demos un recorrido por la primera epístola del apóstol Pablo a los Corintios, capítulo 2 del versículo 6 en adelante:

“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubie- ra conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escri-to: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.”

Detengámonos por un momento en la lectura de este hermoso pasaje bíblico y veamos que Pablo hace hincapié en la sabiduría que Dios da, la cual es de lo alto, una sabiduría superior en todo sentido a la que cualquier ser humano posee, sea esta de un alto o me-diano coeficiente, impensable es tan siquiera que se acerque a lo mínimo de la sabiduría que Dios da en especial a los que Él quiere para las revelaciones que dará a sus hijos le- gítimos. Para optar a esta sabiduría, debemos tener, después de ser salvos por medio de nuestro amado Señor Jesucristo, y con el diario andar en El, alcanzando la madurez es-piritual, escuchando al gran apóstol Pablo en 1ª. Corintios 14: 20 “Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.”Así es como se va adquiriendo madurez espiritual, en nuestra buena manera de pensar: sana, benéfica y espiritualmente tratando al máximo y aunque nos parezca im- posible, inconcebible, extraño, e irreverente, procurando pensar como Cristo pensó.

Pablo, nos arenga a pensar igual como Cristo lo hizo cuando estuvo en su perfecta huma nidad en esta tierra, según lo expuesto en 1ª. Corintios 2: 16 “Porque ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.” En la carta a los Filipenses 2: 5 leemos: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.” Y es que solo así podremos optar a una madurez espiritual y recibir esa gloriosa sabiduría que viene de lo alto, de Dios; procurando, porque eso haremos, pero haciéndolo con absoluta fe en Dios, pensando como Cristo pensó y piensa; empeñándo-nos al máximo en pos de la estatura de Cristo; se puede lograr, nuevamente este apóstol nos lo traslada en la cita de Efesios 4 :13 “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Usted quizá se dirá: ¡nunca lo voy a lograr entonces! Permíta- me decirle amado hermano en Jesús; que amparados en la excéntrica, positiva y proféti-ca frase de: “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” se puede, claro que se puede y aunque “Para el hombre es imposible, para Dios todo es posible”, ¿Como entonces? ¿Cual es la clave, cual es la formula? Vea, es sencilla y muy eficaz, se encuentra tan cer ca, está a nuestro alcance, es hermosa que la podemos poner a funcionar ahora mismo; le pido con todo respeto que cierre este libro y empiece a practicarla ahora mismo para llegar a obtener madurez espiritual y tener la mente de Cristo. Que esta clave sea una sa-na costumbre en su nueva vida. El secreto es: LA ORACION, si así de sencillo, así de fácil: ORE, pero ore con fe a Dios en el poderoso nombre de Jesucristo y guiados por el Espíritu Santo.

Debemos entonces tratar de madurar en nuestra manera de pensar, para así llegar algún día a alcanzar la preciada sabiduría; esta se llega a recibir si nos empezamos a alimentar de comida espiritual sólida. Tres formidables platos principales están servidos a la mesa para el banquete que anhela nuestro espíritu:

1.- Lectura, meditación, escudriñar y poner en práctica la Santa Palabra de Dios.

2.- El ayuno (paradójicamente: falta de alimento a la carne, sobrada alimentación muy vitaminada para nuestro espíritu).

3.- LA ORACION.

En Hebreos, 5:14 leemos: “Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado made-rez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Atrevámonos a madurar espiritualmente al máximo, para recibir los dones de “Revelación y Discernimiento de espíritu” que son de los más grandes; requiriéndose de una madurez espiritual muy avanzada y un desarrollo espiritual constante, como lee-mos cuando se les amonesta en Hebreos 5: 12-14 “Porque debiendo ser ya maestros, des pués de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los pri-meros rudimentos de las Palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesi- dad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexper- to en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discerni- miento del bien y del mal.” Yendo esto para nosotros también.

Pongamos mucha atención en estos versículos en la frase “tiene los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Porque de eso trata este capítulo.

“El Discernimiento de espíritu”

Es un maravilloso Don que bondadosamente otorga Dios por medio del Espíritu Santo para los que “le buscan en espíritu y en verdad” en oración.

Al permanecer en comunión con Dios por medio de Jesús; teniendo un diálogo constan- te, según 1ª. Tesalonicenses 5: 17 “Orad sin cesar” llegaremos a la plenitud de su majes-tad, siendo por completa misericordia llamados amigos de Dios, relativamente como lo prometió el Hijo amado en una suprema promesa escrita en San Juan 15:15 “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado ami-gos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Cosas que nos ha dado a conocer por medio de la revelación y el discernimiento, situaciones en extremo profundas que sin la sabiduría celestial, la nuestra, la humana, la tan limitada, no las hubiéramos podido entender, porque se requiere de una mente llena del poder del Espíritu Santo de Dios, o sea pensar con la mente de Cristo, para entender a cabalidad los misterios de Dios, los que Él en su completa Soberanía, ha permitido discernir: “Pe-ro Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” 1ª. Corintios 2: 10. (Sabemos que en la Palabra de Dios, su Biblia, mi Biblia; cuando “Espíritu” aparece escrito con “E” mayúscula, se refiere a el Santo Espíritu de Dios), es pues ese don tan especial el que nos hace también discernir entes del mal, que en su caso son los demonios en personas.

En la organización del Reino de Dios, Él dispone de una amplia gama de métodos que nos permite la auténtica revelación; aquí enumeramos algunos de ellos:

1.- Visiones: Génesis 15:1 ; 46:2; Ezequiel 31:7; Hechos 9:10; 10:3,11; 16:9; 18:9; 22:18; 23:11; 2ª. Corintios 12: 1, que dice: “Ciertamente no me conviene gloriarme; pe-ro vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.”

2.- Visiones Proféticas: según Isaías 1:1; 21:2; Ezequiel 11:24; 12:27; 37:2; 47:1; Da- niel 8:1; Amós 1:1; Abdías 1; Nahum 1:1.

3.- La Revelación de la Naturaleza: Salmos 19:1; 97:6; Hechos 14:17, “Porque las co-sas invisibles de Él, su eterno Poder y Deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:20.

4.- Revelación a través de la Palabra, de los Profetas, por sueños; tal y como habló Je- hová Dios por medio de su profeta Joel en su capítulo 2 versículo 28 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.”

“Continuamos con el pasaje de 1ª. Corintios, capítulo 2”

“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudri-ña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre (entiéndase la raza humana), sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.” Detengámonos nuevamente.

Que glorioso es tener a Jesús en nuestro ser y desde el instante en que le reconocemos públicamente a Jesucristo, como Hijo de Dios, Señor y Salvador nuestro, es cuando el Espíritu Santo ingresa a morar en nuestro ser; es necesario que leamos algunas citas con relación a esto tan maravilloso, que nos sucede al aceptar al Divino Jesús; leamos al pro feta Ezequiel 36:27 “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.” Jesucristo dijo: “El Espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora en vosotros, y estará en vosotros.” Mora, significa que vive EN nosotros, proveyéndonos la fuerza y la convicción de que somos salvos por gracia; acercándonos a Dios por medio de Cristo Jesús. Las gentes del mundo, los no creyentes, no le conocen porque están cegados en sus delitos y pecados; es por ellos que debemos pedir al Padre Celestial para que vengan al arrepentimiento para vida eterna.

Es indispensable la unción que da el Espíritu Santo, para ser parte de esos dones tan es-peciales y estar capacitados para el crecimiento y/o madurez espiritual de la que habla-ramos anteriormente.

Siguiendo con la lectura: versículo 13 “lo cual también hablamos, no con palabras ense-ñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiri-tual a lo espiritual.” Esa sabiduría verdadera, la celestial, la que Dios da; Proverbios 4: 7 “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteli- gencia.” La sabiduría adquirida nos llenará de frutos espirituales, los cuales anhelamos, para entender los designios del Creador; “Pero la sabiduría que es de lo alto es primera- mente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Santiago 3: 17.

Versículo 14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritual-mente.” Si no se conoce de Dios espiritualmente, se está en ceguera espiritual; ya Jesús lo dijo de ellos: “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, am-bos caerán en el hoyo.” San Mateo 15:14. Este hombre natural está en los hermanos en la fe que no han alcanzado madurez espiritual, cuando no hay búsqueda de lo Divino, de lo espiritual; cuando no hay en su vida cristiana oración permanente, entonces no se perciben las cosas que son del Espíritu de Dios y en un grado levemente mayor que el que tienen los incrédulos se está.

Si estamos carentes de oración, entonces la unción no fluirá, sintiéndonos espiritualmen te fríos y aburridos en la Iglesia y en nuestro cuerpo, el cual es el Templo del Espíritu Santo, habrá silencio, neblina y no podremos ser usados como conviene. Pidámosle a nuestro Dios, que su Santo Espíritu que mora en nosotros sea avivado. (Jehová-Sama)

Y aquí entramos al núcleo de nuestro estudio en este capítulo: en los versículos 15 y 16 “En cambio el espiritual juzga todas las cosas pero el no es juzgado de nadie. Porque ¿Quién conoció la Mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la Men te de Cristo.” ¡Espectacular! Aquí da licencia para todo, enciende la llama que da vida al Don del discernimiento de espíritus y revelaciones, otro don que va de la mano con el primero; una perfecta mancuerna de Dones, otorgados gratuitamente, haciendo muy real la traducción del vocablo: “un regalo” de parte de Dios, por medio de la unción de su Santo Espíritu.

“Discernimiento” es un don tan especial, y no es común en los miembros de nuestras I-glesias; a causa de que se requiere de muchos años de búsqueda de Dios en espíritu y en verdad por medio principalmente de la oración; siendo un don específicamente otorgado para el engrandecimiento de su Obra Redentora. Personalmente defino a este Don en particular como un radar, que con precisión detectará los embates del enemigo.

Por ahora trataremos de definir más lo relativo a los dones: Revelación y Discernimien-to de Espíritu, a la luz de la Divina Palabra de Dios, La Santa Biblia.

Discernimiento de Espíritu: es como lo hemos estado diciendo, un don del Espíritu San-to que nos capacita entre otras cosas a verificar o detectar si cuando alguien en la con-gregación habla en lenguas, lo realiza bajo la unción del Espíritu de Dios o bajo influen-cia maligna: “A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro discernimiento de espíri tus….” 1ª. Corintios 12:10.

Discernimiento lo podríamos definir también como: entendimiento e inteligencia. En todos los ejércitos de este mundo se tiene el departamento de inteligencia, que podría ser el área especializada para detectar los movimientos que realiza el enemigo, pudiendo estar preparados para el contra ataque. Lo mismo sucede en nuestra lucha espiritual, que como relata Pablo en Efesios 6, nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados y potestades; leamos el pasaje principal, es en Efesios 6: 12 y 13 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, con- tra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis re- sistir en el día malo, y habiendo acabado todo estad firmes.” En nuestras Iglesias Cris-tianas Evangélicas debiésemos tener por lo menos una persona nacida de nuevo con el poderoso don del discernimiento de espíritus, para alertar de ataques del diablo.

Los que tiene este don, deberán tener las poderosas armas espirituales para con la única y gran ayuda de Dios, resistir los embates del enemigo, 2ª. Corintios 10:4 dice: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.” Una de las armas más poderosas, diría, el arma nuclear contra el enemigo de nuestras almas, es definitivamente la oración.

Si Usted está en constante comunión con Dios, será fortalecido, lleno del poder que da la unción del Espíritu Santo, por lo que le será más fácil resistir los combates que cada día se suscitan, no exactamente en todos los casos contra demonios, pero sí en contra de una variedad amplia de problemas y conflictos, a los cuales se tendrá que enfrentar el cristiano consagrado, en bien del engrandecimiento de la Obra de Dios. No luchamos en desventaja, eso nunca, ya que seríamos vencidos en un abrir y cerrar de ojos; Dios está con nosotros. Él nos da la llave para activar esa arma nuclear, que es la oración; nos da edificante Palabra por medio del Apóstol Pedro, diciéndonos: “Sed sobrios, y velad; por que vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda al rededor buscando a quien devorar.” Dichosa y gloriosamente tenemos al que da la victoria, circunstancia que ya obtuvo en la cruz del calvario, haciéndonos plenamente salvos para vida eterna e hijos legítimos de Dios, 1ª. Juan 4: 4 “Hijitos, vosotros sois de Dios, y habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”

Los ataques son constantes, pero tenemos a Jehová de los ejércitos al frente de batalla y eso es victoria de antemano.

No puedo resistirme a escribir en este espacio una cadena de versículos que nos indica lo siguiente: “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. En palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia, a diestra y a siniestra. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la es- peranza de salvación como yelmo.” Romanos 13:12; 2ª. Corintios 6:7; Efesios 6:11 y 1ª. Tesalonicenses 5:8 respectivamente.

Jehová-Sabaot, recuerde: El Señor (Nuestro Dios Jehová), de las huestes, una refe-rencia al capitán de los ejércitos Celestiales; Salmos 68:17 y 104: 4.

“Discernir”

El Discernimiento de Espíritu, lleva a discernir y bíblicamente lo leemos en los pasajes siguientes: Levítico 10:10; Jehová le habló a Aarón y a sus hijos, dándoles mandamien-tos para poder discernir entre lo santo y lo profano. Cuando Salomón tubo la oportuni-dad de escoger, pidió sabiduría y le fue dado también el “Don del discernimiento” “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bue no y lo malo.” 1ª. Reyes 3: 9A

En 1ª. Corintios 12 leemos los dones espirituales, pero el que nos ocupa lo leemos en el verso 10 entre otros dones; el apóstol Pablo nos insta en el versículo 31 del mismo ca-pítulo: “Procurad, pues, los dones mejores…” Este del discernimiento es de los mejores uno de los mejores. Pero a la vez uno muy conflictivo; mucho más cuando no hay otro hermano o hermana en Cristo que lo ostente y al que lo tiene, le es complicadísimo ante los demás expresar lo que se experimenta, a causa de la incredulidad, envidia y carencia de afecto; fue por eso que Dios inspiró al apóstol en la segunda parte, o parte b del verso 12 que leímos anteriormente: ”Más yo os muestro un camino aun más excelente.” Y ahí da paso al capítulo que sigue, el 13, en donde se detalla la preeminencia del amor.

“Revelación”

Don que imparte el Espíritu Santo que definitivamente va de la mano con el Discerni-miento.

Revelación en griego es: “Apocalipsis” que significa: acción y efecto de correr el velo que encubría lo desconocido. Bíblicamente son de parte de Dios las revelaciones, como podemos ver en el libro del profeta Amós 3: 7 “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” Nosotros los cristianos evangélicos creemos que Dios nos habla entre otras maneras, por revelaciones y esta revelación es un hecho perceptible y sus intermediarios, entiéndase: profetas y apóstoles fueron y son muchos y por siempre nuestro Señor Jesucristo, revelador por excelencia.

En las falsas religiones se menciona por costumbre a un profeta, a este dicen se le reveló tal o cual cosa, más lo que dijo ahí se quedó y no solo no pasó nada, porque dicho perso naje debió morir, más nunca resucitar, que al igual que su “Mesías” se les cataloga co-mo religiones o sectas muertas.

En hechos suscitados en la antigüedad y relatados en el viejo Testamento vemos las va-rias formas en que Dios revelaba a su pueblo, por medio de los grandes profetas como Isaías, Jeremías, Daniel y otros. En los libros que nosotros actualmente llamamos “his- tóricos” los rabinos los denominan “los profetas anteriores” esto porque Jehová habló o reveló por medio de quien el quería, a causa de su Santa Soberanía. Le habló o reveló a Moisés y a su pueblo Israel por medio de la naturaleza, acuérdese de la nube, el fuego, la brisa, etc.

Las teofanías; esas grandes manifestaciones de su Divina Majestad, según relatos reales descritos por ejemplo en pasajes del Éxodo 19:16 y 33:12-23. Concientes que la mayor de las Teofanías, fue cuando Dios envió a su Amado Hijo en la Divina Persona del Se-ñor Jesucristo.

Las Angelofanías eran y son inseparables en las revelaciones, que en sí al igual que la oración, son un diálogo entre Dios y los humanos.

El clímax de las revelaciones hoy en día y desde el Nuevo Pacto es sin duda nuestro Se-ñor Jesucristo el cual es al mismo tiempo su autor y objeto, como vemos en Hebreos 1:1 en adelante y en Hebreos 12:2, entre otras.

Una de las mayores y porque limitarnos en decirlo; la mayor revelación de Dios a noso-tros los humanos es el Cordero de Dios, la salvación de nuestras almas por gracia. Otra es la manifestación del Reino de los Cielos, predicada por El mismo Jesús en su Sermón del monte y en muchas parábolas. También El nos reveló que es el Hijo de Dios, el Cris
to o sea el Mesías prometido, el Siervo de Jehová y los discípulos fueron testigos de es-tas gloriosas revelaciones a las cuales creemos firmemente ¿Usted también las cree?

Nosotros los mensajeros de su Palabra, al igual que los discípulos primarios del Señor Jesús, avalados por Él, según Lucas 10:16 “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me en-vió.” Además lo ordena en Juan 20:21 “Entonces Jesús les dijo otra vez: paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también Yo os envío.” Nos envía fortalecidos por auxilio del Espíritu Santo, a llevar revelación al mundo entero.

Los dones del Espíritu siguen en pie, lo cual asegura una revelación sin interrupciones.

En la Biblia hay un sinfín de revelaciones, unas tan bellas como las otras.

Las revelaciones que van acompañadas con el resultado del discernimiento de espíritu son variadas y desconocidas para muchos, incluso para nuestros hermanos en la fe. Es-tas revelaciones espirituales nos llevan a “Percepciones” en las cuales se detectan a los demonios, que son los ángeles del mal, entes prestos a realizar los trabajos de su jefe el diablo. En dichas “Percepciones” el siervo de Dios detecta la presencia maligna, en ho- gares, cosas, personas y formas de vida de diferente especie.

“¿Qué es Percepción?”

Según el diccionario, percepción es: acción y efecto de percibir. Aprehensión de la rea-lidad por medio de los datos recibidos por los sentidos. Idea , acto del entendimiento.

Percibir es:

1.- Recibir una cosa.

2.- Recibir por los sentidos las impresiones, y

3.- Comprender una cosa.

Enfoquémonos en la razón número 2: “Recibir por los sentidos las impresiones” el dic- cionario nos dice que “Impresiones” es: efecto o alteración que causa en un cuerpo otro extraño. Efecto producido sobre los sentidos o sobre el espíritu (entre otras interpretacio nes).

Este efecto o alteración es el que se percibe cuando se está en presencia de espíritus que con ojos humanos no se pueden detectar, pero al ser portador de los dones de “Discerni-miento y Revelación” se “ven o perciben” espiritualmente. Circunstancia que para los no creyentes y aún los convertidos, les parece locura o invenciones de la persona que es poseedor de dichos dones dados gloriosamente por el Santo Espíritu de Dios. Es por eso que el receptor de estas dádivas anhela fervientemente estar en compañía de alguien que posea este tipo de habilidades espirituales, recibidas por una constante búsqueda; otorga das Soberana y por completa Misericordia por Aquel que nos predestinó para tal misión en su Obra Redentora a la humanidad. ¡A Él sea toda la honra, gloria y majestad por los siglos de los siglos!

Tenemos pues la fuerza de Dios de nuestro lado porque: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarías 4: 6b.

“Liberación”

En esta guerra espiritual; libramos batallas y una de las más feroces es orar por la libera-ción espiritual de cautivos en el mal, veamos:

Evangelio según San Marcos 16: 15 -18 dijo Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no cre
yere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: en mi Nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebie-ren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”

Me asalta la duda, porque muchos cristianos nacidos de nuevo ponen en tela de juicio es tas Divinas Palabras, estos mandamientos gloriosos, estas promesas maravillosas; sim-plemente cuestiono: ¿Por qué? , si las dijo nuestro Maestro, nuestro Señor y Salvador, el Hijo del Dios Altísimo. Responderán que eso se los dijo a sus discípulos en aquel en-tonces, pero recordemos que “El cielo y la tierra pasarán, más mis Palabras –dijo Jesús- no pasarán.” Si se recalca en nuestra parquedad, que se los dijo a las personas de esa época, imaginémonos lo terrible que será entonces que ninguna promesa escrita en la Biblia será cumplida para nosotros entonces.

Lo dicho por nuestro amado Jesús en este pasaje es prolijo en todo sentido. Primero nos da la orden de predicar las buenas nuevas de salvación por todo el planeta y por fe sabe-mos que los que se están convirtiendo a cada minuto, serán posteriormente instruidos y llevados a las aguas para ser bautizados, cumpliendo fielmente con el mandato; los que rechazan el mensaje, sin querer oír, al morir, pues, ya Dios se los advirtió: serán irreme-diablemente condenados. Los que hemos creído, fuimos bautizados, estamos en sus ca- minos por Gracia. Dios nos hace conocer de señales y prodigios prometidos; entre mu-chos otros, el de liberar por medio del Poder de Dios, en el Nombre de Jesús a personas poseídas por demonios.

El ministerio de liberación es muy rechazado por los propios hermanos en la fe; no se practica en la mayor parte de nuestras iglesias, a pesar del mandamiento, el apoyo y la aprobación de parte de Dios, por medio de Jesucristo y la unción del Espíritu Santo.

El ministro y sus ayudantes que lo practican deben luchar tenazmente contra fuerzas del mal, es decir en contra de las potestades de satanás; al mismo tiempo se batalla con la falta de fe del endemoniado, la indiferencia, incredulidad y apatía de los mismos.

Es una misión sumamente complicada pero el Señor Jesús nos envía a cumplirla; Él con poder sin limites nos dará la victoria, para liberar a las almas de las “telarañas del mal.”

Como explicaba en los párrafos anteriores sobre los dones de discernimiento de espíritu y revelación; el poseedor de estos; es de un gran apoyo a los que oran por liberación de-
moníaca, detecta la presencia externa e interna de espíritus malignos que atormentan al paciente. Dios le revela porque ha sido cautivo y atormentado. Da en algunas oportuni-dades las razones del porque de la invasión demoníaca en su ser.

Lo dicho es cien por ciento Bíblico. La Santa Biblia cuando habla de posesión demonía-ca nunca relata de ser poseído por un espíritu bueno o un ángel. Existen dos alternativas y son el ingreso o invasión a nuestro ser para tomar posesión, ya sea del Espíritu Santo de Dios (lo cual todos anhelamos), o de un espíritu maligno.

En el período en que Cristo vivió en este planeta y principalmente en los tres años de su ministerio, hubo mucha manifestación de posesión demoníaca en personas; da la impre-sión que satanás quiso demostrar su dominio sobre la raza humana, a razón de su princi-pado en este mundo, para desafiar a Jesús y a sus seguidores. Jesús enseñó con la prác- tica la expulsión de demonios en personas que acudían a Él en busca de ser libertados o que encontraba a su paso por aquellos lugares.

Nosotros que fuimos salvos por gracia, debemos no solo cumplir su mandato de que en su Nombre tenemos autorización para expulsar demonios, sino cumplir y aprovechar esa promesa que dejó escrita por medio de sus escribas en nota de San Mateo 10: 8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de Gracia recibis-teis, dad de gracia.”

En los cuatro libros de los evangelios sinópticos se narran acontecimientos particulares de liberación de endemoniados.

Un gran porcentaje, quizá el 75% de las enfermedades que nos atacan, son producidas por entes del mal; claro la ciencia refuta estas teorías, pero ya de eso estamos no solo acostumbrados, sino hastiados de oír sus estudiadas conclusiones; que para Dios son co-mo basura; como decía el apóstol Pablo “Todo lo demás lo considero como basura” no queremos con esto polemizar, porque no es ese el tema que nos ocupa.

Estas enfermedades son producidas por demonios para mantenernos incómodos y sí, claro que Dios lo permite para que oremos a Él, para que posteriormente Dios nos de muestras de su infinita Misericordia y Poder.

La epilepsia es una de las dolencias que dan un perfecto ejemplo de que es provocada por espíritus malignos; ya que está comprobado que los epilépticos son con frecuencia psíquicamente sensibles; y un espíritu inmundo en este caso se apropia de una faceta reprimida de la personalidad; desde este punto ejerce influjo sobre las acciones del in- dividuo. Lea por favor el pasaje de San Mateo 17: 14-l8, pongamos énfasis en el verso 18 que dice: “Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, éste quedó sano desde aquella hora.” Vemos la autoridad del Señor Jesús y la sanidad que se realizó en ese mismo instante. ¡Pero fue Jesús! Dirá más de algún escéptico, le recuerdo que fue precisamente nuestro Maestro quien dijo: “Y mayores cosas haréis”, si mayores por que se ORA por liberación y sanidad por gente que padece de enfermedades que en aquel tiempo no existían aún.

También la gran mayoría y porque no decirlo: aproximadamente un 80% de las pertur-baciones psíquicas son producto terminado de la materia prima, que son los demonios.

Esta doctrina dada por Jesucristo siguió practicándose entre los miembros de la Iglesia Primitiva, según relato de Hechos l6:l8 “Y esto lo hacía por muchos días (la muchacha que tenía espíritu inmundo de adivinación vv 16-17), mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.” Continua hasta nuestros días porque “La Palabra de Dios per-manece para siempre”.

Algunos argumentan que a un Cristiano Nacido de Nuevo, no pueden posesionársele de-monios, porque en el mora el Espíritu Santo. Es completamente cierto que en su interior coexiste con el Espíritu Santo; pero si hay desobediencia y como consecuencia, pecado, aún asistiendo a su Iglesia y llevando una aparente vida cristiana; por supuesto que sí es un fuerte candidato a ser no solo atacado despiadadamente por el enemigo, sino que con absoluta libertad, influenciado por espíritus del mal en la mayoría de sus acciones.

En las Escrituras se relatan varios ejemplos permitidos por Dios, como vemos en el caso de el rey Saúl, en 1ª. Samuel 16:14 “El Espíritu de Jehová Dios se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.” Lo recalca en el capítulo 19, verso 9a “Y el espíritu malo de parte de Jehová vino sobre Saúl…” Esto también confirma que Dios es súper Soberano y en su sola potestad usa al derrotado diablo para corregir en al- gunas oportunidades: Isaías 54: 16b “y Yo (dice Dios), he creado al destruidor para des-truir.”

Dios permite que nos posean. Razonando esta situación, se puede decir que sí al aceptar a Jesús como nuestro Salvador personal e inmediatamente le damos morada al Espíritu Santo de Dios, ¡como está prometido! Si después nos apartamos hiendo en pos del peca- do, esa morada queda vacía. La casa espiritual estará desocupada, pudiendo ser legal-mente habitada, más no precisamente por algo bueno.

Estos espíritus malos, que denominamos demonios, del griego “daímon” o “daimónion” son seres espirituales bajo el dominio del diablo, hostiles a Dios y a los humanos. Dios ha prohibido todo contacto con estos entes, desde la antigüedad; según relatos muy pre-cisos en los Santos Escritos de la Torhá (Números 23:23; Deuteronomio 18:10) por ser los ángeles caídos que se revelaron contra Dios, inducidos por lucifer.

“Un Poder Eterno”

El poder de Jesús sobre los demonios aun hoy día es eficaz y siempre lo será, encomen-dandonos la tarea de realizarla para que en su Poderoso Nombre sean liberados los cau-tivos.

En aquellos días, los fariseos le acusaban por todo. Jesús al darse cuenta de esa feroz lucha contra el mal, ya que satanas y sus huestes fueron arrojados a la tierra, cuando se revelaron contra Dios en los cielos (Judas 6) al ver que su principal enemigo estaba lle-vando a cabo un Ministerio Redentor, rompieron filas e iniciaron un ataque indiscrimi-nado, empezando por poseer a cuantos estaban mal, procurando en lo posible dañar la Poderosa tarea salvífica de nuestro Señor.

Incitando a los hipócritas fariseos, trató satanas de desprestigiar a Cristo, acusándolo de complicidad con Belcebú, el príncipe de los demonios; que por medio de él, exorcizaba demonios; gran blasfemia de la cual nosotros debemos tener la mayor de las precaucio-nes, debido a que el Señor Jesús advirtió seriamente que cualquier pecado, blasfemia y desobediencia serían perdonadas por su Padre, Jehová Dios; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo, jamás será perdonada. Medite al respecto, lea por favor en el Evangelio según San Marcos 3: 20-30.

Jesús liberó de espíritus inmundos a muchas personas, quedando registrados estos mila-grosos eventos en los Evangelios; citare tan solo unos pocos:

A.- El endemoniado en la sinagoga: San Marcos 1:26; San Lucas 4:35.

B.- Un endemoniado más: San Mateo 12:22; San Lucas 11: 14.

C.- Los endemoniados gadarenos: San Mateo 8:28; San Marcos 5:1 y San Lucas 8:26.

D.- Otro endemoniado: San Mateo 9:32.

E.- El muchacho lunático: San Mateo 17:14; San Marcos 9:26 y San Lucas 9:37.

F.- Sanidad de una mujer con espíritu malo de enfermedad: San Lucas 13:11.

G.- Muchos otros sanados y liberados de demonios al ponerse el sol: San Lucas 4: 40-41.

A causa de esta guerra espiritual, nuestro Maestro, Señor y Salvador; Cristo Jesús, ora-ba con persistencia a su Padre (Nuestro Padre) a pesar de su Poderosa Divinidad, oraba con fervor y súplica.

Él lo hizo y nos lo delegó: “Y estas señales seguirán a los que creen: en mi Nombre e-charán fuera demonios…..” San Marcos 16:17. ¡Promesa de Dios, fundamentada en Cristo! “Porque todas las promesas de Dios son en El sí, y en El amén, por medio de no-sotros, para la gloria de Dios.” 2ª. Corintios 1:20. Dios nos autoriza a realizar lo que su Amado Hijo; diciéndonos que si creemos en El, que si nos hacemos llamar Cristianos e hijos de Dios, lo cual somos, yo SI, ¿lo es Usted? Entonces leamos en San Juan 14:12 la tremenda promesa y mandamiento dicho por Jesucristo: “De cierto, de cierto os digo: el que en mi cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque Yo voy al Padre.” Así que no hay pretexto, ni doctor, licenciado o el grado en teología que dice ostentar, al cual recurrir para excusarse en decir que no, porque no se qué, de no sé cuanto, simplemente: NO!!!!!!!!!!!

“El Traspaso de Autoridad”

Creemos con firmeza que nuestro Señor Jesucristo, después de su Gloriosa resurrección Ascendió al Trono celestial; conciente estaba de ese maravilloso acontecimiento, por lo que Él debía delegar su autoridad a los que quedaran en esta tierra en aquellos tiempos y a los que les precederían hasta nuestros días.

Leemos cómo Jesús llama a sus doce discípulos y les traspasa su autoridad, enviándolos de dos en dos: San Marcos 6: 7-13 “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.” Verso 7; el versículo 13 dice: “Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.”

Los empezó a enviar solos; les demostró que el traspaso de autoridad era efectivo, por-que estaban obteniendo éxito al predicar el evangelio, impartiendo unción, sanando en- fermos y liberando endemoniados en el poderoso Nombre de Jesús; respaldados en una constante oración; acción clave en la adquisición de fuerza y poder para triunfar en esta guerra espiritual y no solo para batallar sino para beneficio personal en todas las áreas.

Jesús llama luego a un grupo mayor, a setenta seguidores y hace el mismo experimento; les traspasa autoridad, los envía de dos en dos; veámoslo detallado en San Lucas 10: 1 “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de Él a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir.” Al regresar los enviados, gozosos le comentaron: “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu Nombre.” (v. 17), el Maestro amado les ensancha la promesa y autoridad (v l9) diciéndoles: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.”

Jesucristo sabia en su ilimitada potestad que en los postreros tiempos abundarían los es-cepticos, debiendo hacer extensivo el traspaso de autoridad a todo aquel que creyese en Él, a través de los tiempos; es decir a Usted y a mi, ¿O acaso no cree Usted en Jesús?

Leamos nuevamente para que se nos grave como un sello en nuestra mente y corazón: San Marcos 16: 17,18 “Y estas señales seguiran a los que creen: en mi Nombre echaran fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanaran.” El versículo anterior, el 16 nos involucra claramente, además nos condiciona en lo anotado con anterioridad.

Ya hemos leído la cita escrita en San Juan 14: 12-14, testamento fiel en donde Él amplía su promesa y nos provee la clave: oración a Dios en su Nombre, adhiere además la regia autoridad para hacer lo que Él realizó, con el agregado de cosas mayores.

La oración es fundamental, porque si creemos en Jesús, sabemos que podremos pedirle a Dios por medio de Él, haciendo que Dios actué por medio de nosotros en cosas que nuestro Maestro hizo, pero con el agregado que las haríamos ampliando el campo de ac-ción, con los requisitos indispensables anotados con anterioridad. Premisa reforzada con la sentencia de que: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” San Marcos 9: 23.

¡Esa autoridad nos fue delegada!

“Una promesa más, ¡cumplida!”

Cuando Jesús partió de esta tierra, antes prometió enviar al Espíritu Santo; promesa ya cumplida. Esta situación nos daría el poder para actuar únicamente en su Nombre, según Hechos 1: 8 “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.” Podemos entonces ya con la unción del Espíritu de Dios y Cristo hacer de ese mandato una gloriosa realidad, expresando como alguna vez lo dijo el Apóstol San Pablo: “Por-que no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mi para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios.” Romanos 15: 18, 19.

“Armados hasta los dientes”

Estamos fuertemente armados para resistir las asechanzas del enemigo; ampliamente cu- biertos con la grandeza del poder de Dios; Él nos ha dado esas armas, debemos afinar la puntería, usarlas en nuestra defensa y la libertad de los oprimidos.

Tenemos que practicar con esas armas que Dios nos da y estar prestos. Debemos orar en todo tiempo.

Para estos temas relacionados al combate espiritual, el pasaje clave es: Efesios 6: 10-17. Comprenderá que nuestra lucha no es contra seres humanos igual a nosotros, sino contra demonios, que en muchas oportunidades deberá ser contra demonios que habitan dentro de seres humanos, obligándoles a realizar cosas que en su sano juicio no harían.

Esta guerra espiritual es esencialmente el enfrentarnos a potestades invisibles, que sin el amparo de Dios, estaríamos perdidos de antemano. Aquí cabe señalar que su apoyo, es por medio de ángeles, a los cuales no se nos es permitido ver, para no rendirles culto, ya que ellos al igual que nosotros, debemos adorar solamente a Dios.

Con total sabiduría hemos de comprender entonces que nuestra lucha es espiritual con-tra quienes nos provocan a perder la paz que Dios nos da. Sabemos que no los podemos ver, mientras ellos si nos ven, dándoles eso una gran ventaja; estamos concientes que no tenemos la fuerza que poseen, pero contamos con la autoridad que Jesús nos delegó, es-tando asidos del poder de Dios ¡¡¡Gloria a Dios por eso!!! Nos unimos nuevamente a lo que el gran apóstol Pablo dice: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. 2ª. Corintios 10: 2-4.

Lógicamente tenemos que estar bien preparados para resistir esta lucha: “Protegernos con la verdad, la coraza de justicia, el evangelio de la paz, el yelmo de la salvación y el escudo de la fe para apagar todos los dardos de fuego del maligno” Armas que con toda obligatoriedad debemos llevar puestas en todo tiempo, como buenos soldados.

Están en nuestro arsenal dos armas nucleares:

LA ORACION Y LA PALABRA DE DIOS ESCRITA.

Tenemos los creyentes en Cristo una gran opción de entablar un dialogo con Dios por medio de Jesucristo y aprender como, cuando y porqué orar. Esta ordenanza está a nues-tro alcance al igual que la lectura de su Santa Palabra, nuestra Biblia.

Debemos orar hasta saciar nuestro espíritu y también devorar la Palabra de Dios; haga-mos memoria de lo que Jehová Dios le dijo a su profeta Ezequiel: “Tu, hombre, cómete este escrito, y luego ve a hablar a la nación de Israel” Ezequiel 3:1; por lo tanto devórala en el buen sentido de la palabra: leyéndola, estudiándola, repasándola, memorizándola, practicándola, diciéndola y enseñándola. Dice el Apóstol San Pedro: “desead, como ni-ños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para sal- vación” 1ª. Pedro 2: 2.

Estamos en guerra, pero guerra espiritual y si descargas tus armas más letales, como ya sabemos que las poseemos; la oración y la Palabra de Dios, la victoria esta segura con Jesús.

“Orar sin cesar” es un mandato, es activar tu arma más letal, es refugiarte con Dios; en-tonces que esperas, manos a la obra y a orar a Dios en el Nombre Poderoso de Jesús y guiados por el Espíritu Santo.

“Más armamento”

Para orar por endemoniados o librar batallas personales contra nuestras debilidades, pro-curemos en lo posible memorizar versículos específicos para estos casos; estos pasajes bíblicos son potentes municiones en nuestro arsenal y podemos echar mano de ellas.

Desconozco el argot militar y sus tácticas, porque nunca me agradó lo concerniente a guerras y cosas similares, pero en este caso nos encontramos en una constante lucha es- piritual entre el bien y el mal; la buena información que tenemos es que nos encontra-mos del lado del bien, con nuestro Omnipotente Dios, Jehová de los ejércitos.

Por causa de nuestras oraciones, Dios abrirá puertas en los Cielos y derramará sus ben-diciones para poder obtener (En el plan de su Soberanía), muchos más beneficios; por citar algunos: sanidades, obtener trabajos, bien económico, bien familiar, milagros y prodigios, conversión de almas a su Reino, etc. etc.

“Una Victoria Asegurada” UVA.


NO es la oración la que dará el triunfo, sino Dios con su Poder ilimitado quien dará el triunfo y solución.

Somos herederos de sorprendentes promesas, que leemos en el Libro de Isaías y espero que si estamos en comunión con Dios por medio de la oración, que a pesar de que nos sobrevengan ataques del adversario, logremos comprender que Dios nos promete algo maravilloso que plasmamos en copia fiel con mayúscula, no solo en este papel, sino en nuestra mente y corazón:

“CUANDO PASES POR LAS AGUAS, YO ESTARE CONTIGO; Y SI POR LOS RIOS, NO TE ANEGARAN. CUANDO PASES POR EL FUEGO, NO TE QUEMA-RAS, NI LA LLAMA ARDERA EN TI. HE AQUÍ QUE YO HAGO COSA NUEVA; PRONTO SALDRA A LUZ; ¿NO LA CONOCEREIS? OTRA VEZ ABRIRE CAMI-NO EN EL DESIERTO, Y RIOS EN LA SOLEDAD. PORQUE YO DERRAMARE AGUAS SOBRE EL SEQUEDAL, Y RIOS SOBRE LA TIERRA ARIDA; MI ESPÍRI-TU DERRAMARE SOBRE TU GENERACION, Y MI BENDICION SOBRE TUS RENUEVOS. ASI DICE JEHOVÁ DIOS, REY DE ISRAEL Y SU REDENTOR, JE- HOVÁ DE LOS EJÉRCITOS: YO SOY EL PRIMERO, Y YO SOY EL PRIMERO, Y YO SOY EL POSTRERO, Y FUERA DE MI NO HAY DIOS.” Isaías 43:2, l9; 44: 3,6.

“Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las cosas vendrán por aña- didura” Él nos llama a hacerlo, porque nos ama, porque somos sus hijos y nos quiere ayudar. ¡Que bello es orar, que dulce es hablar con Dios!

Oh inigualable
Recurso
A nuestro favor
Confiando en la
Intercesión
Orando
Navegamos al puerto de Dios.

Un Himno muy antiguo pero de gran bendición:

DULCE ORACION

Dulce oración, dulce oración,
De toda influencia mundanal
Elevas tú mi corazón,
Al tierno Padre Celestial
¡Oh! Cuantas veces tuve en ti
auxilio en ruda tentación
y cuántos bienes recibí.
Mediante ti, dulce oración.

Dulce oración, dulce oración
Al trono excelso de bondad
Tú llevarás mi petición
A Dios que escucha con piedad
Por fe espero recibir
La gran Divina bendición
Y siempre a mi Señor servir
Por tu virtud, dulce oración.


Dulce oración, dulce oración
Que aliento y gozo al alma das
En esta tierra de aflicción
Consuelo siempre me serás
Hasta el momento en que veré
Francas tus puertas de sión
Entonces me despediré
Feliz de ti, dulce oración.


Otro bello e inspirado coro dice:

Si tu hablas con Dios
Las cosas cambiaran, orando
Cualquier necesidad, El las resolverá, orando
Meditad en el Señor,
Las penas mitigad, orando
Bendita oración
Yo puedo hablar con Dios, orando.











CAPITULO VIII



“TESTIMONIOS REALES DEL PODER DE DIOS EN LA ORACION.”


Cuantos libros compuestos por miles de páginas escribiríamos detallando testimonios fidedignos, que a toda hora se suceden en cualquier parte, por causa de los muchos hermanos en la fe, que acuden a Dios, depositando su total confianza en respuestas a sus súplicas; ¡incontables, serían estos ejemplares!

Muy brevemente contaré algunos testimonios; ¡Dios vive! que son auténticos y plena-mente identificables las personas que testificaron.

1.- “El Milagro del Sueño”

El siervo de Dios por más de 35 años a tiempo completo, después de trabajar en varias escuelas públicas en pueblos y aldeas del occidente del País; recibiendo un sueldo deco-roso y una vida estable, por más de 17 años. Un día de muchos recibió el mandato de Dios de renunciar a su trabajo secular, para acudir a trabajar por fe, como pastor de pe-queñas y recién nacidas Iglesias en diferentes lugares, fundadas por la Misión Monte Sinai de la ciudad de Quetzaltenango, Guatemala.
Esta Misión, tiene Iglesias principalmente en todo el sur occidente del País Centroameri cano, así como tambien en el sur fronterizo del Estado de Chiapas, México.

En aquellos lejanos años a finales de la década de los setentas, este pastor, Arnoldo Ri-vera Ramírez, progenitor terrenal de quien escribe; fue con otros pastores al ejido “Vi-cente Guerrero” del Municipio de Cacahuatan, Chiapas, México a visitar una de las va-rias Iglesias de la misión; habiendo sido hospedados por el hermano en Cristo Sebastián Pérez, personaje muy conocido en aquel lugar; quien si saberlo y después de constatar lo sentenciado por San Pablo en Hebreos 13: 2 “No os olvidéis de la hospitalidad, por-que por ella algunos sin saberlo, hospedaron ángeles.” Los ángeles que custodiaban a a-quellos siervos de Dios, fueron también hospedados en aquel hogar del hermano Pérez, quien padecía de una enfermedad en los pies la cual le impedía caminar con facilidad, di ficultando la realización de sus tareas en el campo.

Los pastores permanecieron por espacio de dos días en aquella región trabajando espiri-tualmente con los de la congregación; posteriormente regresaron a Guatemala para con-tinuar en sus obligaciones al frente de sus respectivas Iglesias.

A la noche siguiente que estos regresaron a su País de origen, el hermano Sebastián Pé- rez tuvo un sueño maravilloso: vio que regresaba el Pastor Arnoldo Rivera acompañado de cuatro ángeles; tocaron a la puerta, al ser atendidos por éste varón, el pastor Rivera le comunicó que iban nuevamente a orar de parte de Dios, con relación a las súplicas del hermano Pérez, quien por mucho tiempo clamaba en oración a Dios por la sanidad total contra esa molestia en sus pies.

El pastor oró acompañado de aquellos ángeles y luego se despidió; salió junto a 2 ánge-les, los otros dos, se quedaron con el dueño de la casa.

Al despertar, se levantó, ¡Oh maravillosa sorpresa: esa misma mañana estaba completa-mente sano! Caminó sin dificultad por la habitación y recordó el sueño, alabó con gran gozo a Dios. Llegó casi corriendo a la cocina donde ya preparaba el desayuno su amada esposa, quien al verlo se alarmó e inmediatamente no daba crédito a lo que su esposo le contaba acerca del sueño. Viendo el milagro aún dudaba del testimonio del esposo quien le hablaba acerca del sueño, que Dios había enviado a su siervo en espíritu a orar por él.

Cuenta el sanado que con gran gozo, desayuno desayunó aquella hermosa mañana, pos-teriormente se dedicó a hacer algo que en mucho tiempo no realizaba: ensilló su caballo favorito, y salió solo (antes lo llevaban de alguna manera), a recorrer sus parcelas, sus terrenos, cantando y glorificando al único que merece toda honra y gloria; Jehová Dios, por medio de Nuestro Señor Jesucristo. Al regresar hizo una tarea más (estaba como niño con juguete nuevo) vio un trozo de árbol pequeño e hizo leña de este; constató con esta actividad que estaba sano y fuerte.

Seis meses después regresó el pastor Arnoldo Rivera a aquel lugar y escuchó ese bendi-to testimonio. Con este hecho, se comprobó fehacientemente lo que profetizó Jeremías en su libro, capítulo 33: 3 “Clama a mí y Yo te responderé (dijo Dios), y te enseñaré co- sas grandes y ocultas que tú no conoces.”

“Y ocultas que tú no conoces” el espíritu del pastor Rivera fue tomado por Dios ( el cual es Soberano y hace lo que la lógica y ciencia humana no acepta……..... ese es problema y estrechez, además de ateismo y en algunos, agnosticismo de los científicos), y llevado a orar por aquel, que clamaba en constante oración por la sanidad de sus pies.

Oración y fe van de la mano; la misericordia y voluntad de Dios, forman una dupla de gloriosa aceptación al clamor del creyente, quien al recibir respuesta, deberá bajo todo contexto de gratitud testificar y darle toda, absolutamente toda la honra y gloria a Dios.


2.- “Anestesia Celestial”


Rigoberto Velásquez es un exitoso empresario textil de la pujante ciudad de San Pedro Sacatepequez, San Marcos. Es propietario junto a su esposa Etelvina de Velásquez de la fábrica y almacén Melvy en aquella ciudad.

Este varón tenia 14 años de padecer del estomago; según testifican que para los médicos era una enfermedad rebelde e intratable, pero para Dios no hay imposibles.

El siervo de Dios les visitaba conforme sentía en el Señor o acudía con prestancia cuan-do le era requerido.

En una de varias visitas, el Pastor insistió que para la sanidad de aquel varón, era de su-ma urgencia, que primero sanase Dios el alma del señor Velásquez; dispuso venir arre-pentido a los pies de Jesús, haciendo su real confesión de fe ante Dios Padre por la San-ta intercesión de nuestro Señor Jesucristo. Imploró perdón y absoluto arrepentimiento por sus faltas; se oro para que Dios sanara aquella enfermedad.

Conforme la oración se iba realizando con más fuerza y fe, el ahora hermano Velásquez, se iba quedando dormido hasta caer en un profundo sueño. Concluyeron con la oración, dejándole reposar en aquel lugar.

Al día siguiente, muy de mañana, la esposa de aquel hombre llamó al pastor. Testifica con gran entusiasmo que en definitiva y ante toda incredulidad humana, rompiendo las barreras de la ignorancia espiritual y burla, este creyente pudo sentir a pesar de aquel profundo sueño en el cual había caído, literalmente le estaban operando el área en donde se originaba aquella vieja y molesta enfermedad. Al despertar de ese profundo sueño, el cual considera, fue una real anestesia, que al igual que la operación efectuada en su cuer po, fueron una intervención celestial.

Como este milagro, millares se suscitan en todo lugar, como respuesta a las peticiones de los hijos de Dios. Aquí tenemos algunos que contarles, con nombre y apellidos pro-pios, para que cuando Usted dude, pueda ir a con ellos para comprobar algo de lo que hemos venido tratando en este libro.

Podemos orar no solo por sanidad para nuestros cuerpos, tenemos la inigualable oportu-nidad de pedirle a Dios por cualquier cosa, que si creemos en Él a plenitud, es decir con fe, permaneciendo en su Palabra como dice aquel versículo y pedimos en el poderoso Nombre de Cristo Jesús, guiados por el Espíritu Santo y bajo su Santa voluntad; como podrá darse cuenta, son varios requisitos a cumplir, pero si Usted es hijo legítimo de Dios por medio de Jesús: “Todas las cosas le ayudan a bien” Si aun no le ha aceptado como Señor y Salvador de su vida, ahora es una oportunidad más que se le presenta, porque en estos tiempos ninguna persona podrá decir que no a oído de la sana doctrina del verdadero Evangelio de Jesucristo, el cual murió y resucitó para darnos vida y vida en abundancia, es decir cuando Usted muera, la eternidad es el siguiente nivel y si ha aceptado en vida esta oferta, la salvación de su alma, que no es religión, que es tan sen-cillo y maravilloso creer en que Dios envió a su único Hijo a pagar por todas las faltas que usted hizo o iba a cometer en su vida, permitiéndole cambiar para el bien de Usted y los suyos, con creer y vivir como El quiere que viva.

¡Acéptelo hoy mismo! Visite una Iglesia Cristiana Evangélica en su comunidad y abra su corazón a Jesús. Dios le ama, le espera y después podrá hablar con Él en oración; ve-rá grandes cosas que Dios tiene para su vida acá en la tierra y por la eternidad. Acéptelo y confiese con su boca en voz alta “Que Jesucristo es su Señor y Salvador personal.”

3.- “De la Incertidumbre al Perdón y Progreso”

La hermana Dominique Lafontier de Toronto, Canadá oro a Dios por algún tiempo para que su esposo Laurent y su hijo Tehodore, dejaran los nocivos vicios del alcohol y dro-gas de toda índole. Clamaba constantemente a Dios para que los sacara del viejo depar- tamento donde sobrevivían como mal podían y que lo poco que ganaba su vicioso espo-so al igual que ella, lo consumieran en pagar la renta y los gastos de comida, porque la mayoría de la plata se les iba en mantener esos vicios tan dañinos para su salud. Las fi-nanzas de ese hogar se veían en auténticas ruinas.

Todos los días, ella oraba a Dios; confiando que la respuesta y solución a sus problemas llegaría pronto.

Su fe se mantenía en pie.

La madre de Dominique, era fiel en su congregación; le animaba a seguir adelante a pe-sar de las dificultades por las que estaba pasando. Le urgía a seguir en oración y en la indispensable lectura de la Biblia. Un día le regaló un libro; el tema era precisamente similar al que Usted tiene en sus manos; de ese material aprendió muchas cosas y supo como orar con mayor énfasis. La base principal fue por supuesto las Sagradas Escritu-ras.

En la primavera del 2003 llegó a la puerta de su apartamento un señor, impecable en su vestir, de aspecto regio pero tratable en extremo; daría quizá un poco de temor extender-le la mano para saludarle, a causa de su piel como de niño recién salido de la bañera. Su presencia exigía respeto; de exquisita voz y con acento francés muy pronunciado, salu-dó con sincera amabilidad. Dejó unas aplicaciones para que fuesen escritos los datos co rrespondientes. En la parte final de estas hojas, se podía apreciar una elegante rúbrica e inmediatamente debajo de ésta, se leía con envidiable caligrafía, una recomendación es- pecial, dirigida al propietario de la empresa en donde necesitaban un trabajador con la profesión del esposo de la hermana Dominique.

Aquel regio varón, se excusó con un fino léxico, al negarse aceptar una taza de café que le ofrecía la dama del hogar, quien con la mano alzada despidió aquella sorpresiva visi-ta, la cual le causó asombro mayúsculo ya que en lo que duró el acontecimiento, no lo-gró articular palabra alguna.

Pasados unos minutos, fijó su mirada en los documentos que quedaron perfectamente or denados dentro de una carpeta color miel. La dirección de la empresa, era de fácil ubica-ción, por lo reconocida y prestigiosa que era la industria transnacional aquella.

La perspectiva de un excelente empleo para su esposo, se veía muy seguro, a causa de la respetable recomendación en la nota al final de las hojas.

Todo bien y con absoluta fe y positivismo, agradecían a Dios por las respuestas que se veían en lontananza; pero………los vicios y lo maltratado que estaba la apariencia del señor Laurent, con ese aspecto, ni le iban a dejar ingresar a la recepción o lobby de las oficinas…………….

Cuando el esposo regresó de quien sabe donde; Dominique trató de calmarlo después de que le relató el acontecimiento de la sorpresiva visita y el cometido que le llevó.

Acordaron un plan contra los inconvenientes. El esposo acepto a regañadientes sobre to- do el ir esa noche a la Iglesia para que el pastor les aconsejara al respecto.

Después del servicio en la Iglesia aquella noche………………

Debe primero reconocer a Jesús como su Salvador, -le dijo el pastor-- a lo que Laurent se negó a pesar de ver una clara opción de salir de los vicios, tener una nueva vida e ini-ciar ganando muy bien en su futuro empleo.

Si usted sigue tratando de dejar los vicios solo, jamás lo logrará; perderá esta excelente oportunidad, correrán el riesgo de hundirse más junto a su hijo en problemas y nuevos vicios. Fue la opinión del pastor, aprobada por las esposas de ambos.

El pastor los invitó a que oraran juntos aquella noche y dejó que el Espíritu Santo tocara sus corazones.

A la noche siguiente le llamaron, pidieron que les visitara; deseaban padre e hijo recibir al Señor Jesús en su corazón.

Dominique vio contestadas sus oraciones y se gozo en los días siguientes cuando Dios completó la obra en ellos: quitándoles los vicios, sanando la apariencia física de hom- bres consumidos por las drogas y dándole a Laurent Lafontier ese trabajo que tan solo con haberse presentado a donde correspondía con las solicitudes le fue casi de inmedia-to proveído el trabajo.

El gerente le preguntó asombrado acerca de la recomendación; sabia este, que quien ha-bia redactado aquella recomendación especial era un banquero reconocido en todo el Ca nadá, además de socio mayoritario de la empresa y mucho más sorprendido aún de la manera en que fue movido por Dios en definitiva, para dar su aval y recomendación con la papelería específica.

¡Para Dios no hay imposibles! Hoy Tehodore Lafontier, el hijo renovado de esta pareja, es un músico Cristiano muy usado en Canadá y viaja a la tierra de sus antepasados: Fran cia, a predicar ministrando con su música y cuando la ocasión lo permite pasa algunos maravillosos fines de semana con sus padres.

“Dios contesta, solo pídale, tenga fe, paciencia e insistencia y Él responderá” es el lema que con ojos húmedos y llena de emoción, pregona en cualquier oportunidad que tiene para testificar la hermana Dominique.

Actualmente ella trabaja asesorando a congregaciones con relación a los temas bíblicos, poniendo mucho énfasis en los relacionados a “la importancia de la oración”.

Dios contesta, tarde o temprano el responde a sus hijos. Hay un viejo refrán que literal-mente dice: Dios tarda pero no olvida. ¡Muy cierto!

¿Quien era ese varón que visito el apartamento de la hermana Dominique? ¿Quiénes e-ran esos cuatro personajes que acompañaban al Pastor Rivera en el sueño y oraron por el hermano Sebastián aquella noche? Lo sabemos: eran ángeles mensajeros de Dios que llevaban las respuestas a sus oraciones. En el libro “Telarañas del mal” detallo a profun
didad el tema de los bellos ángeles del Cielo, que nos ayudan en el nombre de nuestro Señor Jesús y que son la contra de los ángeles del mal y su jefe; ya derrotados por Jesús en la cruz del calvario.

Me adhiero a las palabras del gran apóstol Pablo que dijo: “Por lo cual, ¿Qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a cau-sa de vosotros delante de nuestro Dios, orando de noche y de día con gran insistencia para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falta a vuestra fe? Más el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como tam bién lo hacemos nosotros para con vosotros para que sean afirmados vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.”

Esperamos seguir orando más cada día; en mi caso en particular, no acostumbro a decir el amén de final en cada oración, ya que a cada momento debería continuar orando en cualquier forma y lugar, porque la comunión debe continuar a lo largo del día, para así hacer viva la Palabra que dice: “Orar sin cesar”

“Punto y Aparte”

Agradezco de todo corazón, por tomar parte de su valioso tiempo para leer este trabajo; le pido en el amor de Jesús que busque las citas que se compartieron en este libro, com-parelas en su Biblia y compártalas con sus seres queridos, con los hermanos en Cristo y muy especialmente con los no convertidos aún.

Me despido con las palabras del apóstol Judas:

“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro salvador, sea gloria y majes-tad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

Y con las maravillosas e inigualables palabras de nuestro amado Jesús:

“TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA. POR TANTO ID, Y HACED DISCÍPULOS A TODAS LAS NACIONES, BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO; ENSEÑÁN-DOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO; Y HE A-QUÍ YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DIAS, HASTA EL FIN DEL MUN-DO. AMÉN.”









EPILOGO.


El haber publicado este trabajo, es en sí una respuesta a muchas oraciones; que llevaron bastante tiempo y que fueron el causante de varios problemas económicos, familiares y en el ministerio.

Pareciera ser una contradicción, pero solo el que ha estado en estas circunstancias, lo comprenderá plenamente.

Damos toda la honra y gloria a JEHOVA NUESTRO DIOS, A SU AMADO HIJO; NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR CRISTO JESUS Y A SU SANTO ESPIRITU y que este pequeño libro sirva para el diario vivir del salvo por GRACIA.

Gracias a Usted amado lector, por haberle dado vida a estos escritos; con tan solo em-pezar a leer lo plasmado en las páginas anteriores. Le pedimos en el Nombre que es sobre todo nombre, el Gloriosos Nombre de JESUS, que ponga en practica lo aquí anotado.

Siga orando y aunque en algunos momentos pareciera que nadie le escucha; Usted siga orando, que Dios en su Infinita Misericordia (Jehová-Shadday) le está oyendo clara y pacientemente. Él en su Santa soberanía y Voluntad le responderá a su tiempo: el tiem-po de Dios.












CONTRA PORTADA.



“LA ORACION UN DON ESPECIAL”


Este material se ha hecho bajo el mandamiento de 1ª. Tesalonicenses 5: 17 “Orad sin cesar” y con la sana experiencia de haber llegado a orar siete horas diarias bajo la unción del Espíritu Santo de Dios. (Jehová-Sama)

Usted tendrá suficientes citas bíblicas que le ayudarán en enseñanzas y compartir con apoyo el maravilloso don de la oración, el cual es un diálogo entre Dios y los hombres por medio de la exclusiva intercesión del Nombre que es sobre todo nombre: el de el SEÑOR JESUCRISTO, y bajo la dirección del Espíritu Santo de Dios.

Un libro adoc para estudiantes de la Biblia, lideres, obreros, intercesores, líderes de oración y miembros de iglesias; comprometidos con el engrandecimiento de la Obra Redentora de nuestro Glorioso Señor y Salvador Jesucristo.

Con formulas y actividades de oración, para ponerlas en práctica en su Iglesia, llegar a experimentar la presencia de Dios en su vida y en la congregación.

Un recorrido por los pasajes bíblicos referentes a la oración y testimonios impactantes, como resultado de la misma.

Jesús dijo: “Todo lo que pidieres al Padre en mi Nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidieres en mi Nombre, Yo lo haré.” San Juan 14: 13,14.



Publicaciones “Nación Santa”
Fundador: Jehová Dios
Presidente: Jesucristo
Director: Espíritu Santo.
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